“Nos sentimos rotundamente cómodos con la etiqueta de rock psicodélico”
EntrevistasMinibús Intergalàctic

“Nos sentimos rotundamente cómodos con la etiqueta de rock psicodélico”

Eduardo Izquierdo — 27-04-2025
Fotografía — Jordi Paredes

Si “Meditacions des dels Miratges Mercúrics” (24) nos descubrió un proyecto fuera de los parámetros de la escena catalana actual, “Música Humana: Thalassa” (NEU!, 25) nos recuerda que lo suyo va en serio y que apenas han empezado con su aventura.

Minibús Intergalàctic estarán tocando en Vilaseca (10 mayo, FiM Vilaseca), Granollers (11 mayo, Festival MiniBeat), Girona (24 mayo, Fira del Disc de Sant Daniel) y Barcelona (12 julio, Festival Cruïlla).

La aparición, el año pasado, del primer disco de Minibús Intergalàctic, fue una de las grandes sorpresas del panorama musical catalán. Su apuesta por la psicodelia como base de las canciones de “Meditacions des dels Miratges Mercúrics”, no solo fue bien recibida, sino que se llevó el tan recurrido elogio de “soplo de aire fresco” de una escena no demasiado apasionada por la heterogenia y con unos parámetros, a menudo, demasiado estrictos. A pesar de eso, intentaron huir del concepto de grandes éxitos previos, de su etapa amateur, a la hora de facturar aquel disco. “Por un lado la falta de experiencia hizo que tuviéramos que tirar con lo que teníamos, pero por el otro somos unos románticos y unos frikis. Un disco debe tener algún tipo de unidad, y nos daba miedo que quedara una especie de Frankenstein sin ningún concepto de género o narrativo detrás. Cuando vimos que algunos de los temas que habíamos compuesto al principio valían la pena decidimos hacer el disco. Meditamos sobre qué tenían en común esos temas y a partir de ahí salieron los demás. En este caso el nombre hizo la cosa y la cosa hizo al nombre simultáneamente”. Un álbum y un lugar, en el que están ahora y que enseguida abordamos, que no se concebiría sin haber ganado el premio Salta a la Fama ¿o quizá sí? “Efectivamente el concurso da lo que su nombre promete, pero probablemente la respuesta sea sí. Cuando ganamos el concurso ya hacía un tiempo que tocábamos y ya nos estábamos preparando para grabar el primer disco. Somos muy tozudos y nos gusta lo que hacemos”.

“Si llega el Apocalipsis nos aislaremos en una masía en el corazón de Les Guilleries y fundaremos una secta"

Sea como sea, el grupo llega a este año con el cajón de la estantería bien escogido. “Nos sentimos rotundamente cómodos con la etiqueta de rock psicodélico. Nos gustan los colores vivos, las tipografías groovies, ver texturas que respiran y la música repetitiva”. Y eso es, justamente, lo que nos muestra su nuevo EP, recién salido del horno, “Música Humana: Thalassa”.La idea principal era hacer música por y para humanos, pero con un toque submarino, como comerte un caramelo Halls de los de color negro. Más allá de esta pulsión primitiva y visceral nos encontrábamos con que teníamos algunos temas desperdigados en el cajón y se nos brindó la posibilidad de grabarlos en condiciones gracias al ya mencionado Salt a la Fama. Como aún queda un buen rato para la salida del segundo álbum, vimos pertinente editar estas canciones en forma de EP para que la gente también pudiera bañarse con nosotros este 2025”. Lo empiezan regrabando un tema como “No Tinc Temps”, que recuperan del pasado porque “con alguna canción tenemos que pagar la sensación de insatisfacción permanente en la que vivimos”. Aunque tienen claro el epicentro del trabajo, la canción que le da título. “Para nosotros ‘Thalassa’ nació dándole vueltas a lo que vendría a ser todo el tema del mar, los crustáceos y sus movidas… Neptuno, Canal 33, Lloret de Mar, Magaluf… Pero sobre todo fue pensar en la otredad –la experiencia del animal submarino– lo que nos llevó a reflexionar sobre la tesis principal del EP. Hacemos música hecha por y para humanos: hay notas, melodías, ritmos e incluso emociones. Pura música humana”. Y se dejan llevar en otras canciones como “Senyor Artiller” con comparaciones con Led Zeppelin, Hawkind o Graveyard que no les son para nada ajenas. “En la banda escuchamos de todo: country, folk, metal, salsa, house, ambient, música renacentista, soul o el dulce trisar de las golondrinas en primavera”. Eso sí, tienen claro con qué grupos se sienten más identificados. “Si llega el Apocalipsis nos aislaremos en una masía en el corazón de Les Guilleries y fundaremos una secta para ir en chilaba todo el día y para tocar la guitarra y los sintetizadores. Lo haremos junto con Remei de Ca la Fresca, Els Surfing Sirles, Fetus, Quimi Portet, Adrià Puntí, Thelee, Mazoni, Pigmy, Los Negativos, Les Salvatges o Leavs. También con quien quede vivo de la generación Laietana. Seguro que nos dejamos a gente, pero en general el único criterio será tener ganas de juerga”. Y eso es lo que se espera de ellos justamente en su actuación el Cruïlla Festival 2025, que llegará tras las fechas de presentación de este disco de cuatro canciones. “Se nos hace un poco raro tocar en un festival tan tocho porque el único objetivo que habíamos tenido como banda hasta ahora era quedar para tocar un rato, hablar de cómo nos había ido la semana y desconectar del trabajo. Evidentemente nos hace ilusión ver que nuestra música interesa y que tenemos algo que decir”.

No podemos acabar sin preguntarles por un nuevo trabajo en forma de disco largo que quizá llegue antes de finales de año. A ver qué les sacamos. “El proyecto va haciendo xup-xup de momento. La idea es que haya un poco más de electricidad y también de bailoteo. Pero que nadie se preocupe, seguirán habiendo pajaritos, fractales y devoción por los referentes”.

 

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