Un millón de amigos
Entrevistas / Les Savy Fav

Un millón de amigos

Luis J. Menéndez — 29-03-2011
Fotografía — Archivo

“Root For Ruin” es el quinto álbum de estudio de Les Savy Fav en una carrera de quince años, una carrera que los neoyorquinos han decidido tomarse con calma, en un crecimiento constante como grupo y en cuanto a su reconocimiento y repercusión. Hablamos con Seth Jabour, uno de sus guitarristas sobre todo ello.

Háblame de las diferencias esenciales entre la grabación de “Root For Ruin” y “Let’s Stay Friends”.

Bueno, lo esencial es que ha habido un parón muy largo entre los dos discos. “Let’s Stay Friends” fue un disco para el que tuvimos ideas muy ambiciosas en cuanto a la grabación y sin embargo en “Root For Ruin” recuperamos una forma de funcionar más natural. Queríamos recuperar un poco el espíritu de los discos del principio de nuestra carrera, está más enfocado y es más directo. Es un disco de rock’nroll muy directo. También todo esto tiene mucho que ver con habernos convertido en una banda formada por cinco componentes…


¿Qué ha pasado entre medias?

Cuando sacamos “Let’s Stay Friends” a finales del 2007 hicimos muchos conciertos... De todas formas tanto yo como Tim tenemos trabajos que nos tienen muy ocupados al margen del grupo, yo como diseñador gráfico freelance y Tim no para de ir y venir NY. Además, en la banda casi todos somos maridos y padres y no podemos ni queremos pasarnos doscientos días al año en la carretera. Así que no nos pusimos a preparar el disco hasta los finales de verano del 2009. Fueron tres sesiones de diez días cada una.

Tengo la sensación de que tras muchos años de trabajo “Let’s Stay Friends” fue el disco que os puso en el mapa.
Sí, sí, totalmente. Ganamos un montón de fans con “Let’s Stay Friends”. En realidad nuestros fans han ido cambiando un montón a lo largo de los años. Si te vas a los primeros años de la banda… yo creo que nuestras actuaciones siempre han sido más o menos parecidas, no hacemos nada diferente sobre el escenario de lo que hacíamos hace diez años. Lo que pasó es que “Let’s Stay Friends” nos expuso ante un público mucho más amplio y un montón de chavales nos vieron por primera vez y debieron de pensar “estos tíos están locos”. Todo tiene su punto positivo. A finales de los noventa la gente que venía a nuestros conciertos eran colegas, gente de la escena que se sabía todas las canciones y que nos han seguido durante años. Pero ahora shows como los que hicimos en el Primavera Festival nos han puesto frente a otro público mucho mayor y menos definido.

En cierto modo creo que os ha ocurrido algo similar que lo que sucedió con Fugazi en su día. De hecho me parece que Fugazi siguen siendo la referencia más clara con la que compararos, no sólo por el tipo de música que practicáis, por el componente melódico de unas canciones de poso hardcore, sino por vuestro peso dentro de la escena y el desarrollo de un sello (Dischord en el caso de Fugazi y Frenchkiss en el de Les Savy Fav) con el que de alguna forma habéis apadrinado a los grupos que os gustaban.

Sí, claro, yo también veo la conexión con Fugazi, totalmente. De hecho nuestro bajista (Syd Butler, propierio de Frenchkisss) creció dentro de aquello y para él Dischord fue el modelo de cómo gestionar un sello. Importaba la música y también la integridad a la hora de levantarlo. En cuanto el sonido creo que nuestro material más antiguo está muy influido por Fugazi. Todavía el otro día escuché “Waiting Room” y flipaba con lo buena que es esa canción y cómo impactó mi vida la primera vez que la escuché cuando estaba en el instituto. En 1990, cuando la oí, pensé: “Joder, esto es alucinante, yo quiero hacer música como ésta”.

¿Qué relación tiene la banda con Frenchkiss? Porque el sello no ha parado de crecer y en los últimos tiempos ha publicado discos tan destacados como los de The Antlers, The Dodos, Hold Steady, Local Natives…

Syd es el sello, el resto no estamos implicados en él. Bueno al principio le echábamos un cable como podíamos, por ejemplo si hacía falta un diseñador gráfico yo intentaba hacerlo o le ponía en contacto con un colega. Y también nos preguntaba más cuando le tocaba tomar decisiones, pero ahora funciona de un modo completamente independiente. Ahora tiene empleados, clientes,... Está intentando diversificar el sello metiéndose en el terreno de los derechos editoriales. Las cosas son muy diferentes ahora de lo que lo eran en 1998 cuando Frenchkiss era sólo un brillo en sus ojos. Y también se encarga de todo el tema de contratos y demás con Les Savy Fav. Llegó un momento en que pensamos que quién mejor que él para llevar todo eso…

¿Crees que el espíritu del hardcore, sus ideales, todavía tienen sentido a día de hoy?

Si, además creo que se está dando cierto revival. Pero el hardcore en realidad nunca se ha ido del todo, siempre ha habido chavales haciendo bandas de hardcore. Es algo que nunca ha terminado de perderse. Ellos siguen adelante, contigo o sin ti, pero el fenómeno perdura...


¿Cómo es posible mantener durante quince años una banda como Les Savy Fav, sin demasiadas expectativas, todavía juntos y activos?


El secreto está en seguir siendo amigos y comportarnos de una forma muy poco profesional. Los miembros de la banda no son intercambiables. Nos apetece vernos, pasar tiempo juntos, y tocar juntos, claro. Nuestra forma de enfrentarnos al directo del directo siempre es convertirlo en una fiesta, que banda y público nos convirtamos en una sola cosa. Así que ser capaces de envolver al público introducirlo dentro del show termina siendo beneficioso para todos. Obviamente queremos entretenerles a ellos y pasárnoslo bien nosotros, así que terminamos creando una relación simbiótica en el que uno se alimenta del otro.


Pero vuestra forma de relacionaros con el público, o más concretamente la de Tim, es muy física…
Alguna vez alguien en el público ha llegado demasiado lejos porque malinterpretó las intenciones de Tim.

Hay veces que su show entre la gente incomoda, y otras en que ocurre todo lo contrario, que la gente salta al escenario y pierde el control.

En esos casos ¿has llegado a sentir que la cosa se os va de las manos?

¿Yo personalmente? Sí, claro, ha habido ocasiones en las que hemos perdido el control de la situación. Recuerdo alguna vez en que estaban sobre el escenario quince chavales y era como “ups, nadie está realmente controlando esto…”. Generalmente no hay problema, sólo quieren divertirse y estar cerca de lugar donde está teniendo lugar la acción. En realidad nosotros sólo tenemos que encargarnos de que la música siga sonando, jajaja. De todas formas en la mayor parte de los casos Tim sabe como controlar a la gente, hacer que se sienten,... sabe manejarlos, en definitiva. Recuerdo una vez que un chaval se subió al escenario y estaba comportándose como un completo gilipollas, así que Tim le dio un puñetazo, lo que por otra parte no le pega nada hacer. De hecho un rato después pidió disculpas en público ante todos, pero aquello fue totalmente necesario para que la cosa no fuera a mayores…

Un comentario
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Un millón de amigos
Entrevistas / I´m From Barcelona

Un millón de amigos

Joan S. Luna — 09-06-2006
Fotografía — Archivo

Surgidos de la nada (o casi), los suecos I’m From Barcelona son una suerte de happy family que ha venido al mundo para contagiarnos de entusiasmo y alegría. “Let Me Introduce My Friends” (EMI), su primer larga duración y posiblemente el único que lleguen a publicar, no busca otra cosa que abrazarnos y decirnos a voz en grito: “la vida es bella, disfrútala”.

Desconozco lo que van a obtener I´m From Barcelona con su álbum “Let Me Introduce My Friends”, quizás vendan discos como churros gracias a ese hit festivo y de un pastelero que asusta que es “We´re From Barcelona” o puede que lo único que consigan es crisparnos los nervios a todos después de sonar millones de veces en las radios comerciales. No lo sé ni me importa. Pero lo que sí sé es que han conseguido que un tipo tan negativo, agrio y pesimista como yo haya empezado a pensar en los veranos que han pasado y que me hicieron tan feliz, en esa cabaña de cartones y ramas en la que los amigos nos reuníamos a mirar revistas guarras y beber las primeras cervezas, en esos paseos en bicicletas destartaladas, en esos bailes en los que intentabas dar algún besito con disimulo e incluso a imaginar con cuántos amigos y amigas vas a quedar este próximo agosto.

"Oficialmente somos veintinueve personas, un colectivo más que un grupo"

Por eso a cualquiera le debería traer sin cuidado si I´m From Barcelona van a durar tres semanas o trescientos años, si su disco se va a poner de moda o si nadie va a comprárselo. Lo único importante es que canciones como “Sleeping”, “Collection Of Stamps”, “Treehouse”, “Jenny” o “Barcelona Loves You” han conseguido que lleve semanas viendo todos los vasos medio llenos. Discúlpenme, ya sé que esta no es una publicación de autoayuda, sino de actualidad musical, así que hablemos de música. I´m From Barcelona es ese grupo que ha sonado en las cápsulas promocionales del festival Primavera Sound y el protagonista de uno de los clips más autoparódicos y simpáticos que recuerdo, el de “We´re From Barcelona”. “Oficialmente somos veintinueve personas, un colectivo más que un grupo. Como podrás imaginarte nos va fatal para organizarnos y podemos tocar pocas veces. Pero en el festival de Barcelona tendréis suerte y podréis ver a los veintinueve miembros originales (más risas). Supongo que queda muy claro que soy músico, pero no un gran economista (risas). Toda esta historia tenía mucha gracia hasta que empezamos a ver que movilizar a I´m From Barcelona iba a costar realmente mucho dinero, así que lo que ocurre es que no lo ganamos”, responde Emanuel Lundgren, auténtico cerebro de esta familia feliz y compositor de todas las letras y música.

"Las letras son cortas pero los sentimientos que quieren transmitir son muy importantes"

Casi tres decenas de personas interpretando canciones que no guardan secretos, que no tienen segundas lecturas, que son clara y sencillamente lo que parecen, y que además suenan divertidas, vitales y simpáticas. Son canciones que hacen de la nostalgia y la vida en si misma una bandera. “Las letras son cortas pero los sentimientos que quieren transmitir son muy importantes para mí”, me comenta, poniéndose un poco más serio. Si en lugar de un montón de universitarios vestidos con mal gusto las interpretaran una legión de melenudos con pinta de haber sido abducidos de un festival de los setenta estaríamos hablando de hippies y de flower power. “Nunca podríamos haber imaginado que alguien diría que somos un grupo hippie, aunque no eres el primero que me lo dice. Es verdad que las letras son optimistas y positivas, pero no veo esa relación. Piensa en tus amigos, en pasarlo bien con ellos en verano, en tomar una copa mientras suena una melodía simpática. Piensa en cuando te reúnes con tus amigos un fin de semana en un bar de Barcelona a tomar algo, si te parece que sois un montón de hippies por eso, entonces nosotros ¡somos hippies! (risas). Pero eso no es todo. Y no lo porque lo apuntado hasta aquí no evita que sepamos que se trata de preciosas y excelentes piezas de pop llenas de palmas, de coros de grupo parroquial, de pianos saltarines, de banjos, melódicas, clarinetes e incluso ukeleles. Como si Polyphonic Spree no vistieran como Los Inhumanos, como si The Hidden Cameras no se preocupasen por la identidad sexual, como si los bichejos de Fraguel Rock tuvieran un poder adquisitivo por encima de la media española, como si a todos los desubicados de primero de Humanidades les diera por olvidarse de lo inútil de sus estudios y decidieran echarse unos cantecitos, como si en las primeras películas de Lukas Moodyson siempre estuvieran de buen rollo, como si Belle And Sebastian no buscaran hacer grandes discos o Architecture In Helsinki en complicarse la vida y se contentarán por hacérnoslo pasar bien a todos, sin más. Pero vayamos a la génesis de la banda, una aventura que nació como una broma simpática y que vista su repercusión casi se está convirtiendo en un empleo a jornada completa. Hasta ahora, Emanuel Lundgren era el cantante y guitarrista de un grupo sueco, Valley Days (www.valleydays.se), de pop independiente tranquilo entre los Radiohead más accesibles y el indie estadounidense y con varias grabaciones en el mercado. Pero una ola de calor y una exaltación de la amistad desmesurada hicieron que el verano de 2005 cambiará su vida y la de... veintinueve suecos, entre ellos los cuatro miembros de Valley Days (Lundgren, Philip Erixon, David Lunjg y Christofer Olofsson), que también forman parte de I’m From Barcelona. “Fuimos de viaje a Francia y pensamos en toda esta historia. Iba a ser realmente divertido reflejar las emociones del verano y de las vacaciones. Una vez compuestas las canciones las grabaríamos como pudiéramos y las presentaríamos en una fiesta en algún bar local. Y eso es lo que hicimos. Actuamos en un pequeño bar en el que deben caber unas trescientas personas como mucho e interpretamos lo que habíamos compuesto con la ayuda de un montón de amigos, que se han convertido en miembros fijos (risas). Así fue como empezó todo. La gente se lo fue contando a su vez a sus amigos y sin darnos cuenta empezamos a ver que había un montón de mensajes en nuestra web (www.imfrombarcelona.com) y que nos escribían personas de distintas partes del mundo interesándose por nosotros”. Créanselo: existen fotografías que documentan esa primera e inicialmente última actuación. Aunque si los primeros pasos del grupo les sorprenden, si no saben aún de dónde demonios surge un nombre como I´m From Barcelona, van a llevarse ustedes otra sorpresa. “Bueno... nunca en la vida he estado en tu ciudad. Ni siquiera he estado nunca en España, así que ese festival será la excusa ideal para visitarla. Sé que la ciudad va a encantarme, y que tenéis un gran sentido del humor. Decidí usar este nombre por una historia curiosa. Me gusta una serie de televisión inglesa que se llama ´Fawlty Towers´ y que protagoniza John Cleese. ¿La conoces? Mi nombre es Emanuel y ahí aparecía un personaje, el asistente, que se llamaba Manuel. Era un personaje muy gracioso y con un bigote como el mío. Y en la serie, Manuel era de Barcelona, así que de ahí salió el nombre”. En España, para evitar conflictos, el doblaje de “Hotel Fawlty” nos hizo creer que el bueno de Manuel era mexicano. Todo cuadraba, desde el bigote hasta el pelo negro pasando por un ridículo acento mexicano de lo más impostado. Mientras, en el resto de Europa, se reían a costa del diminuto españolito. Ya saben, disfruten de las canciones de I´m From Barcelona; olvídense del futuro –del grupo y del suyo propio- y llamen a todos sus amigos antes de que sea demasiado tarde y háganse una foto juntos. No importa si tienen cara de culo, si se meten el dedo en las narices cada diez minutos, si apenas usan desodorante, si se pasan la vida alardeando de sus cualidades, si no hacen más que gorrearles, si nunca les contestan las llamadas telefónicas o si piensan distinto. Los amigos son los amigos.

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