"Haber tocado en el último disco de Bowie es muy significativo"
Entrevistas / Mark Guiliana

"Haber tocado en el último disco de Bowie es muy significativo"

Adriano Mazzeo — 19-03-2019
Fotografía — Archivo

El baterista estadounidense Mark Guiliana es una suerte de nuevo gurú del encuentro entre la electrónica y el jazz. Desde sus comienzos junto al grupo Heernt se ha formado un consistente culto alrededor de su figura. Tras participar en la banda que grabó Blackstar junto a David Bowie, su nombre ha alcanzado un nuevo nivel de popularidad. De ahí que se haya sumergido en distintos proyectos.

Aprovechando su segunda visita a Madrid (4 de mayo sala Berlín) para actuar dentro del ciclo de conciertos Cerveza 1906 con su grupo más cercano a lo tradicional, Mark Guiliana Jazz Quartet, charlamos con él sobre sus ideas para el futuro cercano, lo que supuso la experiencia de grabar con Bowie, la significancia que el jazz y el rock tienen para él, entre muchas otras cosas. También podremos verle el 5 de mayo, dentro del mismo ciclo, en Santiago de Compostela (Sala Capitol).


¿Por qué decidiste volcarte a lo acústico con este proyecto?
Bueno, esta banda comenzó en 2015 y el primer disco que saqué como líder fue en 2005, el de una banda llamada Heernt. Todo lo que hice en esos diez años fue de inspiración electrónica, pero al mismo tiempo la música acústica siempre fue muy importante para mí y quería hacer mi propio manifiesto en ese mundo. Es un poco broma, pero a veces pienso que en esos diez años intenté convencer a la gente de que yo no era un batería de jazz. Pero esta música es muy importante para mí, es una gran parte de quien soy y sentí correcto mostrar mi propio enfoque en un ambiente bien tradicional en términos de jazz.

¿Crees que tocar instrumentos acústicos requiere de más musicalidad?
(Duda) ¡Sí! Yo amo la tecnología, la música electrónica y todo ese mundillo. No tengo nada malo que decir de él. Pero a veces con la ayuda de la tecnología puedes acelerar los aprendizajes, quizá. O comprar un teclado muy bueno que tenga sonidos increíbles y no tendrás que hacer ningún trabajo para lograrlos, simplemente gastar el dinero en eso, mientras que con el saxofón te puede tomar la vida entera lograr tu sonido. Con los instrumentos acústicos no hay atajos. Es simplemente el compromiso con el instrumento y con la música. Creo que es muy especial cuando escuchas a alguien tocar y se ve el esfuerzo que hizo para tocar de esa manera.

La idea de encontrar un lenguaje entre tu instrumento y tu cuerpo.
¡Exacto! ¡Y eso se puede hacer incluso en la electrónica! Algunos de mis músicos favoritos de ese género lo hacen, pueden conectarse con su equipamiento. Aphex Twin o Squarepusher me recuerdan a la manera de sonar de John Coltrane.

¿Crees que, con este enfoque acústico, muestras alguna faceta distinta de tu personalidad musical?
Sí, creo que sí. Es una formación acústica muy específica: saxo, piano, bajo, batería. Pero estilísticamente no es una sola cosa, así que una vez que la instrumentación está definida, podemos ir adonde queramos musicalmente; allí empiezan a aparecer las otras influencias y pueden ser exploradas.

Los shows de este cuarteto son cambiantes y dinámicos. ¿Cómo un músico puede relajarse y disfrutar de un show cuando es inminente que pasen cosas inesperadas en el escenario?
Bueno, ese es el punto. Tocamos muchísimo a través de los años y si bien tenemos varias canciones, es muy importante que todos estemos abiertos a la idea de inyectar novedades a esas canciones. Eso lo que lo mantiene fresco y hace que sea especial noche a noche.

¿Y qué tan difícil les resulta que los shows sean igual de satisfactorios para cada uno de los músicos? Quizá hay un show muy orientado a la batería y tú terminas feliz por eso, pero no así tus compañeros.
Sí, pero es bastante opuesto a eso lo que me pasa. Si no hay suficientes “momentos batería”, para mí está bien porque me interesa que si alguien entra a un show y no sabe de quien es la banda, no sabe que se anuncia como Mark Guiliana Jazz Quartet, tampoco la música le indique eso. Lo ideal es que se enteren que es mi banda sólo porque soy el que habla entre canción y canción. Simplemente somos una banda. Es muy importante para mí dar lugar a las personalidades individuales de estos tipos porque son músicos increíbles. Mucha de esta música fue escrita no para los instrumentos sino para ellos en sí. Es mi forma de tomar ventaja de su grandeza.

"Dave Grohl me parece un genio total, para mí es el mejor en ese plano. Yo no tocaba bien, pero la sensación de ponerme los cascos y tocar sobre una canción me empoderaba muchísimo"

Tu música es muy expresiva y mayormente instrumental. ¿Nunca pensaste si quizá sumando un cantante la expresión sea más directa o efectiva?
No, porque no soy bueno con las palabras. Me encantan las letras, los cantantes, las buenas canciones, pero la música instrumental tiene esto de dejar las ideas abiertas. Si hay palabras, las cosas son claras; por ejemplo: “Chico ama a chica, chica no ama chico” o lo que sea, no sé una relación. Con una letra así todo el que escucha interpretará lo mismo, lo cual está bien. Pero con la música instrumental puedes tocar una melodía, una canción y alguien sentirá que es muy triste y otro la encontrará inspiradora. Me encanta esto: decir algo instrumentalmente y obtener distintas reacciones a cambio, lo cual quizá pueda ser más complicado cuando hay letras.

Volviendo en el tiempo, bandas como Soundgarden, Red Hot Chili Peppers o Nirvana fueron algunas de tus principales influencias. ¿Crees que ese momento de apertura en el rock inspiró a los músicos jóvenes de entonces a interesarse en otros estilos de música?
No estoy seguro. Si piensas en Soundgarden desde la perspectiva del músico, no es todo cuatro por cuatro. Hay cambios de tiempo, y eso sí quizá pueda apuntar a algo más experimental como el jazz o la música progresiva. Pero para mí lo que aquella música representó fue mi primera conexión profunda con la música: MTV y la canciones que me gustaban. Refiriéndome a “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, yo tenía quince años y todavía no podía tocar realmente, pero sí lo suficiente para hacer una versión muy mala de esa canción, ¿sabes? (nota: imita el sonido de un ritmo muy simple tocando con las palmas sobre sus piernas). Dave Grohl me parece un genio total, para mí es el mejor en ese plano. Yo no tocaba bien, pero la sensación de ponerme los cascos y tocar sobre una canción me empoderaba muchísimo, y yo no podía hacer eso sobre la música de Elvin Jones ya que estaba muy lejos de mi alcance. Así que tener música que me hacía pensar “hey, creo que puedo tocar eso”, era muy importante para mí. Luego, cuando comencé a tomar lecciones de batería, mis profesores me mostraron los distintos estilos y el jazz me atrapó por completo.

Fuiste el batería del primer disco solista de Matt Cameron, uno de tus ídolos. Este trabajo, ¿resultó ser un sueño hecho realidad o más bien un desafío?
No podría decir que fue un sueño hecho realidad, porque ni siquiera soñé con esa posibilidad, más que nada porque él es batería ¿por qué debería pensar que tocaría con Matt si ya él es batería? Quizá mi sueño pudo haber sido tocar con Chris Cornell. Así que extra especial; y sí, fue un desafío porque siempre pensé que la forma en que Matt escribe sus partes es muy especial. No siempre escoge el lugar obvio para poner un arreglo, es muy pensativo. Cuando me presentó la música del disco fue a través de demos en versión electrónica, es decir con baterías programadas. Le presté muchísima atención, quería tocar exactamente lo que allí escuché. Luego cuando empezamos a trabajar, me dio la libertad para ir hacia donde yo decidiera a partir de lo que estaba grabado en esas demos. Fue una experiencia muy especial.

Luego de las tristes noticias sobre Bowie. Seguramente tú y los otros músicos que formaron parte de “Blackstar” habrán revalorizado la experiencia. Pero ¿cómo te sentiste cuando se te propuso ser parte de esa banda?
Bueno, antes de “Blackstar” ya grabé una canción con él y la orquesta de Maria Schneider. Yo conocía a Maria y a su saxofonista. Básicamente David era fan de Maria. La llamó y le dijo “amaría trabajar contigo”. Le llevó la canción y algo en ese tema hizo que Maria pensara en mí, así que me ofreció unirme al proyecto. Luego de eso Maria nos vino a ver con mi grupo al 55 Bar en Nueva York, un lugar muy pequeño, mucho más pequeño que esta sala y sugirió a David que tenía que usarnos para un disco entero. Típica historia de boca en boca, conexiones de Nueva York, etcétera. El haber tocado en el último disco de David es muy significativo para mucha gente, pero, claro, mientras lo hacíamos no pensábamos en que sería su último álbum. Quisiera creer que debido a que él era muy especial y surrealista, yo estuve metido en el momento todo lo posible y realmente sintiendo lo que estábamos haciendo. O sea que cambió algo el hecho de que ya no esté entre nosotros. Me hubiese encantado que pudiera ver a cuanta gente le gustó el disco, o que tuviésemos la posibilidad de discutir el hecho de hacer otro disco más. ¿Quién sabe? Es raro, pasamos de ser los “nuevos chicos” de Bowie a “los últimos que tocaron con él”. En definitiva la experiencia fue más que increíble. No podría decir suficientes cosas buenas al respecto.

Homenajeaste a tu lugar de origen en el último disco del cuarteto y vi que publicaste en Spotify una lista con música de allí. ¿Crees que hay algo en común entre todos esos artistas más allá de ser todos de Nueva Jersey?
No creo, la verdad. Pienso así de otros lugares como Nueva Orleans o Madrid, no sé. Pero Wayne Shorter y Bruce Springsteen… (risas)

Pero es curiosa la cantidad de figuras importantes que hay en esa lista.
¡Sí! Y para mí Nueva Jersey es casi como una broma, sabes. Estamos siempre a la sombra de Nueva York. Me parecía divertido hacer esa lista.

Estás trabajando en un nuevo disco de Beat Music, junto a Stu Brooks de Dub Trio ¿verdad?
Exacto. Este cuarteto de jazz es una banda que no cambia. En cambio Beat Music es como si fuese una familia, que a través de los años fue desarrollando distintas relaciones. En este nuevo disco que saldrá en abril y tendrá su gira posterior fue importante para mí que estén todos los que representan esa idea de familia. Está Stu en un par de temas, Tim Lefebvre, Chris Morrisey en los bajos, Bigyuki y Jason Lindner en teclados, Jonathan Maron en bajo también y luego otros colaboradores más en el plano experimental y electrónico. Es un espacio para representar a la comunidad en lugar de tener una formación fija.
Luego tengo una nueva banda llamada Space Heroes, somos dos saxos, bajo y batería. Este grupo está en un lugar intermedio entre la propuesta del Jazz Quartet y Beat Music. Es acústico, pero está más influenciado por los beats marcados. Mucha improvisación pero también texturas electrónicas. Estuvimos girando por los Estados Unidos y espero que tengamos un disco en camino pronto, luego del lanzamiento de Beat Music. Yo no soy feliz si estoy haciendo una sola cosa, siempre busco ese balance que me siente bien.

AGENDA
Fecha Ciudad Recinto Hora Precio
sábado 04/05/19 Madrid Berlín Café / Madrid 21:30 20€
domingo 05/05/19 Santiago de Compostela Capitol 20:30 25€

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