"Tenemos muy claro cuando algo no suena a nosotros"
Entrevistas / Mujeres

"Tenemos muy claro cuando algo no suena a nosotros"

Xavi Sánchez Pons — 18-06-2020
Fotografía — Archivo

Con “Siento muerte” (Sonido Muchacho, 20) Mujeres han conseguido afianzar un lenguaje propio como banda. El quinto disco de los barceloneses consolida su salto al castellano –iniciado hace seis años con la enorme “Aquellos ojos”–, una imaginería lírica única y un sonido que cada vez se acerca más al power pop sin prejuicios de Bomp! Records.

Antes de empezar a hablar del nuevo disco me gustaría ir un poco atrás. ¿Qué significó para Mujeres “Aquellos ojos”(Ep, 14)? Lo pregunto porque dejando de lado el tema de cantar en castellano, ha marcado la nueva imaginería emocional de Mujeres y hasta el sonido. Y otra pregunta más sobre aquella canción, ¿en su momento fue como una especie de globo-sonda lanzado para ver cómo era recibida por la gente?
(Pol) Visto ahora, con distancia, este disco tiene mucha más importancia de la que le dimos en su momento, creo que nunca seremos capaces de agradecerle lo suficiente lo que hizo por la banda. En su momento solo (“solo”) fue un experimento, un flirteo con la idea de lo que, como banda, entendíamos como “garaje sixties español”: una mezcla de lírica exagerada y caricaturesca con un sonido twee muy autoconsciente, en fin, un ejercicio de estilo que decidimos hacer con Canada (el sello que más adelante nos acogería), como un islote puntual en el devenir de la banda, un punto al que tampoco pretendíamos volver a acudir nunca, un paréntesis entre el segundo y tercer disco.
Ahora, después de “Un sentimiento importante” y “Siento muerte” (que ya lleva unos meses en nuestra cabeza), ese disco es algo más que simplemente un “disco con temas en castellano, como algunos otros temas en castellano que ya habitaban en nuestra demo como en nuestros anteriores discos”. “Aquellos ojos” marcó una dirección, no tanto en tema de arreglos y composición sino a nivel lírico y de imaginario de banda, un punto al que nos agarramos cuando la banda sufrió el duro golpe de la pérdida de uno de los guitarras, pieza bastante fundamental del “sonido Mujeres”, así que sustituimos el sonido más revival de la guitarra de Martí con ese imaginario y esas letras en castellano más paródicas de ese sonido viejuno, centrándonos mucho en la idea de encontrar grandes frases con las que alzar el puño en alto. Encontrar el sentimiento en la fuerza del grito de la letra, del estribillo, de la frase sobrecogedora; todo con cierta ironía pero también con eso de rememorar algo caduco que tiene una fuerza en el presente precisamente por esa idea de sacrificio y melancolía. No fue un ejercicio de marketing para catar si se nos apreciaría en esta nueva forma, fue una grieta casual que se abrió y que, posteriormente, aprovechamos para sobrevivir. Ese disco nos salvó la vida.
(Yago) Para mí siempre hubo un indicativo especial en esa canción. La primera vez que la tocamos, fue mucho antes de grabarla, en un directo de versiones en la antigua La [2] de Apolo. Al bajar del escenario nos preguntaron de quién era la versión. Para mí fue una visión un poco clara de que tal vez, por primera vez, habíamos hecho una canción de verdad. Tanto es así que de hecho es la única canción del repertorio que se quedó fuera de “Soft Gems”. No sé si lo habíamos puesto por escrito nunca pero no entró porque la versión no nos parecía que estuviese a la altura, sonaba un poco impersonal y decidimos dedicarle un Ep entero a posteriori, un poco a sabiendas de que el tema tenía su peso.

“Es una felicidad inmensa ver que una de las cosas que más disfrutas en el mundo te da tantas ilusiones. Somos unos privilegiados”

Si una cosa deja clara ya “Siento muerte” es que Mujeres habéis conseguido afianzar un lenguaje propio como banda. Es más, ya es difícil compararos con otro grupo, tanto a nivel lírico como musical estáis en un momento en el que Mujeres solo suena a Mujeres. Vamos, escuchando solo unos segundos de una de las nuevas canciones ya sabes que es vuestra. Sé que habéis llegado ahí de forma natural y me gustaría preguntaros cómo os sentís al haberlo conseguido y si ha sido difícil llegar…
(Arnau) Supongo que es algo natural en cualquier grupo que lleve un tiempo tocando. Al principio, como siempre, tienes un montón de influencias, en cuanto a letras, sonido, forma de grabar… y poco a poco y de forma natural vas eligiendo lo que más encaja en lo que buscas como grupo, filtras cosas y las adaptas. Al final y sin darte cuenta has dejado atrás casi todas esas ideas que tenías al principio y acabas sonando más a ti que a otro grupo, cosa que, por un lado nos hace muy felices, y por otra, no tenemos ni idea de cómo lo hemos hecho.
(Pol) Un detalle importante también es que ya casi no escuchamos garaje, ya no intentamos emular el sonido Goner, In The Red o Douchemaster. Nos hemos desprendido de esa necesidad de sonar a una escena particular y hemos desarrollado nuestras propias fórmulas y lenguaje a la hora de escribir y componer. Algunos temas nacen con una frase y otros con la música y la letra por separado, jugando con frases e ideas que luego incorporamos a las canciones. No tenemos un método pero sí que tenemos muy claro cuando algo no suena a nosotros.
(Yago) Sí, ha sido una evolución natural que creo, como dice Pol, que también tiene que ver con la ausencia de ciertos sonidos, escenas, etcétera. De hecho se dice rápido pero son trece años con el proyecto y al final pues terminan madurando ciertas cosas. Creo que en nuestros inicios, un poco acelerados, se nos encorsetó muy rápidamente en un estilo y se dijo aquello de Black Lips y se nos reprochó un poco la originalidad. Teniendo en cuenta que era un proyecto que partía de la música de género y con un tinte retro no sé si tenía mucho sentido eso pero la verdad es que desde dentro siempre nos sentimos y vimos un poco solos. No era lo bastante garaje ni lo bastante indie. Creo que eso justamente enriquecía mucho unos primeros discos que tocaban mil palos en realidad, con una mirada hacia un sonido muy concreta. Eso es algo que sigue muy vigente en el grupo pero que ha ido a más. No es nada fácil arrancar un proyecto y asimilar una identidad de inmediato, creo que eso, dentro del pop, es un espacio muy reservado, que le pertenece sólo a unos pocos. Son aquellos que generalmente luego dejan marca, son respetados y serán recordados. Creo que Mujeres ha sido un grupo que hizo ruido pero se empezó a respetar mucho tiempo después. Y sinceramente no creo que deje una gran marca, pero es precioso cuando gente del público y de otros grupos te dice que tu música ha sido importante para ellos. Sobre cómo nos sentimos, si te soy sincero, ver años después que el grupo cada vez funciona mejor, lo haces un poco mejor y siguen habiendo sorpresas, es una sensación verdaderamente bonita. Es una felicidad inmensa ver que una de las cosas que más disfrutas en el mundo te da tantas ilusiones. Somos unos privilegiados.

En relación a la pregunta anterior “Siento muerte” está lleno de conceptos de la “mitología Mujeres”. Autosabotaje vital, fracaso emocional, la noche y la mala vida como huida hacia adelante… Esa vena suicida y, por qué no decirlo, oscura casa a la perfección con unas canciones que son adrenalina pura y verbena para romper suelas. Lo que parecéis decir en este disco es que si la muerte os pilla de fiesta será un gran final. ¿Cómo veis ese contraste que está presente en vuestro ADN?
(Pol) La idea del fracaso y el esfuerzo debe existir en el seno de muchas bandas, pues no es nada fácil seguir tocando en una ciudad que cierra salas y una vida que te obliga a centrarte en tu vida profesional una vez llegas a cierta edad, así que tener un grupo y tocar en directo siempre será una lucha. Como muchas otras bandas hemos sufrido bajas de miembros, giras rotas y mil mierdas más, y este disco, más que centrarse en el esfuerzo y la lucha y en encontrar tu propio sitio (cosa que hicieron nuestro tercer y cuarto disco, “Marathon” y “Un sentimiento importante”), se centra en la idea de lo circular, en el fracaso y la recuperación. Sobre todo en lo inevitable del fracaso y luego en la pequeña existencia de algo que, al final, mejorará las cosas.
(Yago) Sí, por lo general nos gusta fijar una idea central y a partir de ahí articular las ideas en distintas vías. En este caso, el centro era la idea de este mundo que parece que está a punto de estallar. Un mundo que termina, en descenso, en una aceleración permanente y en el que, sin embargo, encontramos pequeños momentos de felicidad. Claro, eso no puedes abordarlo desde un grupo como Mujeres como si fuese un ensayo de Lyotard, así que optamos por ciertos temas que han ido apareciendo y que casan con un cierto estilo o tradición del grupo. Lo tragicómico, el arrepentimiento, el autosabotaje, la contradicción, la melancolía. Y eso desde las preocupaciones juveniles que son también –creo–, el espacio del rock and roll. Relaciones amorosas, amistades perdidas, noches sin sentido, excesos, arranques de violencia, una energía completamente desbordada. De ahí en mi opinión la conexión que se genera con ese sonido y el tempo eminentemente físico de nuestra música. Cada bolo debería ser como si nos abocásemos al final, un patetismo exacerbado. Creo que también hay mucho sentido del humor y despreocupación que ha venido generando mucha simpatía con el tiempo.

"Una de las cosas malas de llevar más de diez años en un grupo haciendo canciones es que sabemos cómo hacer canciones que funcionen".

Una cosa que me encanta de los Mujeres en castellano son los conceptos y las imágenes tan poderosos/poderosas que pueblan vuestras canciones. “Siento muerte”, tanto el título del disco como la canción es un buen ejemplo de eso. Es como algo muy directo, citando a Art Brut, direct hits. Eso lo combináis con una intensidad a la hora de interpretarlas casi extenuante, algo que en directo se multiplica por mil. Es difícil escuchar uno de vuestros direct hits sin levantarse de la silla y levantar el puño. Me gustaría preguntaros hasta qué punto es difícil crear esas imágenes poderosas y tan concretas y luego convertirlas en una canción. Y si es difícil tener siempre ese nivel de intensidad en los conciertos…
(Pol) Una de las cosas malas de llevar más de diez años en un grupo haciendo canciones es que sabemos cómo hacer canciones que funcionen, qué parte exaltar y en qué momento meter esa letras necesarias para levantar a la gente de la silla. No es algo que funcione siempre, lo hacemos según lo que nos funciona a nosotros. Esto, al final, es algo bastante consciente, no es que nos esforcemos mucho en encontrar esos momentos pero cuando llegamos a ellos sabemos que pueden llegar a funcionar y empezamos a trabajarlos un poco. Somos muy conscientes de que un buen coro necesita una buena frase y una buena idea y por eso, a la hora de hacer las letras, trabajamos mucho lanzando ideas y frases para rellenar las canciones, buscando la fuerza y el impacto necesario. Y todo esto se traslada en los directos, y de la misma forma que la gente lo vibra, nosotros lo vivimos encima del escenario, casi como una canción ajena. Aunque la ilusión de los conciertos creo que viene de otra parte, quizás de esa idea ya casi imposible en esta sociedad de que uno puede tomarse en serio esto de tocar música, es como un islote de lo imposible, la posibilidad de una isla en la que no existe esta idea capitalista de la vida privada y pública, en la que uno puede vivir y divertirse tocando un instrumento y haciendo canciones. No existe la necesidad del trabajo, los horarios y las jornadas largas, los lunes a las ocho de la mañana ni los tuppers. Esos cuarenta y cinco minutos en el escenario son la posibilidad de lo imposible.
(Yago) Estamos un poco obsesionados con la idea de canción. De hacer canciones redondas, desde siempre. Digamos que nuestro sueño sería hacer un disco lleno de Caras A. Como el “Singles Going Steady” de Buzzcocks o los discos de Ramones. Es nuestra principal preocupación, por delante del sonido, de los conceptos y demás. Y el lugar natural donde siempre ha habitado nuestra música es el directo, en el local de ensayo y en el escenario. Tal vez por eso tantas veces nos ha ocurrido que la gente vive de forma completamente diferente la experiencia de oír al grupo en disco y verlo por primera vez en directo. Lo de los discos intentamos hacerlo un poco mejor cada vez y lo de los directos es que sale así, es muy intenso y agotador pero maldita sea, es pura adrenalina.

“El momento exacto” es una mis canciones favoritas del nuevo disco. Es la más Ramones de vuestro repertorio con esos “oh yeah” que son puro Joey Ramone. Es una canción de power pop perfecta, pero a la vez es oscurísima, con frases más propias de los primeros The Cure como “un cuerpo que ya no siente nada, no dolería ni una puñalada, pero hoy esa cosa que noté me dice que es el momento exacto”. La idea de esa frase, de celebrar la derrota vital, es algo que sobrevuela todo el disco, no me atrevo a decir si es algo existencialista o nihilista. ¿Por dónde van los tiros?
(Yago) Teníamos la idea de buscar un tema power pop, estuvimos muy enganchados a la música que sacó Mick Trouble. La nuestra es una forma de componer un tanto extraña. Esta canción además surgió de un día totalmente desastroso en qué petó toda la luz del local de ensayo y nos tuvimos que meter en un espacio por horas, con un equipo trilladísimo y un poco cansados y desganados. Por lo general nos dejamos llevar por una intuición y a partir de ahí empezamos a dar vueltas y vueltas a la idea. Cuando vemos que va tomando forma empezamos a improvisar melodías y lo grabamos. Al día siguiente escuchamos las grabaciones y si gusta seguimos construyendo. El discurso del disco, como te comentábamos un poco antes, se basa en un contexto completamente nihilista y casi distópico, en el que la muerte, el fin, se puede oler y por lo tanto no hay más lugar que un espacio milimétrico para la esperanza, el jolgorio y la felicidad. El disco se centra en ese píxel de felicidad y la posibilidad de ver a tres borrachos celebrando patéticamente que ese sitio aún existe.

En “Todo bien”, otras de mis favoritas, está presente la mirada al abismo made in Mujeres: “Esto de no parar hasta que no quede nada más me llama y no sigo tu voz”. Esas frases me hacen pensar en el malditismo de románticos empedernidos que amo como Mink Deville o Nikki Sudden (los dos ya muertos por cierto). Me gusta pensar que Mujeres pertenece a esa estirpe musical, románticos que mezclan inocencia con una alma a ratos oscura y, por qué no decirlo, una actitud autodestructiva. ¿Ando en lo cierto?
(Yago) ¡Me hace mucha gracia que vuelvas a Mink DeVille! Claro es que has elegido la canción más devastadora del disco, ¿no? O sea es un bajón total… Tenía que entrar en toda esta temática un personaje, un tipo que verdaderamente, aunque sabe que todo va a terminar, sigue como si nada. Todo bien. Es casi un suicida en potencia, claro, eso es bastante romántico. Mejor un romántico oscuro que el joven Werther, ¿no? A mí me interesa más, vaya... El juego de palabras del final de “Todo bien” al que te refieres es entre la llamada de alguien y la llamarada. Hay “llamas” y “tú me llamas”. Realmente esa coda está llena de imágenes. A veces nos gusta mucho más partir de eso, paisajes o situaciones que se enlazan, más que el desarrollo concreto de un personaje o una historia dentro de una canción.

"El discurso del disco, como te comentábamos un poco antes, se basa en un contexto completamente nihilista y casi distópico, en el que la muerte, el fin, se puede oler".

Siempre he considerado que “Be My Baby” de The Ronettes es la mejor canción de la historia de la música pop. Es más, un buen amigo mío me comentó una vez que todos los grupos que importan tienen una canción que homenajea ese hit emocional de las Ronettes. En “Siento muerte” hay al menos tres canciones que homenajean famoso redoble de batería del “Be My Baby”. ¿Qué hace del “Be My Baby” de The Ronettes una canción tan poderosa y que os lleva a homenajearla, con acierto, tantas veces?
(Pol) Normalmente jugamos con tres o cuatro tipos de canciones, algo que nos sirve mucho a la hora de organizar nuestros directos. Tienes canciones más rápidas y más repetitivas, otras más melódicas y otras más pop. Una de estas posibilidades son las canciones lentas, las baladitas. Cuando nos ponemos a componer canciones de estas características la batería de “Be My Baby” siempre está presente, así que es como un punto de partida para generar ideas y letras. Evidentemente el tema de The Ronettes nos encanta y la reinterpretación que hicieron Ramones de todo esto también nos influye mucho, como has apuntado en una pregunta anterior.
(Yago) No sabría decirte cuántos detalles hay en el disco sacado de ideas o influencias que vengan de “girls groups” pero creo que salvo en “Siento muerte” –la cañera como la llamamos–, todas las demás. Estoy completamente obsesionado con cómo consiguieron que un mismo tipo de formación, basado en unos patrones que apenas tenían diferencias entre sí, fuese fuente de tantísimas canciones perfectas. Ronettes, Chiffons, Supremes, Shangri-las, Crystals, etcétera. El sonido poderoso se lo debemos al mayor culpable a parte de sus increíbles voces y armonías, que es Phil Spector. Ese combo de melodía perfecta, ruedas de acordes emblemáticas y producción brutal creo que es lo que hace de esos grupos algo inagotable.

Hablando de otra canción ajena, creo que “La fuerza” de Kokoshca es la mejor canción de Mujeres no escrita por Mujeres, tanto por lo que cuenta cómo por el sonido. Sé que os une una gran amistad con ellos y en directo habéis versionado algunas de sus canciones. ¿Qué significa “La fuerza” de Kokoshca para vosotros?
(Arnau) Es un temazo indiscutible y una de las mejores canciones de Kokoshca. Puedes ponerla en casi cualquier momento y puedes ver cómo la gente empieza a moverse, animarse. Es una canción para salir, pasárselo bien y no pensar en el mañana. La verdad es que además de amistad que ya sobrepasa la década, somos fans de sus canciones y esperamos que todo el mundo lo sea.
(Pol) Estamos profundamente unidos con Kokoshca, no solo porque hemos tocado juntos muchas veces y compartido miembros sino porque nuestro círculo de amistades coincide plenamente con el círculo de amistades de Kokoshca. Mujeres, de hecho, fue algo que llegó después de conocer a la escena de gente que luego también generaría ese grupo llamado Kokoshca. Es sabido que uno de los temas más celebrados en nuestros directos es “No volveré” una versión de un tema de Kokoshca. En la historia de Mujeres fuimos viendo que, poco a poco, nuestras canciones en castellano iban funcionando mejor que las otras, y el “No volveré” fue uno de esos avisos que nos hizo cambiar el chip y pasarnos completamente al castellano, y seguro que, de alguna forma, influenció en nuestra forma de componer. “La fuerza” es una auténtica obra de arte y seguro que tras escucharla tantas veces en directo algo de ella se nos quedó, y quizás algo de nosotros se quedó en ella. Sería un honor.

Esta pregunta se la hago a todos los músicos españoles que entrevisto, ¿la música os da para vivir o tenéis empleos extras para llegar a final de mes?
(Arnau) La verdad es que nunca nos hemos planteado el grupo como un trabajo. Algo de dinero hay, pero no lo que la gente se imagina. Somos un grupo que ha ido creciendo poco a poco, así que aún nos falta crecer para plantearnos nada al respecto. Así que la respuesta sería que tenemos nuestros trabajos, y en nuestro tiempo libre hacemos canciones. Entre semana escribimos, dibujamos y damos clase. El fin de semana lo pasamos tocando canciones delante de la gente.

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