Tras “Abriendo alma y mente” parecía que Alondra Galopa sería un proyecto ocasional de Juan Antonio Salinas, otra ramificación espontánea, algo más sólida, de una capacidad creativa nunca suficientemente reconocida. Sin embargo, la continuación de un debut lo-fi, al menos llamativo, no se ha hecho esperar demasiado y “Voy a intentar olvidarlo todo” se convierte en un ente magno que difiere cualitativamente de su predecesor. “Es parte del proceso evolutivo del proyecto. El primer disco era lanzar una botella al mar. No se pretendía más que sacar temas y darles vida. Ahora he grabado en el estudio de Fernando Romero buscando mejorar la producción desde los primeros pasos con la alianza de mi amigo y productor Enrique B-jeta, alguien con quién después de años de trabajo y de diez nuevos días de trabajo conjunto, me sigo hablando”.
Junto a esta bicefalía técnica hay que reseñar que la democracia también aparece en aspectos textuales e incluso de creación musical. “En líneas generales llevo el peso de la composición pero ahora Alondra Galopa es una banda y se empiezan a adoptar roles que aportan mucha riqueza al resultado final”. Un resultado que incomodará al integrista de los sonidos inmediatos ya que la concepción de la banda pasa por la reflexión que dan las escuchas a cualquier receptor inteligente. Así se aprecian alegatos de cotidianeidad en las voces equilibradas de Mónica y Juan. Así la oscuridad instrumental no tiene miedo al qué dirán. “Las canciones que quiero hacer, en este y todos los proyectos en los que esté, son las que sean procesadas de manera natural sin ningún condicionante predeterminado por las modas, el mercado de turno o el mimetismo hacia otra banda de éxito. Alondra Galopa prefiere preservar su integridad creativa y no sacrificarla por el mercado y el éxito relativo”.
los vi en el monkey y me gustaron bastante ...