"Sacar música siempre me da sorpresas que no espero"
Entrevistas / Irenegarry

"Sacar música siempre me da sorpresas que no espero"

Eva Sebastián — 20-12-2022
Fotografía — Alonso Diaz

Si alguien le hubiera puesto banda sonora a las historias que cuentas en un bar, café con hielo en mano, y que te diera vergüenza que escuchara alguien más que tu mejor amiga, puede ser que te encuentres en las letras de Irenegarry.

Lejos de sus primeras guitarras de habitación, en su primer EP, "Mandona", Irenegarry nos presenta un universo musical donde lo acelerado y las armonías amables, se combinan en una mezcla de estilos con brillos y destellos que solo podrían existir en una era pop post-internet.

En un bus entre su vida en nómina y la de estrella del pop, nos habla de cómo fue irse a Londres a componer, el cringe y como Madrid, y las chicas que emprenden sus propios proyectos, fueron su mayor red para empezar a crear.

¿Como llevas el síndrome Hannah Montana? ¿Con nervios por el lanzamiento del EP?
De momento muy bien. Manejando que sea algo rentable y a la vez que pueda tener tiempo para crear. Si no me autoexploto ahora, ¿cuándo? jajajaja. Y con el lanzamiento de Mandona, siento que lo he digerido casi antes de que salga y quiero quitarmelo un poco de encima, para poder volcarme totalmente en algo nuevo. Porque el momento que a mi me da subidón es la concepción de las ideas. Es un poco problemático, pero bueno jajajaja. También me apetece mucho que la gente lo escuche y reaccione a él. Me da mucha curiosidad saber qué piensan. Sacar música siempre me da sorpresas que no espero, la manera que tiene la gente de entender las cosas, siempre me hacen super feliz.

"Quería dejar un poco al lado esa inocencia y vulnerabilidad"

Este proyecto nace en la pandemia ¿era algo que te habías planteado antes?
La verdad es que me parecía una idea demasiado loca, no era una opción. Sacar música era algo inaccesible conceptualmente. Yo misma no me sentía capacitada y conocía tan poco sobre el proceso que me resultaba muy ajeno. Pero me considero hija de las iniciativas culturales que ha habido en Madrid en los últimos años. Me apunté a todos los cursos que se han hecho gratuitos en esta ciudad los últimos años. He ido bebiendo de las cosas que me contaban otras chicas que estaban haciendo talleres, como las de Chica Gang. Me inspira mucho conocer a tías con las cosas tan claras, como pueden ser unas Shego o otras bandas. Y fue a partir de los consejos de la gente que iba conociendo, y que admiraba, que fui conociendo ese espacio. Luego mucho diggueo en internet y aquí estamos.

Justo en el momento que empiezas a sacar música por tu cuenta te unes a Shego. ¿Cómo ha sido para ti el paso por la banda?
Bueno, increíble. Aprendí muchísimo. La manera en la que se concibe la identidad de una banda es súper diferente a como se concibe un proyecto en solitario. Acuñar una entre personas que no tienen porqué tener absolutamente todo en común, es algo que admiro. No es una ciencia exacta montar un grupo. Requiere mucho trabajo, ilusión y fuerza, y nosotras teníamos un montón. Pero para mí, no tiene nada que ver con cómo afronto mis cosas. El nivel de responsabilidad que una tiene con una misma es muy distinto. Enfrentarme a mis propias ideas es una cosa muy fuerte. Comprometerse con ellas es algo que me cuesta mucho y que para mí es el paso más duro. Pero también es el más satisfactorio cuando las cosas salen bien y una está super orgullosa de algo que ha pensado o que ha escrito.
En grupo todo esto es más ameno, porque somos benevolentes con las ideas de las demás, y lo empezamos a ser con las nuestras. En cambio, cuando estoy sola, aunque enseguida lo comparto, existe un momento de intimidad, incluso de darte un poco de vergüencita, con el que soy más dura. Creo que hay dos formas de enfocar la creación y me alegro un montón de haber vivido la otra parte, porque se aprende un montón de ver los procesos de las demás.

Entonces, en cierto modo escoges el camino duro y te centras en Irenegarry.
Sí, total, soy un poco masoca. Sentía que estaba dejando de hacer ciertas cosas, o de invertir cierta energía en algo que creía que también me iba a reportar felicidad. Así que tomé el riesgo y decidí lanzarme a la piscina porque al final hacer ambas cosas era incompatible.
Lo estaba disfrutando mucho, pero ¿y si estaba dejando pasar un tiempo precioso para descubrir otra cosa?. Las canciones del EP ya llevaban grabadas algún tiempo, y estaba un poco estancada porque no le estaba dedicando el tiempo que requería. Al final lo hablamos todas con tiempo y eso hizo que los últimos conciertos con Shego fueran muy emocionantes. Todo muy loco, pero fue muy bonito.

Hoy en dia nos reapropiarnos de palabras peyorativas para empoderarnos, pero teniendo en cuenta que vas en solitario, me gusta y sorprende que justo el EP se llame Mandona.
Mira, un día me hizo mucha gracia darme cuenta que, aunque me cuesta superar el síndrome de la impostora, mis canciones estaban mandando literalmente a la gente. “Contestame a la historia” o “Dime que me calle”. Todo bastante contundente. Y pensé “esto también ha salido de mi y es una parte que quiero abrazar.” Quería dejar un poco al lado esa inocencia y vulnerabilidad, que está muy bien mostrar, y decir que esto también conlleva una ambición de la que en realidad estoy orgullosa y no me apetece estar continuamente dando pena o justificándome.

Y a nivel sonoro, ¿cómo concebiste este EP? Porque poco queda de las primeras guitarras que oímos de ti.
La verdad es que yo me fui a grabar a Londres sin tener mucha idea de lo que iba a salir. Era mi primera vez de ponerme a grabar intensamente, y acotar un periodo de tiempo para trabajar. No sabía cuál iba a ser mi ritmo, y al final hice 5 canciones en 5 días. Nunca había tenido este mindset, así que quise que eso formara parte de un todo. Son mis primeras canciones escritas y tiene todo el sentido de que estén juntas. La energía de esa semana, y la conexión que tuve con el productor, Jamal Hadaway, que es productor de Hope Tala, fue genial. Me sentí super respetada, por primera vez estaba haciendo esto en serio. Fue un lujo, sentía que se me tomaba en serio como músico y no me frenaba. Hay armonías sencillas y los temas son terrenales, o banales, cosas que he vivido que me da hasta miedo que la gente reconozca jajajaja, por eso me apetecía jugarmela lo máximo posible con la música. Con Jamal Charlamos sobre mis referentes, y volqué todo lo que estaba escuchando, o qué clase de pop quería hacer, con el descaro de Lily Allen por ejemplo. Comentamos lo importante que es elegir instrumentos diferentes y no ir siempre a lo familiar. Esto nos ayudó a pensar en arreglos de una manera más abstracta. ¿Podemos rellenar las frecuencias agudas? Sí, pero hagámoslo con un sample de viento en lugar de un arreglito de guitarra que es lo primero que me saldría. ¿Le metemos unos hi hats de trap? Venga, de puta madre. ¿No funciona? No pasa nada. Creo que me hago pequeña a mi misma en ciertas situaciones, pero en ese momento no había duda. Aquí estás tú, aquí estoy yo y me he pagado un billete de avión para venir hasta aquí y haremos que esto funcione.

Y ahora que hablas de que se trata de experiencias personales, y siendo tan autoconscientes como somos hoy en día, como llevas la gestión del cringe.
Para mi esto es un temazo. Justo ayer lo hablaba con Jimena Amarillo y Maria Amore y Jimena me decia “yo sé que algo es bueno cuando no me da vergüenza cantarlo” y esto es bastante real. Pero a la vez, a mi hay ciertas cosas que no me importa que me de vergüenza decir. Hay ahí una cosa medio meta en las canciones que al final son solo canciones. Y creo que a veces a todos nos gusta disfrutar un poco del cringe y decir ciertas cosas y que la gente sepa que pensamos eso o que la gente se imagine cuál es nuestra relación con las letras. Ahí hay un espacio muy interesante de decir me gusta esta letra, pero tú no sabes porqué. Y creo que eso es muy chulo. Una vez las cosas están escritas y están ahí fuera, no me dan tanta vergüenza o tanto cringe como en el momento de escribirlas que es cuando más me lo pienso. Porque te preguntas ¿de verdad esto lo vas a escribir? ¿de verdad esto va a ser una canción? ¿tan en serio va este sentimiento? Pero llegados a este punto de la vergüencita, yo lo llevo hasta el final.

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