Hivern Discs es el sello que ha permitido sacar la cabeza a Aster. Una plataforma ideal para ellos, en la que pueden tener la proyección que merecen. El sello de John Talabot define al dúo como un proyecto que cultiva el “respeto sin veneración a los clásicos”. Pero ¿de qué clásicos hablamos? Pettre nos lo aclara. “Tenemos muchos referentes a la hora de hacer música, pero algunos de nuestros artistas fetiche son Mr. Fingers, Aphex Twin, John Beltran, Arthur Russell, Boards Of Canada... Aunque queremos pensar que una de las principales armas del proyecto es que no nos casamos con ningún sonido concreto y tratamos de evitar conscientemente el emular a otros proyectos”. La música de Aster está plagada de referentes: la pureza y la urgencia del primer techno y house, destellos electro y disco, texturas y melodías cercanas al pop. “La forma en la que tratamos de encajar diferentes influencias dentro de la música electrónica bajo un manto melódico y pop, es nuestra forma de aportar algo personal el mundo de la música”. Esa eclosión de géneros es la que llamó la atención de Hivern Discs. “Los chicos del sello ya sabían que hacíamos música por nuestra cuenta, incluso cuando Aster no existía. Nosotros éramos fans del sello, seguíamos cada una de las cosas que hacían, así que cuando nuestro proyecto empezó a evolucionar decidimos enviarles algunos tracks para que simplemente nos dieran su opinión. En un principio no le dieron mucha importancia a la música ya que veían que no encajaba con sus ideas, pero nos dijeron que les continuáramos enviando cosas. Seguimos trabajando con lo nuestro hasta que dimos con un tema que les gustó mucho. A partir de ahí nos incluyeron en una compilación y nuestra relación se fue solidificando”. Ahora se encuentran en un punto muy bueno, en el que están pasando del semi-anonimato a encarar proyectos muy interesantes: un EP para Hivern, otro para el sello americano Mathematics, remixes todavía por desvelar y actuaciones en festivales como Sónar, donde tendrán el placer de abrir el escenario SónarCar la jornada del sábado. Prueba de fuego. “La verdad es que no tenemos ninguna intención de realizar una sesión totalmente premeditada, sabemos que estas cosas pueden fallar en cualquier momento. Tenemos la suerte de llevar unos cuantos años pinchando en salas y sabemos que lo importante es estar comunicativos con la pista de baile y sobre todo entre nosotros”. En el horizonte, el desafío de trasladar sus producciones al directo. “La idea de llevarlas la tenemos desde hace tiempo, pero todavía no hemos visto el momento de ponernos en serio con ello. Hace tiempo que lo hablamos pero queremos ser exigentes y montar un directo que no se limite a disparar loops desde un portátil”. Sería un sacrilegio para un dúo que puede presumir de una buena colección de máquinas en su estudio. “El estudio en el que trabajamos está compuesto por varios sintetizadores y cajas de ritmo. Usamos el ordenador solamente como multipistas y para aplicar algunos efectos. Se nota mucho en el sonido que sacamos. Trabajar con hardware no es necesariamente mejor que hacerlo con software, pero en nuestro caso nos ayuda a interactuar de una forma que sería difícil de emular estando los dos simplemente sentados en frente de un portátil”.
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