"Nunca pensé en mi música como algo retro"
Entrevistas / The Juan Maclean

"Nunca pensé en mi música como algo retro"

Joan S. Luna — 03-10-2014
Fotografía — Archivo

Juan Maclean ya no es un chaval, pero disfruta como nadie creando canciones que, desde su primer álbum, aúnan clase y potencial bailable, que combinan clasicismo y frescura. En “In A Dream” (DFA/Pias, 14) incluso podríamos decir que las lleva un peldaño más arriba.

Una de las cosas que más me gustan de tu discografía es que trabajas en estilos distintos y al mismo tiempo mantienes tu propia personalidad. Es decir, la firma de Juan Maclean está siempre ahí, sea material más disco o más house.
Gracias, aunque en realidad no veo demasiada diferencia entre la música disco y el house en general. El caso es que el house es la derivación de la música disco. Básicamente era disco con una caja de ritmos. Incluso el techno, si te fijas en la música electrónica como un conjunto, es muy parecido al house. Todos esos nombres de géneros no significan nada para mí. Lo que intento es resumir cuarenta años de historia de la música y no me preocupa demasiado encajar o no en cualquier género concreto.

En todo caso, lo que si podríamos apuntar es que “In A Dream” es el disco de sonoridades más retro de la discografía de Maclean, por mucho que encontremos piezas en su línea habitual.

Es divertido, pero yo nunca pensé en mi música como retro hasta que los críticos empezaron a utilizar esa palabra. Creo que el estado de la producción musical actual es muy malo en términos de ingeniería y de los sonidos que la gente utiliza. Así que si usas sonoridades más ‘cálidas’, una buena mezcla e instrumentos reales y no sonidos generados por ordenador, es fácil que eso se vea como retro.

Cuando me refiero a ‘retro’, en el caso de este tercer largo del estadounidense, vengo a referirme a todos esos artistas que marcaron un sonido muy particular, el de la música disco de mitad de los setenta. Digamos que piezas como “I’ve Waited For So Long” tienen un espíritu y una sonoridad que nos lleva a recuperar de la memoria a gente como Cerrone o Bohannon.
Para mí ‘I’ve Waited For So Long’ guarda más relación con The Human League o incluso con Prince. Hemos usado la misma caja de ritmos que ellos y que muchas otras canciones conocidas de los ochenta, la Linn Drum. Por otro lado y en general, creo que un montón de mis sonidos de batería tienen bastante que ver con Cerrone. Baterías duras, baterías clásicas de la disco music que suenan como si fuesen cajas de ritmos.

A esas sonoridades, súmenle además unos desarrollos musicales a base de sintetizadores y basslines que se mueven con agilidad sobre los cuatro minutos, pero que mantienen todo su sentido extendiéndose en muchos casos más allá de los siete, ocho o incluso diez minutos (algo muy común en la disco music setentera). Y eso es algo que Maclean lleva haciendo desde sus inicios, dejar fluir las canciones sin ceñirse a la habitual duración de lo que entendemos por canción pop. “¡En realidad empiezo todas las canciones diciéndome ‘esta va a ser corta! (risas). Lo que ocurre es que no soy un compositor corriente que trabaja con movimientos de acordes y todas esas cosas. Mis canciones se basan en grooves y si tengo un buen groove y suena como me gusta, lo único que hago es dejarlo respirar, dejarlo caminar durante un rato y dar con el tono correcto para el tema. Quizás es que he escuchado demasiado a Can a lo largo de mi vida. O mejor, échale la culpa a James Murphy”.
Bien, pues ya que estamos con Murphy, vayamos a lo personal. Es evidente que la amistad entre Juan Maclean y quien fuera líder de los desaparecidos LCD Soundsystem ha sido fundamental para la evolución de ambos como artistas. Incluso podríamos sumar al conjunto a Nancy Whang, parte indisoluble de la carrera de Maclean. “James y yo llevamos siendo amigos unos veinte años. Pasamos un montón de tiempo girando juntos durante los noventa, así que diría que siempre nos hemos influido el uno al otro durante muchos años, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos backgrounds musicales similares. Llegó un momento crítico en el que me harté de hacer música de un modo determinado. Estaba harto del indie rock, me parecía aburrido y me cabreaba estar metido en ello. James sintió algo parecido excepto que excitadísimo con la idea de que hacer música de baile podría ser una solución para su aburrimiento. Así que me arrastró con él y me descubrió un mundo entero y nuevo para mí de producción musical que yo podría hacer por mí mismo, sin necesidad de formar parte de una banda. Desde entonces, Nancy y yo hemos estado trabajando juntos y, por supuesto, los tres somos grandes amigos”.

Cuando Maclean habla de las giras junto a Murphy se refiere a cuando éste ejercía de técnico de sonido de directo de Six Finger Satellite, la banda de synth punk espasmódico en la que militaba Maclean por aquellos tiempos. Un grupo con personalidad que merece ser reivindicado. “¡Casualmente he estado escuchando mucho Six Finger Satellite últimamente! Creo que éramos una buena banda, sobre todo ahora que lo miro con perspectiva. Éramos un grupo con un sonido muy compacto y nuestros conciertos eran muy enérgicos. Me siento orgulloso de haber formado parte de Six Finger Satellite y creo que la historia ha sido buena con nosotros”. Podría serlo más, de eso no me cabe duda, pero pese al respeto que muchas otras bandas le tenían a Six Finger Satellite, también ha sido necesario llegar hasta esta carrera en solitario para que nuestro protagonista pudiese dedicarse al cien por cien a la música y dejar de ser profesor de escuela. “Sí. Empecé vivir de esto más o menos un año después de iniciar mi carrera como Juan Maclean, fundamentalmente de mis sesiones de Dj. En este punto de mi vida, a mi edad, no creo que esté cualificado para hacer ningún otro trabajo. Mi licencia para enseñar caducó hace mucho tiempo. Quizás si fuera necesario podría obtener un trabajo de conserje en una escuela. La verdad es que me gustaría algo así”.

Si Maclean continuase siendo maestro de lengua en una escuela como antaño, quizás tendría más cerca a todos esos jóvenes que, sobre todo en su país, andan encantados escuchando y saltando con la EDM (electronic dance music), tan vilipendiada por los artistas más respetables del mundo de la electrónica. En contra de lo que suele ser habitual en este tipo de entrevistas, Maclean me sorprende con su respuesta. “Oh, no, no tengo nada malo que decir sobre la EDM o sobre cualquier otro tipo de música. Al principio, daba la impresión de que los artistas que estábamos en DFA éramos gente superelitista que pretendíamos ser cool a los ojos de todo el mundo, pero en realidad no éramos más que grandes fans de la música, no críticos. Es por ese motivo por el que no vas a ver a ninguno de nosotros criticando otros estilos musicales o movimientos. Personalmente no me preocupa demasiado el EDM, en cierta manera es como si me hablases del nu metal. A mis hijos les encantan algunas canciones de EDM, así que las escucho en el coche con ellos. También hay algunos artistas importantes de esa escena que son amigos míos y muy fans de DFA, como Skrillex. Honestamente, no entiendo a la gente que dedica su tiempo a meterse en Internet a criticar la música que no le gusta. Que se vayan a pasear o hagan algo productivo. La vida es muy corta para eso, así que disfruta de la música que te gusta y deja al resto del mundo tranquilo”.

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