“Hacer este disco ha sido una grieta de luz en medio del gran muro”
Entrevistas / Sandra Monfort

“Hacer este disco ha sido una grieta de luz en medio del gran muro”

Andrea Giménez — 13-05-2021
Fotografía — Elena Silvestre

El disco debut de la artista de Pedreguer Sandra Monfort, serpentea entre la poesía y las raíces. “Niño Reptil Ángel” (Hidden Track, 21) es un álbum que metamorfosea, repta hábilmente entre tonalidades y se sumerge en un océano de contrastes. Una aventura en solitario repleta de metáforas fusionadas en una dualidad constante, el folk tradicional y la vanguardia.

“Niño Reptil Ángel” es tu primer trabajo bajo tu propio nombre. ¿Cómo se ha gestado este disco debut y cuáles han sido las emociones que se han ido generando durante este proceso?
Llevo mucho tiempo acompañando, componiendo y arreglando para otros artistas y ya tenía ganas de empezar un proyecto en el que el único filtro por el que hubiese de atravesar mi proceso creativo fuese yo misma. Tenía ganas de crear un universo sonoro y visual vertebrado desde mi propia experiencia y ver qué se generaba. Ha sido un proceso muy intenso, la parte más gustosa es cuando estas sola con tu guitarra en la intimidad. Cuando tienes que exponerte es cuando empiezan a brotar los miedos y se convierte en una cosa más delicada y resbaladiza, pero el largo paseo hasta la firmeza y la aceptación es un buen camino y una buena oportunidad para entenderte y crecer.

En otras entrevistas incides en que tu disco se desprende de todo aquello “académico y encorsetado”. ¿En qué medida ha supuesto una liberación para ti el hecho de componer este álbum?
He crecido en conservatorios, me he pasado tantas horas de mi vida allí que me siento impregnada aún de todas sus normas y dinámicas. El nivel de exigencia que tengo conmigo misma y con la música a veces es incluso doloroso e intento desprenderme poco a poco, a trocitos, de todo esto. Hacer este disco fue un desgarre muy grande, no sé si lo llamaría del todo liberación pero sí considero que ha sido una grieta de luz en medio del gran muro.

¿Qué buscas en el momento de construir tus canciones? Tanto en la lírica como en lo musical, ¿qué es lo que te inspira?
Me inspira todo lo que me rodea, todo lo que leo, todo lo que comparto con mis amigos y amigas, toda la música que escucho y el arte que consumo. Intento que se genere un universo pequeñito detrás de cada canción, con su imaginario, sus colores, sus texturas, sus personajes, su manera de decir las cosas, de sufrir, de amar, de vivir... Cada canción tiene una voz propia que se transforma y es distinta en el mundo de cada oyente que la recibe.

“Niño Reptil Ángel” está repleto de pequeños detalles que conforman una textura casi palpable. De la sutileza vocal a los bucles de guitarra y diversos efectos de voz, todo ello ensamblado con detalles de electrónica que se fusionan en una escucha orgánica a la vez que distante… ¿Cuál piensas que es el engranaje de todo esto?
Las canciones las cabalga la guitarra y la voz en el centro y todo lo que envuelve a estos dos elementos son colores que se generan a través de ellos. Es decir, la guitarra y la voz serian como las vidrieras policromadas de una iglesia: la luz se filtra por las vidrieras y desprende todos esos colores dentro, que sería el tema en sí. Sin las vidrieras no tendríamos esos colores, pero sin la luz tampoco. La intención era que tuvieran una relación de interacción, que se fundieran todos los elementos para generar una estancia muy concreta en cada tema.

“Hacer este disco ha sido una grieta de luz en medio del gran muro”

La vida, de múltiples formas, es un concepto muy presente en los cortes. El tema común son las raíces y un sonido exótico y singular, algo que no dejamos de ver en tu proyecto paralelo Marala. ¿Cómo ha germinado esta idea? ¿Vivir en tu casa de campo ha influido en este aspecto?
Marala para mí es un proyecto eje desde el cual me reinvento, experimento, avanzo como artista y como persona. Las dos otras capitanas del barco: Selma y Clara, son amigas y admiradas, nos cuidamos y nos enseñamos mutuamente. Marala suena a mí y yo sueno a Marala porque es un canal de expresión por el cual me muevo. Me interesa desde hace mucho tiempo la música tradicional y toda la poética castellana porque evoca muchísimo todos estos paisajes. Me parece que hay un gran desarraigo que va creciendo con el tiempo provocado por un sistema muy feroz que nos tiene a todas con ansiedad, miedos, precariedad laboral... El campo, la tierra, el pueblo, los paisajes, las gentes humildes, sinceras, de ojos transparentes y manos cálidas me ayudan muchísimo a volver a un centro que se me va desplazando constantemente.

“Me interesaba unir los dos cauces del río: la música tradicional y la electrónica para entender cómo podían dialogar y convivir”

Grabaste las canciones en Galicia, acompañada de crnds, Cibrán Seixo, Xosé Lois Romero y Xavi Lozano, quienes aportaron su parte en lo instrumental y la producción. ¿Cómo se desarrolló este trabajo?
El proceso de grabación tuvo lugar en Santiago de Compostela, fue un proceso intenso, unos 3 meses de trabajo más los meses posteriores de mezcla y máster. Lo co-producimos crnds, Cibrán Seixo y yo. Ha sido muy diferente a los trabajos que he grabado anteriormente porque partíamos de las canciones crudas a guitarra y voz. No existían unos arreglos hechos con banda, se tuvo que realizar una preproducción primero para ver hacia dónde queríamos conducir los temas y después una producción con muchísimas fases de prueba-error y prueba-victoria. Lo fuimos esculpiendo poquito a poquito con mucha paciencia y amor. Me he sentido muy bien acompañada, admiro muchísimo el trabajo pulcro y delicado de todos los artistas que han participado en el CD.

Nuevos colores y destellos electrónicos se entrevén en temas como “Solar” o la que da nombre al álbum “Niño Reptil Ángel”. En ellas haces uso de recursos como el vocoder y el autotune. ¿Qué te ha inspirado de estos?
Artistas como Maria Arnal, Sevdaliza, Oklou, Charli xcx, Oneothrix Point Never, Rosalia, James Blake, Bon Iver, son manantial de inspiración para mí y para la gente con la que he trabajado este disco. A su vez, he escuchado muchísimos archivos de materiales de la península de gente cantando cantos tradicionales de sus tierras. Me interesaba unir los dos cauces del río: la música tradicional y la electrónica y entender cómo podían dialogar y convivir.

“Ramo verde” es el único tema que no es propio, se trata de una tonada tradicional de Zamora que también cantáis en Marala. ¿Cómo surgió la idea de incluirla en el álbum?
Hice este arreglo pensando en incluirlo en mi trabajo en solitario porque quería que hubiese algún canto tradicional ya que ocupa un espacio muy grande en mi terreno interno, les enseñé a Marala y vimos que también encajaba con nuestro talante y decidimos cantarlo también. El mismo tema puede sonar muy diferente según cómo lo trates o moldees, se resignifica y se transforma.

Siguiendo con esto y dados los títulos tan evocadores de los temas que, a mi parecer, son como imágenes de un bosque o de la tierra. ¿Existe algún lugar concreto, imaginario o no, que te viniese a la mente en el momento de creación de estas canciones?
Me invento historias continuamente, me pasaba cuando era pequeña y me sigue pasando. Canalizo mis dudas existenciales a través de historias inventadas, ficticias, pero que me retumban igualmente. Me inventé «Niño Reptil Ángel», por ejemplo, estando tumbada en el césped, al lado tenia un estanque con ranitas y yo miraba el cielo. Me inventé la historia de un niño que nace deformado, antes de hora, con manitas de sapo y pecho morao, una especie de figura mitológica, medio humano medio reptil... Este no consigue sobrevivir y sube al cielo convertido en ángel. Desde allá nos protege, llora y sus lágrimas llenan pozos y ríos y nos da agua dulce para vivir... Detrás de esta historia hay una reflexión más profunda: la muerte, la espiritualidad, dónde se sitúa la belleza física y porqué se sitúa ahí...

Cuéntanos un poco acerca de la portada del disco. Tan frágil y a la vez tan nostálgica.
La portada del disco está diseñada por goro.studio, es el propio niño reptil llorando en el vientre de su madre. Ya conoce las miserias del mundo y también su belleza a veces tan violenta, a veces tan dulce... Me parecía que esta imagen recogía muy bien el sentido de todas las canciones del disco, quería que todo tuviese un sentido y se uniera.

Paralelamente al tema que da nombre al álbum, ¿en qué sentido te identificas con la madre de la historia de “Niño Reptil Ángel”?
No me identifico con la madre sino más bien con el niño reptil, nunca he sido una persona que encajara a la perfección con el mundo, hay siempre una especie de incomodidad vibrando en el aire… Realmente me parece que nadie siente que encaja a la perfección con todas las normas impuestas, el sistema es demasiado exigente, Niño Reptil Ángel representa todas esas piezas de una misma que sentimos que no encajan con el mundo y pretende abrazarlas y darles bienvenida.

¿Cómo te sientes respecto al resultado y la acogida de “Niño Reptil Ángel”?
Estoy muy contenta, agradecida por el equipo que lo ha acogido y acompañado desde su estado más virgen hasta ahora. El equipo de Hidden Track Records, Pro21, lindisfarne, goro. studio, modelocero... Agradecida de que me queráis preguntar sobre todas estas cosas, le da sentido a su existencia, y conmovida de ver cómo llega y cómo se va filtrando por las pieles de quien escucha.

Este mes podrás verla en directo dentro del cartel del Festival Etnoscòpic, que se celebrará en Barcelona durante los días 27 a 30 de mayo (Monfort actúa el 27), aunque otras fechas son: 29 mayo (Camprodón) y 31 junio (Barcelona, La Monumental, con Ferran Palau).

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