"Concebimos Mount Cane como una banda de amigos, sin pretensiones demasiado serias"
Entrevistas / Mount Cane

"Concebimos Mount Cane como una banda de amigos, sin pretensiones demasiado serias"

Luis Benavides — 11-04-2018
Fotografía — Archivo MK

Aunque en las filas de Mount Cane encontramos músicos con muchas grabaciones y giras en la mochila, los protagonistas de esta entrevista solamente buscan pasar un buen rato encima de un escenario al ritmo de un buen riff. Cuanto más grueso y potente, mejor. Hablamos sobre este nuevo proyecto y su debut largo, “Bards”, con su guitarra, Edgar Beltri, también exmiembro de bandas tan dispares como Maple y The Eyes, entre otras.

Han pasado tres años desde la publicación de vuestros dos primeros singles, que os sirvieron para mostrar un poco vuestra propuesta y empezar a girar.
Mount Cane se concibió como una banda de amigos, sin pretensiones demasiado serias. Es por eso que nunca hemos tenido calendarios ni deadlines que cumplir. Los dos primeros temas sirvieron como carta de presentación y tuvimos una respuesta satisfactoria no esperada. Mucha gente quería mas. Por eso nos tomamos nuestro tiempo para componer y es ahora cuando hemos terminado todas las canciones que componen nuestro primer disco, “Bards”. Estamos listos para tocar en todos los sitios posibles y presentarnos a todo el mundo.

¿Quién forma parte ahora de Mount Cane? El grupo nace como un ‘dream team’ con dos miembros de The Eyes y dos de Taquikardic Sinners, pero me temo que hubo algún cambio…
Efectivamente ha habido un cambio en un miembro. Marc, guitarra de Taquikardic Sinners, dejó el grupo poco después de grabar el disco por incompatibilidades laborales y personales y justo entonces entró Dani de The Booty Hunters en su lugar. El cambio de formación fue un mes antes del concierto con Red Fang y Malämmar en Barcelona que sirvió como presentación del disco.

¿Cómo fue la grabación? Dicen que en casa del herrero, cuchara de palo… El tener el estudio más a mano -ndr. Edgar produce en La Atlántida– puede estar detrás de la demora, ¿me equivoco?
(Risas) Bueno, parte de razón tienes. Pero como te comentaba antes, no hay ninguna presión en la banda. En bandas anteriores en las que tocamos eso fue parte de nervios, inquietudes y “cánceres” internos. Yo tenía muy claro que eso con Mount Cane no iba a pasar. Sencillamente vamos ensayando y sacando temas. Cuando todos creímos que ya estábamos listos, nos encerramos unos días en mi estudio para capturar nuestro sonido lo más fielmente posible. Sin adornos ni producciones: cada uno con su instrumento tal cual podréis ver en directo y... ¡gas a fondo!

Edgar, has grabado muchos discos, para tus bandas y para otras. ¿Qué destacarías de la grabación de este disco?
Pues como te comentaba, la idea del disco durante la grabación era capturar lo más fielmente posible el sonido de la banda en directo. Este es uno de los discos mas sinceros que he grabado en cuanto a producción se refiere. Cada uno usó su instrumento, ecualización y distorsiones como siempre. La voz se grabó casi entera de una toma y con todo el nervio que caracteriza a Jordi. Y en la mezcla se buscó el equilibrio entre lo crudo y lo potente. Fueron unos días en el estudio muy fáciles y familiares al no tener que romperse la cabeza en inventar algo que no existe. Se trataba de grabar a Mount Cane tal cual.

Cuando apenas empezabais a rodar juntos, os salieron conciertos con Torche y Black Tusk, bandas con las que tenéis en común el gusto por los riffs gordos y desérticos. ¿Cómo recordáis esos primeros bolos como banda?
Fue la bomba. Tuvimos mucha suerte y los promotores que escucharon los dos temas que grabamos al principio pensaron en nosotros para tocar con bandas que nos gustan mucho. Esos conciertos los recordamos con mucho cariño ya que nuestro querido y desaparecido Javi Ezquerro fue una de esas personas que pensó en nosotros. De hecho en el disco podéis escuchar una canción llamada “Silvertrack” que es un homenaje a él.

Hablando de bandas, ¿cuál sería vuestra Santa Trinidad como Mount Cane y por qué? Personalmente, al escuchar vuestro primer largo me parece inevitable pensar en Black Sabbath pero en cortes como “Silvertrack” pienso en Johnny Cash; también en cosas más actuales como Red Fang…
Bueno, es inevitable pensar en bandas de “culto” al tocar este tipo de riffs y estilo. Seguro que en todos los reproductores de música de la banda suenan bandas como Black Sabbath, Red Fang, Mastodon, Kyuss, Down, High On Fire...

¿Y bandas de aquí?
Rompo una lanza por el producto estatal. Nos encantan bandas como Adrift, Malämmar, Your Grace, Cobra y Moksha, que han vuelto. Nada que envidiar a los de fuera.

El título del disco no hace referencia explícita a ningún corte del disco. Un bardo es, por lo que he investigado, una persona que recita historias, encargado de trasmitir historias, leyendas… ¿Está relacionado de alguna manera con las letras que canta Jordi?
Sí, es totalmente ese el mensaje que pensó Jordi al proponer el título del disco. Su idea al escribir las canciones es que fuesen una colección de historias que contar. Algo mas allá de los tópicos... Creo que Jordi se ha superado en cuanto a letras y melodías con este disco, después de tantos años juntos en The Eyes creo que he redescubierto a Jordi en una faceta en la que se encuentra como pez en el agua.

Pero, ¿de qué habláis en este disco? ¿Existe un hilo conductor?
Historias de amor, de odio, de no dejarse pisar. La intensidad de los riffs y la dinámica en las canciones es algo que hemos querido plasmar también en las letras. En nuestro primer videoclip, “Sea Storm”, creo que se puede percibir muy claramente.

Edgar, siempre me ha llamado la atención tu versatilidad, tu evolución como músico, tocando desde el emocore en Maple al death metal en The Eyes, metalcore moderno en Hyde Abbey…¿Qué es lo que más te gusta de tocar los temas de Mount Cane?
(Risas) Siempre he sido muy abierto musicalmente. Creo que la gente que se cierra a un único estilo musical se pierde millones de cosas y sensaciones. Suelo compararlo a un pintor que en su paleta solamente tiene tonos de un color. Si pintas un cuadro en tonos rojos será un buen cuadro pero si te abres a toda la gama de colores, seguro que puedes hacer algo más grande.

¿Cómo empezaste?
Empecé a tocar la guitarra y, como muchos, quería tocar el puto “Master Of Puppets”. Y de una cosa salté a la otra, en seguida caí en las manos de Black Sabbath y Kyuss, antes de formar The Eyes incluso. En esa época quería tocar cosas rápidas y técnicas así que me decanté por el metal. El summum fueron los dos años en los que toqué con Hyde Abbey, pues después de eso necesitaba todo lo contrario. Un buen riff que sonara súper gordo y que obligara a todo el mundo a mover la cabeza de forma hipnótica a su ritmo. De eso se trata, hacer menos notas por segundo y transmitir mucho más.

Mount Cane nace en el 2013 tras la disolución de The Eyes, una de las bandas de death metal melódico con más proyección de nuestro país. ¿Creéis que con este nuevo proyecto podéis alcanzar la misma repercusión? Quizá eso os da igual ahora mismo…
Nos da totalmente igual. Evidentemente queremos tocar, girar y entrar en algunos festivales, pero sinceramente no es algo que nos quite el sueño. Para nosotros salir a tocar es ir de cena con los amigos y pasar una hora en comunión en el escenario tocando riffs pesados y grasientos.

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