Llegar y vencer

El concierto de Cala Vento del jueves en el Shake estaba marcado en rojo en la agenda desde hace tiempo. La banda de la que todo el mundo habla, por primera vez en Bilbao. Nos acercamos con una mezcla de intriga y nervios por saber si estarían a la altura de las expectativas generadas y, sí, por supuesto que lo estuvieron.

Lo del dúo barcelonés fue llegar y besar el santo. Ahí se subieron Joan y Aleix, como quien no quiere la cosa, y nos dieron un buen repaso de rock como la copa de un pino. Riffs brillantes, baterías locas, melodías coreables, himno generaciones... Y solo con guitarra y batería, nada más. El público cantando todos los temas desde el minuto cero. Corrían las cervezas a un euro para combatir el calor infernal impropio del norte a estas alturas del año. No parecía que fuera jueves, ni que fueran solo las 9, ¡ni que fuera marzo!

Cala Vento nos cautivaron desde el principio con temas como 'Estoy enamorado de ti', de su disco debut, o 'Historias de bufanda' y 'Sin apenas conocernos', de su segundo LP, "Fruto panorama", que venían a presentar.

Escuchando la sucesión de temazos con tralla y el formato guitarra y batería uno no puede evitar pensar que estamos ante unos Japandroids a la catalana que además son capaces de conectar a la perfección con el público sin necesidad de trucos o artificios. “¡Aupa el Erandio!”, gritó un asistente entusiasmado.

Los de Barcelona dijeron que era su concierto número 100 y lo celebraron de la mejor manera posible, alternando temas nuevos y antiguos como 'Nueve toros', crónica de carretera y manta, 'Unos poco y otros tanto', de las más coreadas, y 'Fetén', algo más flojita. El éxtasis llegó con 'Isla desierta' y 'Hoy es un gran día', el bis que hicieron contra todo pronóstico, tras un amago de desmontar la batería.

Pues así, con humildad y esfuerzo, Cala Vento se están labrando una buena carrera musical y lo del jueves fue un éxito en toda regla. Pocas veces habíamos visto tan lleno el Shake y con el personal disfrutando tanto.