30 años del incandescente debut homónimo de Suede
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30 años del incandescente debut homónimo de Suede

Raúl Julián — 01-08-2023

El pasado 29 de marzo cumplía treinta años “Suede” (Nude, 93), el que fuera inflamable debut homónimo del grupo londinense producido por Ed Buller. El disco, que resultó ganador del Mercury Prize y quedó como una de las primeras piedras de toque de lo que daría en denominarse Britpop, es ahora relazando en diferentes formatos.

Los lanzamientos sirven como excusa para recuperar un álbum que, tres décadas después, sigue resultando tan desafiante y descarado como profundamente emocionante. Brett Anderson describía, con marcado acento británico, el entorno y la juventud inglesa de la época, tras beber a horcajadas de Bowie, Bolan o Morrissey y voltear influencias en beneficio propio. El vocalista hizo gala de una lírica afilada y segura de sí misma que, en la intensa (casi asfixiante) interpretación del de Sussex, aún consigue destilar un inconfundible romanticismo urbano y ese tipo de glamour inherente a mercadillos y tiendas de segunda mano. Una fórmula que Bernard Butler se encargó de completar, con líneas de guitarras tan explícitas que por momentos decían tanto o más que las propias letras. Con motivo del presente aniversario, ordenamos las piezas del disco de menos buena a la mejor, si bien “Suede” debe seguir entendiéndose en la grandiosidad de su conjunto.

11 – “Moving”

Quizá el corte más prescindible de “Suede” sea esta agitadísima canción de apenas tres minutos, por momentos casi “speedica” que, aunque en el contexto del álbum no aguante la comparativa con el resto de compañeras de lote, hubiera sido una magnífica cara B.

10 – “Animal Lover”

Algo parecido sucede con “Animal Lover”, a pesar de que su perfil ambiguo/sexual encaje a la perfección en el universo Suede. Una buena canción que hubiera resultado incuestionable como complemento, pero que en el conjunto glorioso de “Suede” no puede evitar palidecer ligeramente.

09 – “Breakdown”

A partir de aquí resulta doloroso, casi obsceno, cuestionar si quiera la valía de las canciones. “Breakdown” es uno de esos preciosos y sentidos medios tiempos que el combo ha venido alumbrado con frecuencia, y casi podría llegar a entenderse como borrador de aquel eterno “The Wild Ones” incluido en “Dog Man Star” (Nude, 94).

08 – “She’s Not Dead”

Emocionantísima resulta también esta canción, muy matizada (sobre todo en la delicadísima parte vocal) y en la que Anderson prueba su empatía para narrar temáticas desde la óptica femenina, captando una fragilidad que deriva en heroicidad con el ejemplo de su admirada madre siempre en el horizonte.

07 – “The Drowners”

El single con el que empezó todo –portada del Melody Maker nombrando al cuarteto la mejor nueva banda de Gran Bretaña incluida– era (y es) una pieza provocadora, arrebatadora y (una vez más) de marcado perfil sexual que, efectivamente, significó una llamada de atención imposible de ignorar tanto para prensa como para público.

06 – “Sleeping Pills”

Anderson vuelve a enfundarse una piel femenina, con la intención de plasmar esa perspectiva en cuatro sentidos minutos. Lo consigue en la que quizá sea canción más bella del elepé (con permiso de “The Next Life”), en una tendencia que después refrendaría a conciencia con la insuperable “The 2 Of Us”.

05 – “Pantomine Horse”

La pieza que ejerce de bisagra entre los dos principales universos latentes en “Suede”: el eléctrico y el emocional. Casi seis minutos que mecen al oyente –una vez más, entre la interpretación vocal plagada de matices de Anderson y las guitarras determinantes de Butler– en una secuencia creciente que termina por devorar al receptor.

04 – “Metal Mickey”

Si “The Drowners” fue el bofetón en la cara que despertó a críticos y un público británico ansioso de bandas autóctonas que tomaran el relevo del grunge americano, “Metal Mickey” fue la confirmación instantánea. Una canción (si cabe) todavía más afilada que su antecesor, que incidía como un cuchillo en la mantequilla.

03 – “Animal Nitrate”

Seguramente el single más recordado de “Suede”, himno de los noventa y una canción que contenía (en cantidades industriales) todos aquellos elementos que definían a Suede: vicio, ambigüedad sexual, drogas, falsetes vocales, nocturnidad, guitarras desbordantes y glamour. El resultado sigue siendo, a día de hoy, una canción tan insinuante como los violentos movimientos de cadera que Anderson exhibía en el videoclip.

02 – “The Next Life”

Un disco como “Suede” necesitaba un cierre a la altura. “The Next Life” es otra pieza bellísima hasta motivar la pura lágrima, con la voz de Anderson en niveles alejados de lo terrenal y luciendo protagonismo junto al piano que acompaña toda la canción, hasta concretar la definición de épica en el mejor sentido del término.

01 – “So Young”

Si “Animal Nitrate” se lleva el premio a la pieza más popular del disco, “So Young” se alzaría con el de mejor canción. El que fuese cuarto y último single extraído de “Suede” resulta ser puro romanticismo urbano, además de una alegoría a las drogas del sábado por la noche y esa invencibilidad inherente a la juventud.

Bonus track – “My Insatiable One”

Las caras B de los singles extraídos de “Suede” resultaron ser, casi en su totalidad, espléndidas composiciones. Sirva como ejemplo y representación de todas ellas este tema que, a pesar de su estatus inicial, se considera un clásico del grupo. No en vano, hasta el mismísimo Morrissey, llegó a versionarlo.

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