Estrenamos “Silencio en la retaguardia”, su tercer disco
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Estrenamos “Silencio en la retaguardia”, su tercer disco

Redacción — 28-10-2016
Empresa — Récords del Mundo
Fotografía — Mariano Regidor

Dos años después de la publicación de “Que le corten la cabeza” Atención Tsunami publican su tercer largo. “Silencio en la retaguardia” es un nuevo paso adelante en la trayectoria de los madrileños que vuelven a ponerse en manos de Raúl Pérez en Estudios La Mina, con mezclas y masterización a cargo de Manuel Cabezalí. Publica una vez más Records Del Mundo  en CD y LP, con el preorder ya en funcionamiento en la web del sello.

El grupo estará presentando “Silencio en la retaguardia” en Moby Dick (Madrid) el sábado 19 de noviembre junto a El Lado Oscuro De La Broca, un par de semanas después de la publicación oficial que tendrá lugar el 4 de noviembre. Pero no tienes que esperar más para escucharlo, porque en MondoSonoro te lo ofrecemos a continuación en exclusiva, de la mano de los comentarios del grupo.

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1.- “Hoy es un buen día para morir”
Nada mejor para arrancar el día (y un disco) que unos cánticos indios, una máxima samurái y un buen pa-túm pá-tum regeattónico. Esta tiene una mezcla de matemática y psicodelia muy disfrutona, con unas guitarras de Dave muy locas viajando por la izquierda. Nadie te obliga a comer mierda así. ¡Que vienen los indios!

2.- “La ira de Kaplan”
Esta salió del tirón en un ensayo, tocando un poco de cachondeo, y acabó en single. Es un homenaje sentidiño a ese punto adolescente sin retorno en el que topas con la música que te cambiará la vida para siempre. Esa sensación salvaje, en bruto. La idea era que fondo y forma fueran de la mano. En clave interna: muchas risas viendo a Aarón grabarse una batería “normal” por primera vez en su puta vida. A tope de ruido, a tope de furia.

3.- “Poniente”
Una canción un poco rara que terminó por enfilarse hasta parecernos la más bonita que hemos hecho. Que nos recuerde algo a ARWAV cuenta. Raúl aún debe seguir buscando el compás en La Mina. Un amigo músico (de verdad) nos ha dicho que está en 13/4. Óle. El reto era hacer una canción pop sobre ese ritmo tan cabrón. La letra habla de Gijón (aunque podría ser de otras tantas ciudades machacadas secuenciadamente por la reconversión y la crisis). Nadie puede olvidar la ciudad en la que despierta.

4.- “El algoritmo de la noche”
Una licenciada exiliada en Berlín sale un momento del Panorama de turno. Muerta de frío, empieza a atar cabos echando un piti: los Becher, fábricas y museos, fábricas y raves, fábricas y paro, la fiesta, esa fiesta… hasta que le sube y tira para dentro. Ni blancos ni negros, la Zona gris. Sentir el puto clic y no hacer pie: saber que empieza. Basada en hechos reales. ¡Mueve tu muévedo!

5.- “Canarios universitarios”
Esta también salió muy rápido y también con bastante cachondeo grupal. El origen es una maqueta prehistórica (¿circa 2005?) de Álvaro con una acústica, que Choco desenterró y propuso recuperar. Por supuesto, ya no la reconoce ni su padre. Festival de guitars chexys. Que suban del Sur a comernos ya.

6.- “La Masía del más allá”
Una chanson-crescendo sobre la tomadura de pelo que es un “procés” dirigido por la mafia convergente, con las CUP embridadas y apaleadas como un charnego en una novela de Marsé. Ahí, abandonando la zona de confort una miqueta. El baile regional del universo. ¡El folclore es emocore!

7.- “Senderos luminosos”
Este es, con diferencia, el disco que más rápido hemos hecho, y el más desprejuiciado. Esta también se armó en un pispás. Va de un viaje interior bueno, de los que también te pueden cambiar la vida. Ritmo sabrosón y asincopado, con dueling sinte-guitars entre Battles y el 8-bit.

8.- “Hagamos un circo con animales del pasado”
Título longo para el vehículo longo del disco. Había un cartel animalista junto al local que ponía “Hagamos del circo con animales algo del pasado”, pero Álvaro lo leyó mal y se quedó flipando. El estribillo (“hay una vida escondida en vosotros que vivirá para siempre”) es una frase que nuestra amiga Cris tenía copiada decenas de veces en un cuaderno de la guardería que nos enseñó, de cuando las monjas le enseñaban a escribir. La canción empieza con una marejada instrumental un poco Tortoise que acaba en fuerte marejada (guitarra vs. bajo), para desembocar en una parte soleada, un poco Local Natives con ese ritmo de diligencia, y con una parte vocal-coral que es un experimento novedoso para nosotros, y que recuerda un poco a Agua Viva, o a Los Caños (esa tercerita por arriba). Evolucionando.

9.- “Silencio en la retaguardia”
La idea era acabar, como hicimos en el disco anterior con “La receta infalible”, con una electrónica, que fuera también, aun envuelta en máquinas, la más íntima del disco. Tiene una cadencia cloud y un rollo un poco Carpenter (el director, los hermanos todavía no). Va de un viaje interior malo, de los que te joden la vida. Otro “sentir el puto clic y no hacer pie”, pero diferente. “Que me corten la cabeza” dicho con otras palabras.

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