"No tenemos la voluntad de decir a nadie lo que tiene que sentir ni pensar"
Entrevistas / La Trinidad

"No tenemos la voluntad de decir a nadie lo que tiene que sentir ni pensar"

Rojas Arquelladas — 24-01-2021
Fotografía — Archivo

Casi como en las sátiras de Horacio. Los alfilerazos presentes en las canciones de La Trinidad duelen más que una estocada sangrienta. El trío malacitano saca su primer larga duración, “Los edificios que se derrumban” (Sonido Muchacho, 20) y se postula, por juventud y argumentos, en máximos valedores de una nueva escena alternativa patria.

De cara a los malagueños ¿Por qué esa calle en el nombre de la banda y no otra?
Buscábamos un nombre que nos gustara, que tuviese sonoridad, pero también algo de juego en su significado. Muchos de nuestros familiares se han criado o viven en ese barrio, además dos de nosotros estudiamos en las Trinitarias. Si ya tienes en cuenta que somos tres pues el círculo se cerraba.

"Quería huir de grandes metáforas pero sin caer en el punk hiriente que me mola pero que no era mi objetivo".

El disco está lleno de imágenes que pueden ser universales, pero sin embargo hay muchas referencias a vuestra tierra.
El disco se escribió en Málaga y es normal que haya cosas de aquí, aunque también hay cosas del año que estuve de Erasmus en Praga. Es un disco realista y “La clase media” yo la imagino como un viaje por mi ciudad aunque creo que cada persona que la escuche lo hará por la suya.

Las canciones tienen un mensaje directo sin ser totalmente descriptivas, algo muy de agradecer en nuestros días.
Gracias (risas) Lo veo totalmente así. Son letras crudas e intento que todo sea muy visual, hilando escenas. Quería huir de grandes metáforas pero sin caer en el punk hiriente que me mola pero que no era mi objetivo. Al ser filólogo tenía cierta ventaja para lograr ese objetivo.

Frente al indie-rock noventero donde primaba el hedonismo, bandas como La Trinidad, Biznaga o Futuro Terror, presentan una crítica política sin caer en el “panfletismo”. ¿Algún motivo para este cambio?
SI en los noventa se hacía eso creo que era porque la juventud tenía muy inculcado el bipartidismo, la cultura del pelotazo con nombres como Mario Conde y un pensamiento político en el que se pensaba que, gobernase quien gobernase, todos eran unos ladrones. Sin embargo la situación socioeconómica no era tan alarmante como en nuestros días. Tras el 15-M vemos que el bipartidismo ya no es la realidad española, sin embargo, personas como yo, con veintitrés años, ya nos hemos tragado dos crisis prácticamente seguidas. Creo que a eso se debe el cambio. Pero en la música popular o en gran parte de ella sigue rondando el apoliticismo. Es algo histórico, algo que a grupos de Manchester o Liverpool no les pasa ya que desde siempre han sido conscientes y transmisores de su realidad social.

"En España se está viviendo un cambio de época en lo musical y queremos tener nuestra identidad dentro de ella".

Pero, ¿no es muy cómodo quedarse únicamente en la crítica?
Es que yo no quiero aleccionar a nadie. No tenemos la voluntad de decir a nadie lo que tiene que sentir ni pensar. Incluso te diría que a veces las críticas de las canciones son hacía comportamientos propios.

Apartándonos del compromiso, parece que no queráis tampoco relacionaros con ningún estilo en lo musical.
Pues sí. Creo que hemos hecho un disco que está en tierra de nadie. De broma, muchas veces decimos que sonamos demasiado pop para los punk y viceversa. Nuestras influencias puede que sean un poco retro, pero suena a algo grabado en el 2020. Nos queríamos sonar a revival de nada. En España se está viviendo un cambio de época en lo musical y queremos tener nuestra identidad dentro de ella.

El nombre de La Trinidad no para de sonar aunque ahora todo esté en stand by. Como para muchos compañeros de viaje, la pandemia ha sido...
Ha sido un dolor enorme que, si te digo la verdad, estamos empezando a sentir con más fuerza ahora. El disco en un principio iba a salir en mayo, pero dejamos pasar el verano para ver cómo evolucionaba todo esto. Una vez que vio la luz nos vimos en la obligación de suspender una gira de unos veinte conciertos donde por primera vez, tras años tocando con The Loud Residents, sabíamos que no nos iba a costar el dinero. No a ganar sino a no perder. A poder ir en una furgoneta digna. Esta frustración la intentamos sobrellevar hablando mucho entre nosotros y haciendo ver que no se ha suspendido por una lesión o una desgracia puntual de la banda. Es algo global. Mal de muchos, consuelo de tontos, supongo. Aunque lo que sí es indignante es la postura de las instituciones para no ayudar a la realización de actividades culturales. Ahora no nos podrás preguntar cuáles son nuestras próximas fechas.

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