Los discos de mi vida por Lova Lois
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Los discos de mi vida por Lova Lois

Zarata — 07-05-2025
Fotografía — Gaizka Peñafiel

Detrás de Lova Lois está Lola Guerricaechebarria, rapera, poeta y cantautora vizcaína e integrante del grupo Esne Beltza. Lova nace de un deseo incesante por cambiar el mundo en el que vivimos utilizando el arte y la palabra como cura.

En solitario ha sido finalista nacional de poesía “Poetry Slam” en 2018, finalista del concurso de fotógrafas emergentes vascas “Baffest” en 2019, finalista del concurso musical de bandas y solistas de Hiriko Soinuak en 2022, finalista del VillaSoundBilbao y ganadora de Rockein en 2023.

El sábado 9 de mayo actuará en el BIMFest en Bilborock (21h) junto a Omago y Meridian.

Esta es su selección de diez discos que han sido imprescindibles a lo largo de su vida:

1. Aretha Franklin – "I Never Loved a Man the Way I Love You" (1967)
Mi padre solía poner a Aretha mientras cocinaba. Todos la queríamos en casa, y ese disco me acompañó durante muchos años de mi infancia, incluso cuando no entendía las letras. Años después, lo escuché de nuevo y lloré. Porque ahora sí entendía.

 

2. AC/DC – "Back in Black" (1980)
Tenía doce años y mi tío, que siempre ha sido ese tío enrollado con el que jugar a la PlayStation y ver Star Wars, me regaló este disco, que pasó a ser de mis favoritos y ocupaba el primer lugar en la estantería de mi habitación. Todos los fines de semana venía con un disco de rock nuevo para escuchar. Les decía a mis amigos que mi tío me enseñaba grupazos… y no me equivocaba.

 

3. Fito & Fitipaldis – "Lo más lejos a tu lado" (2003)
Este disco, y los que vinieron después, fueron la banda sonora de cualquier momento en el coche, ya fuera un finde en familia o con mi padre de camino a clases de teatro. Los discos de Fito estaban siempre puestos o entre los primeros en la guantera. Recuerdo decir que para mí Fito escribía poesía. Y tanto que lo hacía. Su melancolía me ha ayudado a aceptar la mía, y me ha enseñado también que mostrándonos vulnerables podemos hacer que otros conecten.

 

4. Sticky Fingers – "Caress Your Soul" (2013)
Si algo me llevé de las relaciones que no salieron como esperaba, sin duda fue buena música, y este grupo es de mis favoritos. Cuando el chico con el que quedaba me preguntó si los conocía, le dije que sí, pero la verdad es que solo me sonaban porque pensaba que era un álbum de los Rolling. Desde luego, no tenía nada que ver… pero me alegré de toparme con algo que no conocía. Lo escuchaba cuando iba a hacer skate o a surfear. Casualmente son australianos, y su música me evoca momentos felices en la playa y entre amigos. Este disco me enseñó a no tener miedo de mezclar, de jugar, de probar sonidos que quizás no “encajan”, pero que te hacen vibrar.

 

5. Mumford and Sons – "Babel" (2012)
Mi tío también me enseñó este grupo de folk rock y me flipó el sonido que tenían. Dentro de Babel, Below My Feet fue de las primeras canciones que escuché de ellos y la que más me emocionó, por la fe y la esperanza que transmite. Recuerdo ver una y otra vez los directos y alucinar con el banjo y el contrabajo.

 

6. El Kanka – "Lo mal que estoy y lo poco que me quejo" (2013)
Me topé con El Kanka en una reproducción aleatoria de YouTube justo cuando empecé a subir mis primeros temas con guitarra, y me enganchó su verdad, su humor y la naturalidad que desprenden sus letras. El Kanka hace eso: te habla claro, te emociona y te saca una sonrisa.

 

7. Calle 13 – "Los de atrás vienen conmigo" (2008)
A Calle 13, a Residente, lo descubrí gracias a un profesor de la escuela, de esos que tienen vocación y por los que merece la pena ir a clase. Aprendí que la palabra puede ser un arma, una herramienta para concienciar, y que puede viajar a través de la música. Que se puede —y se debe— ser visceral para cambiar algo.

 

8. Nina Simone – "Silk & Soul" (1967)
La primera vez que la escuché fue en una película, y poco después dijeron de cantar temas suyos en clase de canto. A mí, que siempre me había costado cantar canciones de otras personas —y más de una artista tan grande—, solo podía cantarla si la sentía. Me percaté de que la música había que sentirla para poder cantarla.

 

9. Lauryn Hill – "The Miseducation of Lauryn Hill" (1998)
Escuché a Lauryn y lo primero que pensé fue: “Qué necesario que este álbum lo escuche todo el mundo. Que se escuche en las escuelas.” Me di cuenta de que apenas escuchaba mujeres, que mis referentes y la idea de éxito estaban asociadas casi siempre a música cantada por hombres. Ella me enseñó que los estereotipos se pueden romper y que no tenía que elegir entre escribir con rabia o con ternura.

 

10. Esne Beltza – "Noa" (2010)
Este disco lo escuché mucho antes de imaginar que algún día cantaría con ellos. Para mí son unión, lucha, altavoz, raíces, cultura y reivindicar desde la fiesta. Me inspiró por esa forma tan natural de mezclar reggae, cumbia, hip hop, ska y mensaje. Haber formado parte de Esne Beltza y haber podido caminar con ellos los últimos años del grupo sigue siendo una bendición que nunca dejo de agradecer. Y como decía el último disco, y decía Xabi al público, les quiero decir yo a ellos… Zuekin zerurarte! (¡Con vosotros hasta el cielo!).

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