In memoriam: Stuart Gordon, maestro del terror

El cine de terror de las últimas cuatro décadas acaba de perder a uno de sus mejores exponentes. El pasado martes Stuart Gordon abandonaba este mundo a la edad de setenta y dos años. Este artículo es nuestro pequeño adiós a un autor con el que crecimos entre sangre, vísceras, humor y terror, mucho terror.

El cineasta norteamericano Stuart Gordon se curtió en el teatro a finales de la década de 1960 en su Chicago natal rodeado de grandes nombres: el dramaturgo David Mamet –Gordon fue uno de los primeros directores teatrales que se animó a llevar a los escenarios las obras del autor de “Oleanna”– y los actores Joe Mantegna y Dennis Franz. Dos décadas más tarde, entró por la puerta grande en el horror cinematográfico gracias a “Re-Animator” (85), una de las mejores adaptaciones libres del universo de H.P. Lovecraft que mezclaba a la perfección gore, terror y carcajadas. El hit que supuso esa película, que también sirvió para lanzar las carreras de dos intérpretes hoy legendarios dentro del género, Jeffrey Combs y Barbara Crampton, dio inicio a una carrera que brilló hasta bien entrada la década de los 2000.

El cine de Gordon destaca por su humor negro, su gusto por el grand guignol y los efectos especiales prácticos más grotescos, su conocimiento erudito de la historia audiovisual del terror y su capacidad para releer en clave moderna los textos clásicos de Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft. Películas como “Re-sonator” (86), “Dolls” (87), “El pozo y el péndulo” (91), “Castle Freak” (95) o “Dagon” (01), son clásicos indiscutibles del género y ejemplos excelentes de sus virtudes como director y guionista.

En las últimas películas que estrenó como director, repartidas en la década de los 2000, Gordon hizo un giro hacia el thriller psicológico con elementos de terror entregando tres títulos notables que enseñaban el lado más oscuro de la condición humana: “King Of The Ants” (03), “Edmond” (05) y “Stuck” (07). Tras dejar de lado el cine, regresó al teatro, una disciplina que nunca abandonó del todo. Su versión musical de “Re-Animator” o “Nevermore... An Evening With Edgar Allan Poe” (protagonizada por su inseparable Jeffrey Combs) fueron éxitos sonados en los teatros de Estados Unidos. Con la muerte de Gordon, también desaparece una manera única de entender el género. Un imaginario propio donde el amor por el género, la provocación y las risas nerviosas vivían en perfecta armonía.

Para celebrar la magnífica carrera de Gordon, cerramos este merecidísimo in memoriam con tres sesiones dobles –reproducidlas en casa, ahora que hay tiempo– para descubrir su filmografía.

“Re-Animator” (85) y “Re-sonator” (86)

Sin lugar tipo de dudas, dos de las películas de terror más influyentes de la historia, tanto estética como temáticamente. La reciente y estupenda “Color Out Of Space” de Richard Stanley bebe del imaginario de esas dos obras maestras de Gordon que reformularon con éxito el universo de Lovecraft.

“Fortaleza infernal” (92) y “Space Truckers” (96)

Además del terror, el director de “Dolls” también se acercó con éxito a la ciencia ficción de serie B. “Fortaleza infernal”, una distopia loquísima sobre el control de natalidad y una cárcel futurista, y “Space Truckers”, uno de los mejores y más locos exploitations de “Star Wars”, tocaban el género desde una perspectiva desprejuiciada y pulp (sobre todo la segunda).

“Dreams In The Witch-House” (05) y “The Black Cat” (07)

Stuart Gordon también brilló en formato televisivo. Sus dos episodios independientes para “Masters Of Horror”, la serie creada por Mick Garris que unió a un dream team de directores del género (John Carpenter, Takeshi Miike, Tobe Hooper, Dario Argento, Don Coscarelli, etcétera), son oro puro. En “Dreams In The Witch-House” Gordon volvía adaptar con éxito un relato clásico de H.P. Lovecraft, y “The Black Cat” era un bello, leído y macabro homenaje al universo Poe con un inolvidable Jeffrey Combs de protagonista.