"Estuvimos a punto de abandonar el proyecto"
EntrevistasThe Notwist

"Estuvimos a punto de abandonar el proyecto"

J. Batahola — 21-03-2014
Fotografía — Archivo

The Notwist no han tenido ninguna presión a la hora de grabar porque hace doce años ya hicieron el disco que los críticos querían escuchar. Editado bajo etiqueta Sub Pop / City Slang, Close to the Glass es un álbum fácil de escuchar, lejos de la experimentación extrema y con esa aproximación emocional a la electrónica que tan buenos resultados ha dado a la banda alemana en el pasado.

Close to the Glass, vuestro nuevo trabajo, se edita bajo etiqueta Sub Pop / City Slang. El sello declaraba en sus perfiles sociales su entusiasmo por teneros en sus filas. ¿Estáis tan entusiasmados como ellos?

Fue muy divertido cómo anunciaron el que empezáramos a trabajar juntos. Es una discográfica legendaria que ha grabado discos que me encantan y siempre ha sido uno de mis sellos favoritos. Es una gran oportunidad para ambos y no podemos estar más orgullosos.

¿Puede la electrónica ser capaz de expresar sentimientos?

Hay sonidos electrónicos que pueden llegarte tan dentro como lo pueda hacer un instrumento acústico, y sonar igual de tristes y únicos. Creo que si la rodeas de cierta tensión, la electrónica es igual de válida para transmitir sentimientos.

El nuevo álbum se abre con Signals, un tema algo alejado de lo que habéis estado haciendo últimamente. ¿De dónde vienen las señales?

Para casi cualquier cosa que te pueda pasar, siempre hay señales. No podríe explicar exactamente de dónde vino la inspiración a la hora de componer la canción, pero un cómic llamado “The Cold”.

En este disco hay canciones que hablan sobre recuerdos de tu infancia como Kong. ¿De qué va exactamente el tema?

Si te fijas en las letras, no es la única canción que habla sobre recuerdos personales. En esta en concreto, cuando yo tenía unos doce años, vivíamos en un edificio de apartamentos que tenía un río cerca. Llovió durante varias semanas y hubo una inundación. No pudimos salir de cassa durante varios días, lo que es bastante excitante para un niño. A partir de ahí salió una letra sobre un superhéroe que rescata a gente de una casa.

¿Cómo fue el proceso de grabación?

Bastante complicado, la verdad, porque no teníamos claro hacia donde ir. Probamos tocando todos juntos pero no funcionaba, así que pensamos que algo más electrónico sería la solución. No fue hasta que grabamos Run, Run, Run cuando todo empezó a coger forma y hubo un par de veces que estuvimos a punto de abandonar el proyecto. Al menos, como el estudio es nuestro, pudimos permitirnos tardar tanto tiempo en terminar el disco

Haciendo una música tan experimental, ¿qué importancia tiene la improvisación dentro del grupo?

Improvisar es verdaderamente importante para nosotros, aunque a veces puedas pensar que no al escuchar nuestros discos. Tenemos varias formas de componer, y esta es una de ella porque es una manera de encontrar nuevos sonidos y forzar tus instrumentos hacia otro nivel. Ha sido básico para algunas canciones, sobre todo en las que estábamos más bloqueados. A veces consigues algo muy bueno y otras desastroso, pero tienes que atreverte a probarlo.

¿De dónde viene esta vez el título del disco?

Es algo que leí en un libro, me gustó la frase y la puse en una canción que no tenía nada que ver. Describe muy bien que las contradicciones hacen que determinadas cosas se cierren como una ventana. Cada canción del disco es como una pequeña ventana o una película.

Hablando de películas, vuestro último trabajo fue la banda sonora para una cinta de Hans-Christian Schmid. ¿Cómo es componer para el cine?

Hacer música para una película es muy diferente a componer las canciones que incluirás en un disco, porque hay una historia a la que tienes que ser fiel, y siempre tiene que encajar con las imágenes. Parece bastante más fácil de lo que es, porque a veces es complicado. Tienes que escribir cuatro o cinco temas y algunos

Desde hace tiempo tenéis vuestro propio estudio. ¿Necesitábais más intimidad a la hora de grabar?

La verdadera razón es que, como en el caso de Close to the Glass, a veces el tiempo de grabación se nos va de las manos y resulta demasiado caro en un estudio de grabación. En esta ocasión estuvimos bastante tiempo bloqueados y ni nosotros ni el sello hubiera podido asumir ese coste. Además del precio, que en nuestra ciudad es mucho más bajo que en Munich o en Berlín, también tenemos más espacio. Es muy importante estar cómodo a la hora de grabar, porque pasas muchas horas encerrado y en tensión. Además, siempre viene gente a vernos o a hacer colaboraciones, por lo que resulta muy entretenido.

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