Soul´n´roll
Entrevistas / The Detroit Cobras

Soul´n´roll

Aitor Domínguez — 13-01-2005
Fotografía — Archivo

1995, Detroit. Mary Restrepo y Steve Shaw comparten apartamento y se pasan el día escuchando viejos vinilos de R&B de los cincuenta y los sesenta. Encuentran a la cantante Rachel Nagy, ex carnicera y stripper. Se convierten en The Detroit Cobras y, casi diez años después, siguen en activo con "Baby" (Sinnamon, 04).

Antes de "Baby" estuvieron ”Mink, Rat Or Rabbit” y “Love Life And Leaving”, pero aquí llegaron por primera vez oficialmente con el magnífico Ep “Seven Easy Pieces”. En realidad, todo trata de lo mismo, revivir en clave garage temas olvidados de lo que ellos llaman la “edad dorada del pop”. No es extraño que en la ciudad de la Motown, Fortune Records, de los Stooges, MC5 y The White Stripes, el soul y R&B se mezcle con el punk y el garage. La guitarrista Mary Restrepo nos atiende antes de su concierto para el Wintercase en Barcelona. “La idea original vino simplemente de escuchar los discos que nos gustaban, discos de los cincuenta y los sesenta y teníamos un montón, éramos una pandilla de amigos, bebiendo cerveza y pasándolo bien”. ¿Y de escuchar los discos a la necesidad de tocarlos? “Como no puedes escucharlos en la radio tienes que tocarlos. Además quiero tocar esta música porque me pone y quiero saber por qué me pone, tengo que saber por qué me gusta una canción y montar una buena fiesta”. Y una fiesta en Detroit debe sonar, según rezan los tópicos, bastante parecido a como lo hacen ellos.

"Después del boom de White Stripes, todos los músicos de Detroit encontraron trabajo fuera la ciudad"

“Yo creo que en Detroit todos compartimos ese amor por el R&B, porque, aparte de la Motown, bajando la calle estaba Fortune Records, que en su momento fue importante y tenían un montón de artistas que ahora están olvidados y que nosotros pensamos que son geniales”. Además, la ciudad del motor es un paraíso si buscas joyas en vinilo. “Fortune Records sigue existiendo, siempre hay algún viejo que tiene discos de esos”. ¿Y de alguno de los artistas olvidados que adoráis? “Hay muchos músicos en Detroit, aunque muchos han muerto. Pero sí, Detroit es muy accesible, puedes encontrarte a Ron Asheton y a Meg White en el mismo bar, en los mismos diez metros cuadrados, es muy accesible”. Así que todo el rollo de la escena de la Motor City es cierto. Es decir, ¿podríamos hacer turismo garage en Detroit? “Sí, hay una parte de Detroit que es todo rap, con Eminem y estos chicos, otra parte que está en plan Kid Rock, como en cualquier sitio. Detroit es muy grande pero está muy dividido, aquí está la escena garage... Y todo el rollo de la peli de Eminem es verdad, 8 Miles es así, son los suburbios, nosotros vivimos en la ciudad”. Es decir que la escena existe, pero es tan pequeña que todo el mundo está en todos los grupos. De aquí los constantes cambios de line-up de Detroit Cobras y de las demás bandas. “El guitarrista de antes también estaba con los Electric Six. Después del boom de White Stripes, todos los músicos de Detroit encontraron trabajo fuera la ciudad y tenías que tomar decisiones, Steve (Shaw) estaba en con nosotros y Electric Six al mismo tiempo y había demasiado conflicto. Nuestro batería también lo dejó porque quería montar su propia historia, pero Rachel y yo siempre hemos sido las mismas”. Sin Steve Shaw, las dos chicas se convierten en las jefas, ellas son las escogen los temas que quieren versionear. “Siempre son los chicos los que hacen cintas a las chicas y a mí me encanta mezclar cintas y compactos. Lo siento por la generación del iPod, porque no pueden decorarlos ni firmarlos. Yo hago cintas para Rachel y ella para mí. De veinte canciones quizás escogemos una, pero es divertido escucharlas”. Sin embargo, siempre escogen las más raras, no encontrarás ningún auténtico hit de los cincuenta o los sesenta en las grabaciones de The Detroit Cobras. “Si son muy conocidas la gente está predispuesta a escucharlas de una determinada manera y no puedes cambiar la percepción de la gente, se trata de tener buen gusto, hay muy buenas canciones por ahí. Si me gusta una canción que es muy conocida, posiblemente ya está hecha de la mejor forma posible, me encanta ´Be My Little Baby´, por eso la dejo como está. ¿Para qué tocarla?”. Excepto “Last Nite” de los Strokes, que empezó como una broma y acabó en el recopilatorio del aniversario de Rough Trade. Dejándola a un lado, no hay otros temas recientes. “En los cincuenta y los sesenta se hizo muy buena música porque había compositores y cantantes. Hay canciones de hoy en día que sonarían mucho mejor con un buen cantante, porque el que hay está bien, pero no te enciende. En los cincuenta se hacía así. Que puedas escribir no significa que puedas cantar y viceversa. Leiber y Stoller no cantaban, tenían a Elvis”.

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