Además, vamos a preguntarnos algo que, seguro, ha pasado muchas veces por nuestras mentes. Eso de la genética ¿funciona en la música? La respuesta parece clara, y fácil. A veces sí, y a veces no tanto. Nos centraremos en la primera opción. En esos casos en los que el refrán “De tal palo, tal astilla” adquiere todo su sentido. Pero ¿hasta dónde es un tema sanguíneo y hasta donde un tema de educación, de costumbres o de comportamiento? Pues eso creo que no nos toca responderlo a nosotros.
El mundo de la música está lleno de casos de artistas que han seguido los pasos de sus progenitores. Algunas han superado mediáticamente el éxito de sus padres, y otras no. Algunos directamente han fracasado en el intento. Incluso hay quien ha optado por no seguir en absoluto lo enseñado por mamá y papá y poner en marcha una carrera al margen de su lustroso apellido. Por eso ha tocado escoger. Y nos hemos quedado con lo positivo, porque tampoco es cuestión meter el dedo en la llaga.
Vamos con esos vástagos que, de alguna manera, han triunfado y se han labrado un nombre propio. Y ojo, porque aunque la RAE nos impida feminizar la palabra vástago, no vamos a hablar solo de hombres, como ya has podido comprobar, sino también de mujeres, que las hay. Y muchas. Además, vamos a centrarnos en esos descendientes que han logrado tener carreras interesantes, especialmente fuera de grupos.
Finalmente, y ya que antes hemos tirado de refranero, como en la variedad dicen que está el gusto, estilos tenéis casi tantos como artistas. Por todo esto, hoy no van a estar aquí algunos nombres esperados, por uno u otro motivo. No están, de momento y por poner algunos ejemplos, Nancy Sinatra, Spencer Tweedy o Rodrigo Mercado. Tampoco Miley Cyrus, Julian Lennon, Dweezil Zappa, Kelly Osbourne, Charlotte Gainsbourg, Albert Hammond Jr., James McCartney, Sean Lennon, Rubby Stewart, Griffin Taylor o Lisa Marie Presley. Aunque quizá lleguen en en el futuro…
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.