Enemigos del futuro
Entrevistas / Late Of The Pier

Enemigos del futuro

Joan S. Luna — 05-11-2008
Fotografía — Archivo

Tras algunos años moviéndose por el underground británico, estos cuatro jovencitos de Donington están dispuestos dejarse la piel para ser alguien. Acaban de publicar el notable “Fantasy Black Channel” (Parlophone/EMI). El día 11 de noviembre estarán actuando en la sala Moby Dick de Madrid.

No desconfíen de todas las nuevas formaciones. Es un consejo, más que nada porque los chicos de Late Of The Pier son jóvenes, tienen actitud, imagen y canciones. No son un grupo más, sino uno distinto. En lugar de intentar ser los nuevos Oasis o los nuevos The Libertines, Sam Eastgate (principal compositor, voz, guitarra, teclados e interlocutor de esta entrevista) y sus tres compañeros se mueven con agilidad a la búsqueda de una propuesta lo más personal posible, lo cual no debe ser nada fácil cuando uno es inglés, tiene veinte años y ya ha sido venerado por miles de seguidores.

"The White Stripes fueron quienes me hicieron tomar conciencia de que las guitarras podían ser realmente excitantes"

Ellos lo están consiguiendo, en una carrera hacia adelante que nunca deja de echar la vista atrás. Y es que sorprende que “Fantasy Black Channel” nos recuerde a Bowie, a Gary Numan, a Sparks o a Nirvana, al mismo tiempo que suena cien por cien actual. El rock y la electrónica de Late Of The Pier llevan años combinándose y entretejiéndose en unas canciones de energía eminentemente rock -un punto progresivo en muchos casos- y algo de espíritu new raver.

"Usar tantos teclados no significa que tengamos que sonar como un grupo de pop electrónico"

“Fantasy Black Channel” ha llegado a nuestro país tras tres meses de su publicación en el Reino Unido y lo ha hecho vía multinacional. Pese a todo, la aventura de Late Of The Pier lleva un par de años plasmándose ya en estudio. Primero fueron unas demos conocidas como “The Zarcorp Tapes”, más tarde varios singles en ediciones de quinientas copias (“Space And The Woods”/”Focker”, “Bathroom Gurgle” y “The Bears Are Coming”). Lo que no admite duda es de que se trata de uno de esos discos que merecía editarse también en nuestro mercado, se vendan las copias que se vendan. Late Of The Pier significa excitación juvenil y baile hedonista, pero también la demostración de que existen jóvenes cuyo background sorprendería a más de uno. “Cuando era joven, mis padres ponían montones de discos distintos en casa y eso influyó mucho en mi forma de entender la música. Yo no entendía de géneros, era pequeño y todo me parecía rock y nada más. Lo que me hubiera decepcionado es que mi música sonara previsible y sin sorpresas. Por eso me gusta que hayamos sido capaces de crear un sonido rico que da oportunidades a distintos estilos y que al mismo tiempo funciona cuando tocamos alto y fuerte en directo. Hay un montón de cosas diferentes en un mismo disco. No nos gusta concentrarnos en una única línea musical, sino que nos apetecía más intentar tomar varios caminos y aceptar el reto de que todos encajasen en un mismo sonido. Muchos grupos británicos actuales tienen bastante con fijarse en otras bandas de ahora y con hacer música para teenagers, pero ese no es nuestro caso. Nosotros ya no volveremos jamás a ser teenagers (risas). Sam Eastgate, a quien también se conoce como Samuel Dust en su proyecto paralelo La Priest, habla con un tono calmado, sin levantar nunca la voz, algo que sorprende tras haberle visto brincando sobre un escenario meses atrás. “Estoy disfrutando de la hospitalidad de los franceses en este momento. Todo aquí es muy tranquilo y no me siento como en Inglaterra ahora mismo. Los medios europeos nos están tratando muy bien y lo agradezco mucho”. Nadie diría que Eastgate está al frente de uno de esos grupos que ha traído de cabeza a la revista NME durante las últimas semanas. “No creo que la portada de NME nos haya ayudado mucho en realidad. Mucha gente ya nos conocía aquí, lo que no quita que ahora se pueda hablar más de nosotros. NME siempre se fija en los grupos que le gustan a la gente y que acaban en su portada, como esta semana Crystal Castles. Nosotros siempre la hemos considerado una revista demasiado sensacionalista, amarillista. No conectamos mucho con su idea de escribir sobre música que, a veces, parece estar muy cerca del Hello! Es de agradecer que hayan reconocido nuestro trabajo, pero no espero que vayan a cambiar mucho las cosas”. Además de ese apoyo mediático y de sus decenas de conciertos, la colaboración de Erol Alkan en parte de la producción de “Fantasy Black Channel” también ha contribuido a que el nombre de Late Of The Pier haya obtenido mayor relevancia. “Erol nos ayudó a aclarar muchas ideas. Las canciones estaban ya escritas, pero nos orientó sobre cómo conseguir el sonido que teníamos en la cabeza o la mejor forma para enriquecerlo. Ninguna canción ha cambiado conforme a lo que era al principio más de lo que lo ha hecho durante todo el tiempo que ha pasado desde que escribimos algunas. Al principio yo mismo producía las canciones que grabábamos, así que también ha estado bien tener una opinión externa y que además apreciamos mucho”. En todo caso, Late Of The Pier sí han sabido aprovechar esa ayuda. Quizás sea porque su propuesta tiene mucho más que ofrecer que la de aquellos insulsos The Long Blondes con los que Alkan apenas tuvo nada que hacer. “No tengo nada contra los grupos de rock que solamente usan guitarra, bajo y batería. Son muy fan de muchos artistas rock o de The White Stripes, que me parecen muy buenos, pero nosotros siempre hemos estado interesados en experimentar y los teclados nos han dado muchas posibilidades. No me importa si es cool o no usarlos, pero sí que con ellos hayamos podido encontrar un sonido con personalidad”.
Para dar con las claves de la personalidad de Late Of The Pier no sólo tenemos que hablar de todos sus referentes, sino en la equilibrada combinación entre guitarras y sintetizadores, entre rock y electrónica, entre rabia y ritmos para bailar. Ambas caras son esenciales para que su fórmula funcione. “The White Stripes fueron quienes me hicieron tomar conciencia de que las guitarras podían ser realmente excitantes, pero estoy convencido de que los teclados pueden serlo tanto o más, incluso en directo. Lo que sí es cierto es que nunca hemos querido desechar las guitarras, porque son un instrumento extremadamente expresivo. Cuando empezamos a tocar en los conciertos, los teclados estaban justo en la parte central y delantera del escenario. Odio la idea de tener que irme a un lateral del escenario cada vez que tengo que tocar un sintetizador. Nuestro manager, y sé que está mal decirlo, decía que no podía ser, que teníamos que arrinconarlos a un lado, que a nadie le gustaba ver un par de teclados justo delante de los músicos. No le hice caso y continuamos tocando con ellos delante, la gente empezó a acostumbrarse y a disfrutar con nuestra puesta en escena. Ahora nadie duda de que podamos actuar así y además yo puedo saltar y moverme mucho mientras los toco (risas). Aunque permítanme una advertencia. Sepan que, en directo, Late Of The Pier es por encima de cualquier otra cosa una banda de rock. “Creo que, por ejemplo, ‘Focker’ suena mucho más dura y directa con teclados que si la hubiéramos hecho con guitarras. Era la intención. Usar tantos teclados no significa que tengamos que sonar como un grupo de pop electrónico. Queremos sacudir a la gente, sonar enérgicos y, si podemos conseguirlo también con ayuda de máquinas, no vamos a dejar pasar esa oportunidad. No entiendo que deba hacerse una distinción entre unos instrumentos y otros. Para nosotros, todos son igual de válidos”.
Para acabar solamente queda preguntarle a Eastgate si admite ciertas conexiones con Klaxons, aunque estas quizás sean más estéticas y algo abstractas que otra cosa (esos clips oscuros, un extraño universo lírico, las pinturas de colores...). “Bueno, no creo que existan tantas conexiones. Igual en España parece que tengamos más en común, peroc

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