La diva del pueblo
Entrevistas / Róisín Murphy

La diva del pueblo

Redacción — 24-01-2008
Fotografía — Archivo

Curiosa la inseguridad que provoca el presente y el futuro, y la tranquilidad confortable que producen los rescates del pasado. Tras un primer disco notable, Róisín Murphy regresa con “Overpowered”(Emi), un trabajo más encarado a las listas de éxitos.

Róisín Murphy se liberó definitivamente de Moloko haciendo un disco a medias con Matthew Herbert, representante desde hace años, del presente y del futuro. Como si fuera posible que los sampleos orgánicos de Herbert pudieran colarse en el mainstream sin que nada crujiera. Y de hecho, nada crujió y Murphy se llevó su cuota de experimentación, pero no vendió todo lo que debía. Así que toca pasito para atrás. La Murphy se enjoya otra vez para ser la diva del pueblo, y se enrolla al cuello el pasado del acid house, y de ahí para atrás, cuanto más antigua sea la inspiración, mejor. Esta es sólo media entrevista.

">“Ahora tenía el deseo de hacer un álbum de música disco, igual que con el anterior supe desde el principio hasta dónde quería llegar"

La línea de teléfono nos jugó una mala pasada cuando Murphy empezaba a hablar de su vuelta a Sheffield, y se cortó definitivamente, así que faltó preguntar sobre la profundidad de su personaje, y el significado de la intención de nombrarse diva de la gente, pero sobre todo, falto comentar con ella su frase de que no eligió este camino, sino que el camino la eligió a ella. Más que nada porque es famoso su atrevimiento para terminar siendo la chica Moloko y su ambición para llegar donde ha llegado. Pero en los minutos escasos de comunicación, sobre todo, dio tiempo a saber las razones de que “Overpowered” sea como es. ¿O te creías que Róisón Murphy iba a volver a dejar algún cabo suelto para que cualquier Herbert de turno se lo atara? Y es que, tanto el comienzo de Moloko, como el de su carrera en solitario, son periodos de post-movimientos, no de creación, sino más reflexivos, por eso, apuntarse el tanto de “Ruby Blue” y después recular, no parece que tenga mucho sentido más allá del rapapolvo del contable de su distribuidora. “Ruby Blue”’ vendió más de lo que la compañía esperaba, aunque yo lo hice con más ganas que otros discos, pero desde que entré en el estudio, noté que la compañía no esperaba vender nada, y sobre todo para el comienzo de una carrera en solitario, me hicieron sentir que aquello era equivocado pero, ¿cómo es posible que alguien haga el disco equivocado? Lo único extraño que se acercaba a la música de una manera única y oscura. Conseguí una atmósfera que no volveré a tener en ninguno de mis discos”. Que un ser humano acepte usar los conceptos de “nunca” y “siempre” con tanta ligereza como el que acepa una condena sin pestañear es algo admirable. “Ahora tenía el deseo de hacer un álbum de música disco, igual que con el anterior supe desde el principio hasta dónde quería llegar. Éramos dos identidades diferentes llevando a cabo un enorme experimento salvaje, aunque el nuevo es un disco más oblicuo”. Y por eso ha tratado de invitar a la realización del disco, a cuanta más gente, mejor. Desde Danny Krivit a la gente de Groove Armada. “Nunca he sacado un disco en que tuviera tan claras las referencias”. Un año antes, Murphy se marcha a Nueva York y se deja aleccionar por la trastienda de la maleta de discos proto-house de Danny Krivit. “Quería conseguir una atmósfera muy específica de algunos discos del pasado, lo que fue un desafío para mí, porque hay elementos de lo que yo hago que no sonaban como aquello que deseaba, y pensé que mi aprendizaje no había sido suficiente, así que empecé a buscar información fuera. Quiero dejarlo bien claro porque no soy yo la que le da el acabado a la música ni la que toco todos los instrumentos, pero estoy yo sola buscando ideas que se transformen después en música, por lo que el desafío para mí era estar lo más cerca posible de sentirme cómoda con un resultado que no implicara copiar a nadie”. “Overpowered” no deja de ser un homenaje al house de los ochenta y el disco de los setenta. “Supongo que ahora también hay cosas interesantísimas. Sé que hay house moderno que no está mal, pero sobre todo me gusta la música de baile más dura. La escuché un día en Miami y me impresionó, pero porque era el DJ adecuado en el momento justo y con la audiencia perfecta. Puedo entender que la gente acuse a la música de baile de ser vacía, pero porque usan parámetros musicales y eso es un error. Es una experiencia espiritual como la que viví en Miami, algo más fácil de reproducir en Sheffield que en Londres donde todo el mundo quiere ser exclusivo y no pinchar ni un solo hit, pero en Londres he descubierto la maravilla del northern soul, la única música que puede reproducir la maravilla espiritual de la música dura de baile... ese momento en el se puede combinar intención y emoción y ser algo más que música, como en cualquier bar pequeño de Sheffield. Eso es lo que he tratado de hacer con mi disco”. Y ruido, mucho ruido. La línea telefónica se niega a dar más. El resto de la historia sólo son esfuerzos infructuosos. Escucha y juzga ahora sabiendo que la mayor parte de la gente está más cómoda cuando está segura, y no juzgues si sientes lo contrario. No todo el mundo puede beberse el vaso de su vida hasta el fondo.

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