"Sandinista!" (1980): El triple salto mortal de The Clash
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"Sandinista!" (1980): El triple salto mortal de The Clash

Sergio Ariza — 15-12-2020
Fotografía — Archivo

The Clash siempre habían sido el verso libre del punk, el grupo que tenía más claro que esa etiqueta era más una actitud que un género musical cerrado.

Su debut fue el único dentro de la ortodoxia del género, luego, con el infravalorado "Give 'Em Enough Rope", coquetearon con el rock clásico y con "London Calling" firmaron algo así como el Nuevo Testamento para el rock, en el que rockabilly, el reggae, el soul, el pop o el ska se daban de la mano de la mejor manera posible, además fue el disco que les abrió de par en par las puertas del mercado americano, con Martin Scorsese declarando que parte de su energía se veía reflejada en su "Toro Salvaje".

Así puede verse "Sandinista!" como el disco más radical publicado hasta la fecha por uno de los grupos de la primera ola del punk británico, un triple salto mortal en el que lo intentan todo, desde versiones dub a coqueteos con el naciente hip hop, siendo uno de los primeros, y pocos, grupos de rock que vieron con buenos ojos al nuevo género. Y es que los de Joe Strummer y Mick Jones eran tan desprejuiciados que tampoco le hacían ascos a uno de los géneros más demonizados por la ortodoxia rock de la época, la música disco.

Fascinados por Estados Unidos

Pero pongámonos en situación, en diciembre de 1979 había aparecido "London Calling" en el Reino Unido y en Estados Unidos lo haría un mes después, lo que llevaría a la revista Rolling Stone a elegirlo como el mejor disco de los años ochenta. No había habido medio que no lo hubiera calificado de obra maestra, ni crítico que no lo hubiera puesto por las nubes. Por si fuera poco el disco se estaba vendiendo bien y les había dado un nombre en Estados Unidos. La banda, en especial Strummer, nunca había ocultado su fascinación por aquel país, a pesar de canciones como "I'm So Bored With The USA", lo que les había llevado a elegir a Bo Diddley como telonero de su gira de 1979, The Clash tenían bien claro que la música que adoraban, el rock & roll, había nacido allí y tenía procedencia negra. Como me decían Algiers en una entrevista, "Joe Strummer sabía perfectamente que su música venía de los negros estadounidenses" y estaba deseoso de grabar allí, así también un Mick Jones que cada vez tenía el culo más inquieto y un Topper Headon al que le encantaba el soul y el funk.

Cuando llegaron a Nueva York a comienzos de 1980 la ciudad era un hervidero musical con tres grandes corrientes, por un lado estaba la resaca del punk del CBGB, cada vez más centrada en la Nueva Ola, por otro seguía coleando la fiebre del sábado noche en el Studio 54, mientras que en el Bronx y aledaños Grandmaster Flash y Afrika Bambaataa estaban plantando la semilla del hip hop. El guitarrista Mick Jones, en especial, se volvió loco con el estilo y lo otros tres se reían de sus nuevos andares como si llevara un 'boombox' en el hombro.

The Clash estaban en plena fiebre creativa y lo grababan todo, experimentos con el dub, el rap, el reggae, el funk, el calypso y cualquier cosa que se les pase por la cabeza. Su intención es publicar un sencillo cada mes del año pero CBS desecha la idea pensando que es un suicidio comercial, Strummer no se preocupa tiene preparada su jugada, un disco triple que se venda por el precio de uno sencillo. La idea de los sencillos no sale adelante, aunque en agosto se estrena la estupenda "Bankrobber", una canción que les vuelve a ver pisando terrenos reggae. Mikey Dread, el productor jamaicano, se encarga de la producción y The Clash se quedarán tan contentos de su trabajo que le dejarán hacer varias versiones dub para el disco.

El espíritu de San Luis

El caso es que el grupo no paraba. No contentos con grabar suficiente material para un triple disco, las sesiones también sirvieron para que la banda al completo apareciera en el segundo disco de Ellen Foley, la novia de Mick Jones, llamado "The Spirit Of St Louis". Entre sus canciones aparecían seis nuevas composiciones del tándem Strummer/Jones, entre ellas cosas tan curiosas como "The Shuttered Palace", una canción que les ve acercarse a territorios de la chanson, con Jacques Brel y Edith Piaf como referentes, aunque también suena al grupo más alejado del punk que uno pueda imaginar, ABBA. Foley, por su parte, devolvería el favor cantando a dúo con Jones en "Hitsville U.K.", una diatriba contra la industria musical y a favor de los sellos independientes que también podía ser vista como un pequeño homenaje a la Motown.

Las sesiones de grabación terminaron con viajes a Jamaica en mayo y los últimos retoques en Londres en agosto. The Clash tenían treinta y seis canciones y una duración cercana a las dos horas y media, lo normal hubiera sido recortarlo para dejarlo en otro doble notable o en un único disco al que no le sobrase nada, pero la banda no estaba dispuesta a ceder esta vez, lo querían publicar todo y querían que el precio fuera el de un disco sencillo. La compañía se negaba en rotundo pero los miembros de la banda decidieron renunciar a las regalías de los primeros 200.000 ejemplares vendidos en el Reino Unido y a un recorte del 50% en otros lugares y consiguieron salirse con la suya.

No en vano eran el grupo más comprometido políticamente de su época y querían ser consecuentes con ello. "Sandinista!" es su obra más claramente política con Strummer arremetiendo por igual con el Imperialismo yanqui y ruso en "Washington Bullets" o llamando al disco en honor del Frente Sandinista de Liberación Nacional nicaragüense.

Elige tu propia versión

Eso sí es evidente que el disco es un claro ejercicio de autocomplacencia, hasta el más acérrimo seguidor de The Clash ha fantaseado alguna vez con su versión reducida del disco, ya sea doble o sencillo. Y puede que la banda también lo tuviera claro, entregando un disco sencillo, titulado "Sandinista Now!" a radios y prensa, que contiene la que puede ser la versión definitiva del mismo, con una primera cara compuesta por "Police On My Back", "Somebody Got Murdered", "The Call Up", "Washington Bullets", "Ivan Meets G.I. Joe" y "Hitsville U.K."; y una segunda con "Up in Heaven (Not Only Here)", "The Magnificent Seven", "The Leader", "Junco Partner", "One More Time" y "The Sound Of Sinners".

Ahí están la mayoría de las canciones más destacadas del disco, "Police In My Back" les vuelve a ver como una de las mejores bandas de versiones de la historia con la guitarra de Jones imitando el sonido de una sirena policial, en una versión a la altura de "I Fought The Law". Pero es que entre el material original también hay varios clásicos innegables, "The Magnificent Seven" les ve conjugando a la perfección música disco y hip hop, la fascinación disco sigue con "The Call Up" que demuestra la tremenda fuerza de su sección rítmica, mientras que "Somebody Got Murdered" es la prueba de que pueden seguir sonando tan fieros y afilados como siempre, aunque el verdadero corazón del disco es "Washington Bullets" donde su fascinación caribeña les lleva, esta vez, hasta el calypso.

Claro que también es evidente que este era su disco más disperso y menos enfocado hasta la fecha, algo que hizo que Robert Christgau (cuyo Pazz & Poll nombraría "Sandinista!" como mejor disco del año) declarase algo con lo que estoy totalmente de acuerdo: "Si este es su peor disco, y creo que lo es, entonces es que estamos ante la mejor banda de rock del mundo en este momento". Amén a eso.

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