Doce lunas para el festival de la “reconexión”
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Doce lunas para el festival de la “reconexión”

Yeray S. Iborra — 26-07-2018
Empresa — Doctor Music
Fotografía — Archivo

Doctor Music organiza, a un año de la vuelta de su festival, una ceremonia de integración con las valles de Escalarre. La reedición del certamen pretende darle un giro a los eventos musicales: taquillas contra los móviles, estudios energéticos de la zona, sostenibilidad y kilómetro cero. Salir del festival de "la vaca" siendo otro.

Nada ha cambiado demasiado por los valles de Escalarre. Las vacas, poco menos que un mito para los asistentes de las ediciones históricas del festival (1996-1997-1998), campan a sus anchas por los prados, los verdes del paisaje confunden incluso a la guía Pantone y los mosquitos se cobran su dosis con cada visita. Solo hay una diferencia: 30 años después del Doctor Music Festival, ya no hará falta tirar kilómetros de cable para plantar cabinas telefónicas. Ahora todo el mundo está absorto con su móvil personal. Pero hasta para eso hay solución.

“Habíamos hablado de colocar unas taquillas para dejar los teléfonos, ¿verdad?”. La pregunta la hace Mariano Bueno, experto en geometría sagrada y que ha hecho un estudio de las 160 hectáreas del festival para determinar cómo colocar los cinco escenarios del evento en función de su energía o dónde plantar un majestuoso menhir, cuatro metros de alto y dos soterrados. Neo Sala, director de Doctor Music, ataviado con abalorios que cuelgan de su cuello y tapado con un sombrero de cuero de cowboy para soportar la calima, dice que ‘sí’ a Bueno con la cabeza.

El menhir, venido desde Solsona, ya corona el valle. La acción de plantarlo en la zona forma parte de –dice la organización– la “reconexión” que el Doctor Music ha llevado a cabo con el lugar, a doce lunas justas del festival, y que ha contado con más de 200 invitados, entre prensa, trabajadores y autoridades, además de la actuación de Quimi Portet.

“El menhir es un punto de energía. Y hay muy buena energía en este lugar. Estamos encantados. El festival cuidará la conexión: habrá espacio de reiki, de yoga… Y la gente que esté en sintonía, o la que despierte aquí, podrá disfrutar de ello. No es para todo el mundo, claro, pero quien quiera… El que suba hasta aquí buscará algo diferente”, se sonríe Sala. Él también se ha quedado a dormir en una de las 104 tiendas de campaña distribuidas de tal forma que creaban un gran mandala en la explanada principal del que será el recinto del certamen en poco menos de 365 días (el Doctor Music se celebrará 12,13 y 14 de julio de 2019).

Años atrás, Sala organizó una primera edición del Doctor Music que ahora es historia de los festivales en España. En aquel momento no sabía ni lo que era la geometría sagrada. Ahora, el aprendizaje lo ha incorporado a la esencia de su buque insignia, a su –como la han llamado desde Doctor Music– Reincarnation Edition. “Poco después de organizar el festival empecé a comer orgánico... y muchas más cosas. A Mariano, por ejemplo, le pedí que hiciera un estudio de energías en mi casa. Ahora hemos hecho lo mismo aquí, en Escalarre... ¡Es que te quedas a dormir aquí y estás de puta madre!”.

Los miles que se quedarán a dormir en esta zona en un año también lo harán en tiendas, como en la edición original, aunque esta vez también las habrá más sofisticadas. Es uno de los pocos detalles que Sala ha avanzado sobre la nueva edición, que se sabe que ha vendido ya, sin cartel (se conocerá en otoño), 2.300 abonos; que contará con unas 70 u 80 actuaciones; y que sumará unos 12 millones de euros para su realización, a falta de concretar los sponsors y de ultimar los acuerdos con la Diputación de Lleida y la Generalitat de Catalunya.

“Nos hemos dado cuenta que los festivales son ahora mismo una carrera sin sentido. Pero este estará pensado a escala humana. Te perderás cosas, claro, pero no tendrás esa sensación todo el rato. Será una mezcla de artistas que eran conocidos hace veinte años y también de hoy en día. Habrá grandes nombres y una presencia local importante, como en otras ediciones", sostiene Sala.

Hagan apuestas, solo en la primera edición del Woodstock catalán –como se le llamó en la época– contaron con David Bowie, Lou Reed, Bob Dylan o Patti Smith, que llegó vomitando después de sortear las curvas de la Bonaigua.

Según el propio Sala, exultante al hablar de ello, la gente de la zona guarda un buen recuerdo del paso de su festival por aquí. Él, originario también de la provincia de Lleida, sabe que las cosas por aquí van lentas, pero avanzan “con buen pie, en los timings previstos”. “Estamos acabando de firmar los acuerdos por los terrenos, hay gente mayor, hijos que deben ponerse de acuerdo… Poco a poco”. Las personas de la zona tienen que confiar a ciegas en las premisas de Sala: respeto por el lugar, política de cero residuos y sostenibilidad y trabajos de proximidad y de calidad. El Doctor Music será un festival –casi– como no los hay.

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