Javier Benito: Historia de dos Latas
Entrevistas /

Javier Benito: Historia de dos Latas

Pablo Ferrer — 15-12-2016

Víctor Hugo hablaba de ciudades. Javier Benito habla de Latas de Bombillas. Son dos y una, verdaderas ambas. En María Moliner ha estado 17 años, y ahora (coyunturalmente) cambia de nombre. En Espoz y Mina lleva un mes, y ya ha hecho amigos en el barrio. 

El creador de Robby The Robot, Robert Kinoshita, murió el año pasado a los 89 años. La icónica imagen de la película ‘El planeta prohibido’, entre otras muchas creaciones geniales, ha hecho del nipón una figura inmortal. Javier Benito también ha colaborado a ello durante 17 años: Robby está en las paredes de la Lata de Bombillas, el templo alargado y pequeñín al que se ha peregrinado tantísimo desde los rincones más luminosos del planeta Música. Desde ahora y hasta que la diosa Fortuna así lo dictamine, esa Lata se llamará Robby Robot. La nueva Lata ya abrió parcialmente el 6 de octubre en su nuevo emplazamiento. Espoz y Mina, 19.

Era renovarse o morir. Más o menos. “La verdad –explica Javier Benito, fundador de la Lata- es que nos habíamos quedado un poco aislados, y entendí que había que ponérselo más fácil a la gente, acercarme al público. Era dar el paso adelante o cerrar, en verano lo vi muy claro. Con el bar languidecía yo mismo”.

¿Le da yuyu a Javier Benito la mirada atrás, por aquello del ‘tempus fugit’? Un poco. “Sí, el paso del tiempo asusta un poco. Ha pasado muy rápido, he crecido entre estas cuatro paredes y creo que solo me hago cargo de todo cuando hago cuentas de momentos, de gente, de todo. Le tengo muchísimo cariño al local de María Moliner, tengo la sensación de que todo ha sido una larga juerga, un solo concierto con muchas partes. Lo hemos pasado increíblemente bien allí.

La pregunta más difícil que se le puede hacer al hombre Lata versa sobre momentos realmente inolvidables entre tantos que merecen tal calificativo. No obstante, Benito se moja. “El homenaje a El Niño Gusano, en septiembre del año pasado. Por muchas razones. También el día que se canceló el Muévete Weekend en la Oasis y hubo que improvisarlo en la Lata, con la gente haciendo cola hasta el Hamburgo’s. También recuerdo siempre el día en que se fue la iluminación, no la energía: tocaban The Wave Pictures, ya llevaban hora y media y siguieron otra media hora iluminados por los móviles del público. Bueno, y el día en que Alan Sparhawk de Low tocó en la Lata. Imagínate lo que fue para mí, que sabes lo mío con Low”.

La Lata ha sido padre, madre y hermano de muchos talentos locales (y nacionales) que luego han volado alto. “Los ves en la tele o en escenarios gigantes y te acuerdas de sus primeros bolos en la Lata, casi sin gente. Fue genial tener hace poco a Sidonie de vuelta, su primer concierto en Zaragoza fue con nosotros. Russian Red, Bigott… de esta última hornada están haciendo muy bien las cosas My Expansive Awareness, Los Bengala ya están en todos los festivales, One Dimensional Band, que estrenaron disco el otro día, trabajan con seriedad. Kim Fasticks es un grande… y El Brindador, qué te digo, ojalá cayera en manos de alguien que pudiera darle la salida y dimensión que merece.

Los conciertos lateros seguirán un poco más de tiempo en María Moliner, ahora con Robby en el logo. “Hasta Navidades seguro, en enero ya tomaré una decisión al respecto. En el nuevo local empezamos ya la obra del escenario y la instalación, pero no vamos a correr, no me urge y tampoco quiero dejar abandonada la programación del otro local. He bajado un poco la contratación por este impasse. El traslado físico de la lata iba a ser a finales de noviembre, pero todavía no hay fecha fija”.

Entrevista publicada en el Mondo Sonoro Aragón de noviembre de 2016

javi-lata

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.