“Queremos hacer canciones bonitas, pero no se trata de hacerlo difícil”
Entrevistas / Habla De Mi En Presente

“Queremos hacer canciones bonitas, pero no se trata de hacerlo difícil”

Elena López — 09-03-2021
Fotografía — Miguel Robres

Habla de Mí en Presente es la combinación de un ventilador, un violín, un bombo a negras, un bajo, una voz nacida para la improvisación y mucha energía. Pau Balaguer (ventilador), Max Grosse Majench (cantante), Jonathan Hamann (producción y percusión), Rémi Pradère (violín), Blai Juanet Sanagustín (bajo) y Adri Cubells (percusión) son los creadores de la nueva techno-rumba, que sonó por primera vez en Berlín el año 2013. El colectivo ha tocado en todas las salas de conciertos que le han sido posibles, afianzándose en el directo, aunque con un sonido muy especial en sus canciones grabadas. Después del lanzamiento del “Todo Bien EP 2020”, Habla de Mí en Presente están preparando la salida de su próximo álbum, que irá precedido por una serie de remixes. A continuación, estrenamos el primero, titulado "Alone/Together".

¿Cómo empezó Habla de Mí en Presente?
Habla de Mí en Presente nació en Berlín en el 2012. Max se mudó primero allí y acogió a Pau en la casa donde vivía. Por las noches tocábamos hasta las tantas molestando a los vecinos. Max siempre había cantado, pero solo en inglés porque le parecía que “era más guay”. En Berlín, junto al ventilador de Pau, pensó: “venga va, ahora sí que podemos cantar en catalán y español, que nadie lo entiende”. Tocábamos en casas de gente y en fiestas. Luego conocimos a Rémi y a Jonathan en un grupo de teatro joven  y empezamos a pasar mucho tiempo juntos, aunque realmente comenzamos a hacer música con Jonathan. Le conocimos en casa de una amiga y él se presentó diciendo algo así como: “acabo de llegar a Berlín y toco la percusión”. Nosotros pensábamos: “ah, otro típico alemán que le mola la pachanga que estamos haciendo y quiere tocar con nosotros”, y bueno, nos planteamos quedar con él algún día si no nos daba mucha pereza. Al final acabamos haciéndolo, y ahora es el productor del próximo álbum que lanzamos, es una pieza indispensable. En 2013 convencimos a Rémi y pasamos bastantes años tocando los cuatro en Berlín, sin bajo y donde saliera.

Entonces, ¿dónde entra Blai en la historia?
Estábamos en la ciudad del techno, pero Pau tenía la guitarra, Jonathan el cajón y Rémi el violín. El primer conflicto que tuvimos fue cuando creíamos que teníamos que tocar amplificados, pero lo superamos. En esos conciertos que empezamos a hacer en discotecas a las dos o a las tres de la mañana, vino Blai de visita y pedimos un micro más. Empezó con un shaker y unas segundas voces, a veces incluso tocaba el saxo. Blai era el colega que venía de vacaciones y tocaba con nosotros. En otro viaje que hizo a Berlín en 2016 le regalamos un bajo en el aeropuerto, y desde entonces es el bajista. En 2018 hicimos el Todo Bien Tour con él, y ya empezó a formar parte de la banda de manera definitiva.

“Claramente respondemos al patrón de boy band. No somos BTS, pero al fin y al cabo son grupos de chicos que tienen cada uno su carácter, como nosotros”

Y ahora que Jonathan está en Berlín como productor, ¿quién es el cajón?
Desde marzo de 2020 hemos empezado a tocar con Adri Cubells al cajón, que lleva la rumba mucho más dentro que cualquiera de nosotros y ha tocado con grupos como Ljubliana & The Seawolf. En julio hicimos el primer concierto con él, ahora llevamos 14, y ya es uno más. Cuando puede, también se apunta Juan Luis Batalla al cante y la percusión, aunque normalmente anda liado en El Pumarejo.

¿Cuál fue vuestra primera canción oficial?
El primer vídeo de Habla de Mí en Presente, que aún está en YouTube, es “M Sleeping” (2013), y es también el primer tema que compusimos. Lo hicimos cuando Marlene –la ex novia de Rémi– estaba durmiendo, por eso tiene un principio tan soft. En ese momento aún no tocábamos con Rémi, sino con Cabbage P, que toca la harmónica. El hecho es que a día de hoy, Rémi odia la harmónica.

 

¿Por qué Habla de Mí en Presente, a qué se debe el nombre?
El nombre es por Jonathan. Íbamos a grabar el vídeo de “M Sleeping” en directo y no teníamos nombre. De repente, Jonathan preguntó: “how do you say speak of me in present tense in Spanish?", y de ahí salió. La noche anterior nos habíamos emborrachado intentando buscar nombres y no dimos con nada, y al día siguiente surgió. Jonathan lo sacó de una letra de una canción de Andrew Bird, titulada “The Privateers”.

¿Por qué la technorumba?
¿A nivel conceptual o a nivel musical? (risas).

Ambos.
El concepto es de Rémi. Vinimos a vivir a Barcelona durante seis meses porque hacíamos una obra juntos, y durante ese tiempo Rémi sacó una demo de la technorumba con Jonathan. Por eso es una canción que está en el canal de YouTube del grupo Nice Cream (Jonathan & Rémi).

Nuestra rumba ni siquiera es rumba, porque solo tiene de rumba el ventilador de la guitarra. Jonathan se puso a tocar el cajón sin haber escuchado rumba jamás, pero conseguimos hacer rumba en Berlín, que es la capital del techno. Cuando tocábamos en discotecas a las dos de la mañana, antes de nosotros había techno, y después también. El techno ha sido una influencia musical muy grande para nosotros. En nuestro universo, se fundamenta en el bombo a negras, porque en el directo no aparecen los sintetizadores. Nos basamos en instrumentos que apuntan un poco más a la rumba, pero hay una dramaturgia en torno al techno. La gente a veces no ve el techno, pero tampoco está clara la rumba.

“La technorumba es una rumba festiva con bombo a negras que emula la fiesta berlinesa con el caliu català”

¿Entonces, qué es la technorumba?
La technorumba es la mezcla que hemos generado, una rumba festiva con bombo a negras que emula la fiesta berlinesa con el caliu català. Comercialmente tiene algo muy bonito, habla de muchas más cosas que el estilo musical, es como nuestro grito de guerra. Pau grita “technorumba” y empezamos a tocar. Es como un mantra para nosotros, pero no es nuestro estilo musical. Es algo más a nivel conceptual, y ni siquiera lo inventamos nosotros, sino Camela. Aquí en la Península Ibérica quizás no hubiésemos hecho rumba, que está muy viciado, pero allí era exótico para el público. Nos atrevimos a hacer algo que nos salía de dentro.

¿Consideráis que tenéis referentes artísticos a la hora de componer?
Cada uno de nosotros escucha música totalmente distinta. Pau escuchaba rumba y flamenco a pincho, Max escuchaba más electrónica, Jonathan escuchaba indie escandinavo y hip-hop, a Rémi le gustaba tocar música balcánica y al combinarlo con el cajón nació lo que es Habla de Mí en Presente. Nos han comparado con Albert Pla, sobre todo por el timbre de Max y el humor en las letras, pero no ha sido un referente a la hora de crear. Sin embargo, en la música hemos buscado referentes a nivel de sensaciones. Nunca pensamos en hacer cosas complicadas, nos basamos en canciones pop, de estilo cantautor quizás. Queremos hacer canciones bonitas, pero no se trata de hacerlo difícil. Sí que hay un grupo austríaco que se llama Bilderbuch con el que nos identificamos, sobre todo en la puesta de escena que tienen. Además, también son una boy band (risas).

“Estamos siendo más alquimistas, para poder hacer temas que grabados tengan sentido y no partan del directo. Queremos algo que pueda competir con lo que hay”

¿Cuál es el proceso que lleváis a cabo para componer un tema?
Ha ido cambiando, al principio partíamos de unos acordes de guitarra y la improvisación de Max. En Berlín hemos hecho muchos conciertos en los que Max ha improvisado casi todo, porque nadie lo entendía. Las letras iban cambiando hasta que íbamos al estudio y se afianzaban. Partimos mucho de la creación colectiva, nos basamos en muchos formatos distintos. A veces es caótico, pero es muy especial. Incluso Jonathan y Rémi preguntan en ocasiones qué significan las letras, porque tampoco las entienden. Nuestro sueño sería presentarnos a Eurovisión por Francia, Alemania y España. Sería divertido. Ahora, en cambio, estamos picando piedra un poco más preparando nuestro primer álbum de estudio. Estamos siendo más alquimistas, para poder hacer temas que grabados también tengan sentido y que no partan tanto del directo. Queremos algo que pueda competir a nivel sónico con lo que suena hoy día a través de las máquinas.

Empezasteis en Berlín y ahora estáis asentados en Barcelona. ¿Cómo fue la transición?
Blai ya estaba en Barcelona. En 2018 llegó Max por amor y por otros proyectos vitales. A finales de 2019 llegó Pau, y a principios de 2020 llegó Rémi, después de diez años de Berlín, y justo llegó el virus. Lo más significativo del proceso es que coincidió con el final de gira en 2018, entramos en estudio con Genís Trani –productor de Meritxell Nedermann o La Sra. Tomasa– y nuestra intención era que nos pudiera escuchar más gente.

“Lo más difícil de venirnos aquí ha sido dejar a Jonathan allí, pero nos ha obligado a reinventarnos y a que él descubriera la posición de productor, que era obvia”

¿Qué ciudad preferís a día de hoy?
Sentimos que el público alemán ya lo tenemos, la diferencia más grande es que aquí se entienden las letras. Allí les encanta el rollo que traemos, y aquí culturalmente la cosa es muy distinta. En Barcelona hay más salas de conciertos y bares musicales, brilla por cosas diferentes a Berlín. Al final, los dos sitios funcionan. Lo más difícil de venirnos aquí ha sido dejar a Jonathan allí, pero nos ha obligado a reinventarnos y que él descubriera la posición de productor, que era bastante obvia y tenía mucho sentido. Hemos encontrado un productor de puta madre que nos comprende como nadie, porque es uno de nosotros.

¿Cuál consideráis que es vuestra canción más especial?
“Bonita” tiene algo. Siempre pensamos donde poner “Bonita” en los conciertos, aunque solo toquemos cinco canciones. Sin embargo, creemos que va cambiando mucho, es curioso como disfrutas, pierdes encuentras… como fluctúa el arte. Realmente, la respuesta para el hype es que es un tema que saldrá en el álbum que sacaremos este año, que se llama “Vivir más”.

¿Cuál creéis que es vuestra faceta más interesante como grupo?
El hecho de estar en un proceso colectivo ya es muy significativo. Tenemos un sonido romántico-futurista, todos somos muy distintos y muy iguales a la vez. Además, siempre nos han dicho que tenemos una energía característica en el escenario. Creemos que hay mucha amistad y mucho recorrido emocional entre todos, y eso se nota. Hay una sensibilidad que cuidamos y que creemos que se recibe. Está bien que la gente sepa también que somos un grupo de directo. Te podemos convencer con las canciones grabadas, pero en directo es donde se crea algo muy especial.

Le dais importancia al componente cómico tanto en vuestras canciones como en vuestros videoclips, ¿cómo os ponéis de acuerdo siendo cinco en el tono que queréis que tengan vuestros proyectos?
En los vídeos lo hacemos dejando completa libertad a las personas que los hacen. Escogemos a quién lo hace, obviamente, y el secreto está ahí. Igual nos ven así. Nosotros hacemos la música, pero aquí en Barcelona hay un caldo de cultivo de arte, y hay un conocimiento muy puro respecto a eso. Algunos de nosotros venimos del teatro y el humor forma gran parte de nuestras vidas.

“No estamos haciendo mucha pasta con este proyecto y tampoco podemos ofrecer mucha, la idea es pasarlo bien y hacer cosas que nos hagan vibrar”

¿Y respecto a las letras?
En “Urele” por ejemplo, se dio una letra que se podía improvisar. Ahora se ha ido estabilizando, pero la podías cambiar en cada momento del concierto a partir de cosas que cambiasen en la sala. El estribillo salió con Julius Brauer, un amigo nuestro alemán que es actor y bailarín de claqué. Estábamos un día improvisando y lo de “urele urele ulé” le encantó, decía que lo sentía en el alma. Nos tomamos en serio no tomarnos en serio ciertas cosas, hacerlo fácil, ligero. Aunque, no solo somos nosotros, sino la efervescencia de la gente que nos rodea, tanto en Berlín como en Barcelona. No estamos haciendo mucha pasta con este proyecto y tampoco podemos ofrecer mucha, la idea es pasarlo bien y sobretodo hacer cosas que nos hagan vibrar.

En su día declarasteis para Mondo Sonoro que el videoclip de “Urele” tan solo cobraba sentido tras verlo diez veces. ¿Cuál es la historia que se esconde tras el video?
Aquello era una estrategia para conseguir visualizaciones, pero hay una historia (risas). Los dos directores dejaron de vivir juntos después de grabar el videoclip. Nos cargamos una amistad.
La historia va de una secta, que es la gente que está en la casa. Max es un infiltrado, que está haciendo un partner con Blai, que a su vez está amenazando a el hermano de Pau (Bernat) –que es el protagonista– a punta de pistola. Bernat está en el coche y Blai está apuntándole para saber qué pasa con Max, que se acaba de meter en la casa. Igual están a punto de matar a Max porque descubre la cura del virus, y grita la fórmula secreta: “¡Urele, Blai, salva el mundo!”. Pero Blai después desaparece. Además, el videoclip se sacó la semana que empezó todo (risas).

En fin, la idea es que Max está intentado robar un secreto, que es “Urele”. La palabra teóricamente no significa nada, pero puede ser un secreto que estemos mandando desde Habla de Mí en Presente para vosotros. Puede ser esto que acabamos de explicar, o quizás hay que verlo 10 veces más para entenderlo.

“Allí donde estamos tocamos en directo. Siempre muy malos deals económicos pero muy buenos deals energéticos”

¿Creéis que se os dan oportunidades para crecer en el ámbito musical?
Ahora hemos empezado con Genís Pena y Miguel Robres, que trabajan con Live In Dallas y llevan nombres tan variopintos como Rigoberta Bandini o John Talabot. A día de hoy estamos trabajando en el álbum, es nuestra forma de crecer desde dentro. La estrategia que sigue, que es algo que es muy difícil para nosotros, pasa por no hacer tantos conciertos. Desde enero hasta mayo no tocaremos en directo en el Área Metropolitana de Barcelona, cosa que para nosotros es extraña porque allí donde estamos lo hacemos. Siempre muy malos deals económicos pero muy buenos deals energéticos. Pero ahora hay una estrategia detrás, y nosotros sentimos que esto progresa vaya donde vaya. Nuestro siguiente paso sería hacer una gira mundial.

Sabemos que algunos de vosotros tenéis vuestros propios proyectos personales en marcha. ¿Nos podríais explicar que os traéis en manos?
Rémi Fa y Sir Jon (que es Jonathan) van a sacar un EP próximamente con Amén Discos (de lo que antes era Nice Cream), la discográfica de El Pumarejo. Blai tiene muchos bolos con Espai Dual como actor, y junto a Max estrenarán una obra en mayo basada en el arca de Noé. Además, Pau está involucradísimo en El Pumarejo de Barcelona, que es una incubadora cultural muy especial y están realizando un crowdfunding para poder abrir de nuevo con mínima seguridad. Para nosotros El Pumarejo es nuestra casa, igual hemos tocado diez conciertos allí desde que volvimos a Barcelona.

“La idea es que en verano salga el primer single del álbum. E igual algún featuring fuera del álbum también”

Vuestro último disco fue “Rumba del Nord” (2017) y desde entonces os habéis centrado más en los singles. ¿Qué proyectos tenéis de cara al futuro?
Para nosotros “Rumba del Nord” es la maqueta de presentación. Luego sacamos el “Todo Bien EP 2020”. Antes del nuevo álbum saldrán remixes de los cinco últimos temas que hemos lanzado, con artistas de Santa Coloma de Gramenet, Berlín y Terrassa. Habrá algo de techno, algo de hip-hop, algo de afro beat… y está a punto de salir. También estamos cocinando el álbum a fuego no tan lento como el que nos gustaría, aunque gracias al premio del Hospisona 2021 tenemos un plan de producción bastante profesional. Primero grabaremos maquetas con Jonathan y después queremos ir a Sol de Sants. La idea es que en verano salga el primer single del álbum. E igual algún featuring fuera del álbum también.

¿Nos podéis adelantar algo más del primer single que saldrá de la serie de los cinco remixes?
Se llama “Alone/Together”, es un remix de “Solo” hecho por Jonathan desde Berlín. Es un poco el estilo del tema de “Giorgio by Moroder” de Daft Punk, explicando un poco la historia de la banda. Vendrá precedido de remixes de Genís Trani (Matadepera), Schultz & Brauer (productores y DJ techno berlineses) y el colectivo de hip hop 186 (Santa Coloma de Gramenet), que también fueron finalistas del Hospisona 2021 y nos enamoramos de ellos.

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