“A nosotros lo que nos interesaba era no estar nunca en casa: queríamos vivir”
Entrevistas / La Costa Brava

“A nosotros lo que nos interesaba era no estar nunca en casa: queríamos vivir”

Raúl Julián — 12-08-2023
Fotografía — Archivo

La perspectiva inescrutable que da el paso del tiempo señala a La Costa Brava como uno de los grupos de pop vitalista más queridos de la escena indie patria, en un sueño que terminó cuando Sergio Algora –principal artífice del invento junto a Fran Fernández– falleció en 2008.

El resto de la formación se ha reunido este año para ofrecer una serie de conciertos con los que recoger todo el cariño de unos seguidores que, lejos de olvidarse de ellos, han resultado ser rigurosamente fieles. Aprovechando su paso el sábado por la actual edición del Sonorama, contactamos con Ricardo Vicente para rememorar recuerdos en torno a la banda astur-aragonesa. Una charla que, en efecto, certifica que sus canciones forman parte de la banda sonora de nuestra vida.

¿Qué motivos han propiciado este reencuentro y en qué momento exacto se decidió y pactó resucitar a La Costa Brava? ¿Es este retorno un indisimulado y bien entendido acto de nostalgia?
Bueno, te digo la verdad: fue una cosa absolutamente pragmática. De vez en cuando ya habíamos hablado de la posibilidad de juntarnos y tal, pero por cuestiones de dónde vive cada uno de nosotros era complicado. Entonces nos propusieron un concierto, y con todos los ensayos que había que hacer y con todo lo que había que hacer para recordar y montar todo aquello, pues no nos valía la pena hacer solo concierto. No daba. Entonces lo que hicimos fue fijar un concierto en Madrid y otro en Barcelona. La sorpresa fue que el de Madrid se vendió todo en dos semanas. Entonces aquello derivó en lo otro. Ha ido pasando todo así: fue una cosa práctica total pensando en hacer un concierto que saliera bien y se nos fue de las manos. Ya empezaron a llamarnos de festivales y solo estamos haciendo los que son así pequeñitos, que sean una cosa tierna y que nos gusten. Pero esto es una cosa que en octubre se acaba, evidentemente. La nostalgia que tú decías, en ocasiones puede ser un poco dañina. Y la verdad es que está yendo muy bien, pero está bien que sea así: que sea una cosa cortita y para los fans y estamos contentos en ese aspecto.

“Interpretar las canciones de Sergio Algora tiene una complicación emocional y no podría hacerlo muchas veces”

¿Cómo recuerdas el que, hasta el momento de esta reunión, era el último concierto de La Costa Brava en la Expo de Zaragoza en 2008? Yo lo viví en primera fila y fue una fiesta increíble, con todos aquellos invitados y fans celebrando la vida de Sergio Algora en lugar de llorar su muerte.
Claro. Bueno, por un lado, fue muy emocionante, estando tan reciente la muerte de Sergio como estaba. Y hubo momentos bellos y lindos. La verdad es que lo recuerdo como una nebulosa, porque estuve ocupándome de toda la producción con esa sensibilidad a flor de piel. Pero, sí, era algo que además ya teníamos pactado y bueno, las cosas salieron así. Pero lo recuerdo como una especie de nebulosa y nerviosismo de primerizo.

¿Tomasteis ese concierto, de algún modo, como punto de referencia o de partida para concretar este regreso? En realidad, aquella fue la primera vez que tocasteis sin Sergio Algora.
Bueno, sí... a nivel organizativo de banda, de lo que se tenía que ocupar cada uno, yo sí que lo he tomado como referencia. A nivel más práctico o técnico. El problema es que a nivel emocional me toca interpretar las canciones de Sergio y, bueno, eso tiene una complicación y no lo podría estar haciendo muchas veces. Pero la gente se implica, los conciertos son un karaoke y al final está saliendo como tenía que salir: tenía que salir bien. La gente ayuda mucho. Y la verdad es que sí, yo sí que lo tomé como punto de partida.

¿Se os hace muy extraño tocar sin la presencia de Sergio en el escenario?
¡A mí se me hace más raro no viajar con él! Se me hacen más raras cosas como lo de que todo fuera un desastre y aun así ir al restaurante más caro que hubiera abierto y pedir un vino caro (Risas). Cosas así. El otro día lo hablábamos, porque fuimos a comer a un sitio que estaba bien, pero antes miramos otro que era carísimo y decíamos ‘si hubiera estado Sergio ya estaría allí tomándose una botella de vino’ (Risas). Disfrutaba de la vida y no le importaba nada. A mí se hace más raro que no esté en la burocracia de la gira. Porque, una vez que sales a tocar, ya estás tan concentrado en tener que hacerlo bien y, aunque hay momentos, estás con la cabeza en donde tiene que estar.

Aparte de las canciones ¿Qué dejó Sergio para siempre en el grupo antes de su partida definitiva?
Bueno, a mí (y yo tuve relación con él desde los quince años) un montón de lecciones de forma de vida y de que las cosas van y vienen. Y hoy te pueden echar de una discográfica, pero que la obra es lo que vale y lo que importa son las letras y las canciones. Me dejó claro que no está mal envejecer si eres un escritor (cosa que él no pudo hacer). Y me dejó claro que no había que rendirse. Nunca.

¿Os estáis dando cuenta, con estos nuevos conciertos, de que sois un grupo muy querido? Me refiero a si, de algún modo, en esta reunión estáis disfrutando de sensaciones y feedback distintos con el público.
¡Totalmente! Y no solo eso. Que era un grupo querido, es así. Y lo que es más lindo es que han pasado quince años y es muy hermoso ver como viene la gente ya con sus hijos, y todo es como una especie de comunión y una reunión de un grupo que fue espectacular, con sus desastres y sus cosas. Pero sí, el cariño del público está ahí, y te interesas por las vidas de ellos y ellos también por la tuya. Está siendo hermoso. Y en la banda igual: el camerino está lleno de niños, así que… (Risas).

¿Crees que, después del fallecimiento de Sergio Algora y la forzosa desaparición de La Costa Brava, el proyecto quedó un poco como eso que llamamos “grupo de culto”?
Era necesario que aquello se parara y siempre tienes la intuición de que un grupo con esas letras y esa filosofía tan vital, pudiera llegar a ser un grupo de culto. Pero no lo tengo claro. Lo podría pensar y esta gira me lo está demostrando, pero el olvido y el ostracismo también existe, así que tampoco es que quiera emocionarme mucho con esto. Pero sería una idea muy bonita. Nosotros seguimos haciendo nuestras cosas, cada uno con su carrera, pero a mí me haría mucha ilusión que llegásemos a gente joven. Y, de hecho, también está viniendo gente joven a los conciertos. Así que no estoy seguro de si es así, pero me encantaría.

¿Cómo han cambiado, desde dentro, los conciertos de La Costa Brava desde la última gira con “Velocidad de crucero” (Mushroom Pillow, 07) hasta los que estáis ofertando ahora? ¿Cómo habéis cambiado en directo y sobre el escenario?
Bueno, te digo la verdad: excepto el cambio de tener que cantar yo las canciones de Sergio, es alucinante porque todo funciona igual. Y nosotros no éramos un grupo que tocase meticulosamente, ni que tocará bien. Y apenas ensayábamos. Lo alucinante es que pudiéramos acordarnos de las cosas sin ensayar; y es más alucinante que ahora podamos hacer las mismas cosas (Risas). Lo alucinante es que no haya cambiado. Y era difícil, pero no por lo virtuoso, sino precisamente porque era caótico.

“Las formas de trabajar de Sergio y de Fran eran opuestas, pero todo funcionaba al compartir filosofía de vida”

Por La Costa Brava han pasado varios músicos. Tú te uniste al grupo en torno a 2005 ¿Cómo fue tu entrada en el grupo tras dejar Tachenko?
La verdad es que en aquella época tocaba muchísimo, al estar en dos bandas a la vez. Eso era muy complicado de compaginar porque, además, eran dos bandas que igual una tenía que tocar en una punta del país y otra en la otra. Y la verdad es que yo siempre lo tuve claro: quería el vitalismo de La Costa Brava. Y yo adoro a Fran (Fernández) y a Enrique (Moreno). Y adoraba a Algora, evidentemente. No, yo lo tuve claro. Fue una cuestión de que no daba para todo. No porque fuese un grandísimo éxito, sino porque para que funcionara había que tocar mucho. Y tocar en dos bandas, en ese momento, era imposible.

¿Hubo algún tipo de mal rollo o de polémica porque tuviste que dejar Tachenko para dedicarte a tiempo completo a La Costa Brava?
Bueno, la gente siempre puede entender las cosas de diferentes maneras, pero fue una decisión consensuada. Ellos veían que yo estaba más por La Costa Brava que por Tachenko. Así que, en ese sentido, no hubo mal rollo porque es verdad que lo que yo quería es lo que ocurrió. Y lo que yo veía, también lo veían ellos. Todos veíamos la misma cosa. Yo tenía clara cuál sería mi decisión, en el momento en el que tuviera que elegir.

La mayoría del catálogo de La Costa Brava se reparte entre canciones de Fran y de Algora ¿Cuáles crees que son las principales diferencias entre las creaciones de uno y otro y por qué crees que funcionaron tan bien juntas, en un disco o sobre un escenario?
No tengo una respuesta para esa pregunta, pero sí que te digo que la forma de trabajar de uno era todo lo contrario a la forma de trabajar del otro. Sergio, para empezar, necesitaba de alguien que le hiciera las canciones porque él no tocaba. A Sergio se le ocurrían en la cabeza mil textos o mil melodías, pero Fran es un artesano de las canciones y lo tiene todo muy claro. Lo que no sé es cómo... Si me lo preguntas, te diría que funcionaba porque funcionaba lo que no era la música: funcionaba la forma de vida que teníamos, y esa sí que era la misma para todos. Y eso se notaba en las canciones y las letras. Y la gente, en los años dosmil o dosmil y pico, quería vivir y ser feliz. Y nosotros teníamos esa misma idea. Encajaban en lo no musical. Y en lo musical es complicadísimo, porque eran totalmente opuestos. Pero sí, la verdad es que esa era la filosofía del grupo.

Seis discos y algunos EPs en apenas cinco años ¿Por qué fue La Costa Brava un grupo tan prolífico, estando además sus miembros en diferentes ciudades?
Por eso mismo: porque no queríamos estar en casa (Risas); queríamos vivir. Esa era la idea. Fran estaba en Asturias, imagínate. Eloy (Cases) estaba en Barcelona. Nosotros en Zaragoza. Lo que queríamos era vivir. Y vivir cada momento. Y esto ahora mismo es impensable. Nadie saca discos con esa velocidad, porque no es práctico y ha cambiado todo mucho. Pero a nosotros lo que nos interesaba era no estar nunca en casa. Por eso hice yo luego “Qué haces tan lejos de casa” (Bandaaperte/Marxophone, 13) (Risas).

¿Cuál es para ti el disco más representativo de La Costa Brava? ¿Dirías que también es el mejor?
Para mí es el mismo. Para mí, donde todo cuajó y todo tomó cuerpo, fue en “Llamadas perdidas” (Mushroom Pillow, 04). Creo que al principio se daban más palos de ciego y el trabajo era más dispar, pero con ese disco la banda tomó conciencia de grupo. Para mí, es mi favorito.

Sin duda es el que ha quedado, a nivel popular, como el mejor disco de La Costa Brava, pero tengo que decir a mí me gusta también muchísimo el último, “Velocidad de crucero” (Mushroom Pillow, 07).
Sí, lo que pasa que con el último ya teníamos la noción de que Sergio no podría estar mucho más con nosotros. Por entonces ya estaba bastante enfermo y tiene un tono de despedida. Yo creo que a mí me gusta más “Llamadas perdidas”. Yo dejé de escucharlo y ahora lo he estado escuchando para tocar las canciones y me queda claro. Yo creo que “Llamadas perdidas” es el disco más tocable para el directo.

Precisamente, con “Llamadas perdidas” el grupo firmó por un sello más grande con respecto a Grabaciones en el Mar como era Mushroom Pillow ¿Fue ese el disco en el que pusisteis más esperanzas? Me refiero a si las expectativas con ese álbum se dispararon un poco en términos de popularidad.
No, no, no. Esperanzas no teníamos ninguna. Sabíamos que nos iban a echar de todos los sellos (Risas). De hecho, ese grupo se fundó cuando a Fran lo echaron de RCA y a El Niño Gusano los echaron de RCA. Sergio siempre decía ‘No vamos a durar en ningún sello más de tres discos y después nos van a echar’. Y así era (Risas). Lo que queríamos era seguir haciendo eso, pero porque funcionaba. Porque si no era con unos iba a ser con otros. Pero no, yo no recuerdo ninguna conversación en la que se dijera ‘con esto ya verás’. Nosotros pensábamos que era un buen disco, un discazo, y que lo íbamos a pasar genial. Y eso era todo. Imagínate las perspectivas: Fran tuvo un puntazo con el “Chup Chup” (Nota del autor: Canción de Australian Blonde incluida en el álbum “Pizza Pop” (Subterfuge, 93), que apareció en un anuncio de Pepsi y en la película “Historias del Kronen” (Montxo Armendáriz, 95), granjeando así cierta popularidad al que por entonces era el grupo capitaneado por Fran Fernández) y a los dos los echaron luego de una multinacional. El grupo no se hizo para eso, se hizo para vivir. De verdad. Fran decía a veces ‘Yo no sé, si no ensayamos, por qué estoy tanto en Zaragoza’ (Risas). Venía a pasarlo bien en el Bacharach (Nota del autor: Mítico bar zaragozano que en aquella época era regentado por el propio Sergio Algora y posteriormente pasaría a llevar Enrique Moreno. Con la pandemia, desapareció tristemente).

En cualquier caso, el salto a Mushroom Pillow lo disteis desde Grabaciones en el Mar, sello regentado por Pedro Vizcaíno (Nota del Autor: Pedro Vizcaíno fue capo del mencionado sello y, a día de hoy, sigue siendo agitador cultural y personaje imprescindible y muy querido dentro de la escena aragonesa). No creo que Pedro os echase del sello… (Risas)
¡No, no! (Risas). Aquello fue una cuestión de que Pedro está siempre a dieciocho mil cosas, como ha estado siempre, que yo llevo con él desde los quince años. A Pedro no lo considero un sello, lo considero un extraterrestre. La cosa es que el booking y el management iba cambiando, y Pedro a veces no llegaba a esas velocidades a las que iban las cosas. Nada, pero a Pedro lo sigo queriendo como es (Risas).

No hace mucho que Mushroom Pillow ha reeditado todo el catálogo del grupo en vinilo, incluyendo los discos publicados por Grabaciones en el Mar.
Bueno, yo creo que eso son más decisiones que se toman cuando se ve que puede funcionar a nivel editorial, pero no tengo idea de cuál era la idea con estas reediciones. De hecho, ni tengo los vinilos. Se los tendría que pedir... (Risas).

Fran y tú tenéis una generosa carrera como compositores a vuestras espaldas ¿Hubo o habrá nuevas canciones de La Costa Brava o, a pesar de vuestra capacidad compositiva, es inviable sin la parte creativa que aportaba Sergio al grupo?
Eso es algo que siempre estuvo muy claro, desde el mismo momento el que se planteó tocar estos conciertos. En todo momento tuvimos muy claro de que, sin Sergio, no saldrá nunca ningún material de La Costa Brava. Sin Sergio no, porque además eso me da pudor. Es una cosa que no. Tenemos claro que lo que estuvo hecho, estuvo bien hecho. Esto es una gira de agradecimiento a la gente, pero La Costa Brava nunca volverá en esos términos. Eso es imposible.

 

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