LOS FREAKS TAMBIEN LLORAN
EntrevistasCane 141

LOS FREAKS TAMBIEN LLORAN

Redacción — 28-12-1999
Fotografía — Archivo

Nadie saborea la cacofonía del vocablo tristeza con fruición. Eso es lo que muchos, quizás demasiados, seres apegados a la nadería piensan del resto de la humanidad. Pero la amargura de la desazón, aunque los que prefieren el bulto a la individualidad lo nieguen, resulta exquisita para algunos paladares. Cane 141 son miembros vitalicios del club de sibaritas del hundimiento emocional, pero no van a comprar el pan con un ejemplar de «La Insoportable Levedad Del Ser» bajo el brazo, ni cruzan las piernas en bares de nombre francés –Rouge, por ejemplo- mientras, a viva voz, arremeten contra la última película de David Fincher. Nada de eso; la última vez que pisaron Barcelona, con motivo del BAM, estuvieron dando guerra hasta altas horas de la madrugada en el Nitsa Club y alrededores, probaron sustancias que por venderse en tierras catalanas poco tienen que ver con la dieta mediterránea y cabrearon a Luis Hidalgo con un directo rebosante de alegría. Estos son mis chicos. «No somos gente triste, al contrario. Nos gusta pasarlo bien». Michael Smalle es un tipo cuya peculiaridad facial le acerca más al protagonista de «La Revancha De Los Novatos» que al autor del sensacional «Scenes From 6 Am» (Secret/Inane, 98), un ser taciturno al que nuestra imaginación había dotado de otros rasgos. Cane 141 encierran todas las características de lo que entendemos por banda de culto, a pesar de que sus impulsores creativos poco tengan que ver con las penumbras del rock adulto. Y aunque el cancionero de su debut evocara el nombre de Belle And Sebastian, los iniciados sabían que el legado de Felt, Disco Inferno e incluso Nick Drake subyacía en las emocionantes partituras de aquel álbum. Los que apostaban por unos Cane 141 gustosos de seguir retozando en el lodo de la depresión, desconocían que las pulsaciones del pop eran mucho más fuertes para Smalle. El exquisito Ep «More New Friends» (Secret/Inane, 99) demuestra que un baño de pop puede ser la terapia más acertada para el decaimiento. «En esencia somos eso, una banda de pop. Así de simple y quizás por ello en nuestro nuevo trabajo las canciones tienden a buscar el efecto pop. De todos modos en «Scene From 6 Am» también pretendía ser eso. Mira el pop ha sido para mí uno de los referentes básicos a los que acudir a la hora de componer. Nuestro nuevo Ep es la prueba fehaciente de ello». Y los toques electrónicos rebozan una propuesta que escalará un peldaño más en su evolución en el próximo Lp. Los dominios del calvario emocional parecen haberse quedado pequeños para un Michael Smalle infiel con el formato acústico. «Siempre me ha interesado la música electrónica y no vimos por qué no podíamos probar algo nuevo en el Ep. La verdad es que me gusta y lo utilizaremos en nuestro nuevo álbum. Será un disco, digamos, más variado. Intentaremos abrirnos a otros sonidos y sacar un sonido más alegre». Con una promesa de alegría, y varias noches infernales a sus espaldas, Cane 141 abandonan la ciudad condal tras haber dejado pequeñas muestras de su nueva aventura sonora en el BAM. La próxima vez les recibiremos sin el ceño fruncido. Prefieren las sonrisas.

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