GRANDE RITMO
Entrevistas / Carlos Jean

GRANDE RITMO

Redacción — 04-05-2000
Fotografía — Archivo

A CARLOS JEAN LE DESCUBRIMOS COMO CINCUENTA POR CIENTO DE NAJWAJEAN, AUNQUE DESDE ENTONCES SU NOMBRE NO HA DEJADO DE SONAR, BIEN SEA GENERANDO NOTICIAS DESDE SU INDEPENDENCIA (ACABA DE LANZAR “PLANET JEAN”, SU ÁLBUM DE DEBUT EN SOLITARIO) O ACERCÁNDOSE AL MAINSTREAM CON TODA LA TRANQUILIDAD DEL MUNDO (APUNTEN PRODUCCIONES PARA OBK, MARTA SÁNCHEZ O MIGUEL BOSÉ).

Igual no hay manera de crear, y somos máquinas que suman experiencias y la única virtud es saber usarlas con una cierta (y no siempre necesaria) dosis de originalidad. Pero, qué coño, esto es música de baile. ¿Bailas? Suficiente, porque (Carlos) Jean ha abierto su mente para entrar en la dimensión de las palabras grandes, y del ritmo gordo del big beat de “Planet Jean” (Subterfuge, 00), una declaración de intenciones técnicas y prácticas en un mundo del espectáculo que se amordaza a si mismo. Lee, baila, compra, y sobre todo, tumba las imágenes de San Andrés (Weatherall), y de San Ricardo (Aphex James), porque, ni son españoles, ni son cercanos. Pero el productor ha llegado. Antes incluso de publicarse el disco de Najwajean, “No Blood” (98), Jean soñaba con hacer un disco “parecido a los Chemical Brothers”. Y ya está en la calle, para explayarse con treinta y dos minutos de dance con vocación popular. (CJ) “La idea del disco no ha cambiado, ha cambiado su filosofía. Hay un “Give Me The Seventies” que es el ejemplo claro de la ambigüedad del mundo independiente. Es la canción más lounge que podamos conocer ahora dentro de la música electrónica, porque tiene un punto muy cha-cha-cha mezclado con setentas, funky y bigbeat, y creo que puede ser un hit de 40 Principales, de M-80, o de Cadena 100. Eso es Jean, y ahí si que ha habido un cambio muy fuerte”. La cuestión es que, tanto el dance como la tecnología más sofisticada, están inmersos en un marasmo que necesita ideas nuevas que los vuelvan a empujar por caminos menos transitados. Pero este es un discurso que incomoda a Carlos, que se ha propuesto hacer con “Planet Jean” lo que nadie ha hecho antes en España: producir y vender música de baile de calidad. “El disco es una vuelta a un tipo de ritmo en el que hay un hueco, y que a lo mejor puede funcionar en España, y que le hace falta a España”. Y al big beat más o menos resultón, hay que añadirle la inserción de un tímido drum’n’bass que ya se incluyó en la banda sonora de “Shacky Carmine” y las diferentes interpretaciones que se le pueden dar a los títulos de las canciones: de un homenaje a los mitos propios (“Protection”, “You Got The Power”), a la pequeña leyenda interior que puede encerrar cualquier instrumental (Orbital aparte). “A estos discos les puedes buscar dieciocho mil pies, porque sólo se dice una palabra y no se explica nada más”. Además Jean es un productor ubicuo al que hay que agradecer, entre otros, gran parte del sonido de lo último de Fangoria. “El buen rollo se nota por los altavoces, porque lo hice con cariño y he intentado cuidar la voz de Olvido y los sonidos, y procurar que tuviese pegada y sonase elegante, aunque hay grupos a los que he aportado mucho más que a Fangoria”. Eso hace desear saber cómo será la continuación de Najwajean. “Impresionante, será para septiembre”.

Pues habrá que esperar unos meses en los que aún nos podremos encontrar con su nombre garantizando la calidad de grabaciones de muy distinto pelaje. “Eso es importante porque en España no se sabe lo que es un productor. Yo abstraigo las ideas de los artistas y las plasmo en un Cd. Y he descubierto que algo maravilloso es relacionarte con la gente. Por eso, la frase es que el mundo independiente está deseando dejar de serlo, porque he estado en el mundo independiente, y cuando no te comes un colín, dices todo ese tipo de frases que dicen los hipergrandes. Y sales de lo independiente a otra dinámica donde te acepta la gente exactamente igual. Y tú estás haciendo música para que la escuche la gente, y cuanta más, mejor. El vender poco, hace que estés un poco enquistado, y cuando empiezas a vender, abres la mente, conoces a Marta Sánchez, a Miguel Bosé, a OBK, y tu cabeza, musicalmente, se multiplica por diez mil, porque empiezas a conocer cosas que funcionan”. Pero hay quien ve esa convivencia de sonidos y conceptos como una traición. “Me parece una gilipollez. Yo hago lo que me sale de la polla, y mi vida es mi vida, y cada uno que la juzgue como quiera. Si piensan que está mal, es porque su vida no va bien. Yo soy la persona más feliz del mundo al trabajar con esta gente. Yo odio a los enrollados porque frenan el mundo de la música, y la promoción que hago es para unificar el mundo comercial y el independiente. Salgo en una independiente, pero vivo del mundo comercial, entonces, los que dicen eso, creo que deben tener problemas en la cama”. Volvemos al principio: uno crea y los demás recrean, y no es malo, o sino que se lo pregunten a tantos buenos copiones. “Bien, vale… Si me dices un productor que haya inventado algo desde el año noventa hasta aquí, te compro un coche”. Volvemos al principio, o a los sesenta, cuando era mejor un cover de los Mustang, que su versión original. “Si estás en el Mundial (de fútbol). ¿Prefieres que gane Italia o España? Así de sencillo”.

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