El mal adopta muchas formas
Entrevistas / Hablando En Plata

El mal adopta muchas formas

Redacción — 20-02-2004
Fotografía — Archivo

Después su sorprendente debut “A sangre fría”, los malagueños regresan a su particular universo de demonios, vampiros, espíritus, mansiones encantadas y hip hop gótico con “Supervillanos de alquiler” (Zona Bruta, 03), una contundente reivindicación del horrorcore y el mal rollo como modo de vida.

Nada más abrirse “Supervillanos de alquiler”, lo primero que se escucha es una base oscurísima, densa y tenebrosa a la que pronto se le suma la voz del incombustible Jess Franco (“nos lo presentó un colega en común. Vive en Málaga, le había gustado ´A sangre fría´, accedió sin pensárselo cuando le pedimos una colaboración. Es un tío de puta madre”) que nos advierte, sin pudor, del mundo de tinieblas que se esconde en las afueras, un mundo de ejecutivos y fuerzas del mal.

Aunque parezca imposible, con su segundo disco, Hablando en Plata han superado, en oscuridad y mal rollo, a su predecesor (ahí están para dar fe las estupendas “Visiones”, “Reyes del horrorcore”, “Capitulo IX” con Kase-O, y, sobre todo, las excelentes “Sonámbulos” y “Supervillanos de Alquiler”, ambas con Elphomega). “Queríamos que este segundo proyecto sonara diferente al anterior. Si es más violento es simplemente por el momento en el que se escribió. Intentamos que cada trabajo no sea igual que el anterior y superarnos a nosotros mismos. Cuando escribimos o producimos, lo hacemos con la imaginación y el ego, a diferencia de otros que lo hacen demasiado con el corazón, lo que no lleva a ningún sitio, o se repiten demasiado. Supongo que cada uno intenta que sus canciones lleguen, unos lo consiguen y otros no tienen ni puta idea". También, como es habitual en la casa, volvemos a encontrarnos mucho cine de terror en este disco y esta vez se impone, al menos para quien esto firma, el concepto verité. "Nos gusta mucho. Cuando el sicario duerme en casa de Rafa, éste lo despierta con ´La matanza de Texas´. Nos gustan ´Los Otros´ que es un pedazo de película, ´El sexto sentido´ y algunas antiguas. Creemos que tendrían que hacer más películas de terror en España, no tantas mariconadas, muchos espectadores lo agradecerían”. Conscientes de que la realidad se ha visto abruptamente transformada en estos años, los malagueños usan sus referentes góticos como metáfora del horror real que se agazapa detrás de cualquier esquina, en los barrios, en los andenes de metro o en los despachos de los ejecutivos. Así, el discurso de Hablando en Plata se convierte en todo un tratado hiperrealista disfrazado de terror psicológico.

El Mal adopta muchas formas, dicen ellos. “Los temas para las letras los encontramos ahí, tirados en la calle (risas). Tienes razón, encontramos muchísimos argumentos en la realidad, ya que muchas veces supera a la ficción, es una fuente de inspiración constante. Tal como va el mundo, siempre hay algo que te deja con la boca abierta. Es cuestión de estar pisando la tierra, con los pies en el suelo, y no estar en las nubes, pensando en movidas”. Con una escena española que, aunque sigue avanzando sufre un relativo estancamiento en lo que a nuevas formas se refiere, Hablando en Plata saben que la crisis es mucho más preocupante en el mundo del hip hop mainstream estadounidense. "La escena americana está muy mal. Exceptuando a los viejos grupos que siguen dando lo que la peña espera, como Gang Starr, Blackmoon, PMD o Erick Sermon, los demás se han salido del camino. Pero se comprende en cierta forma. Hay que comer y pagar las mansiones, los cochazos y las tías buenas que salen en los vídeos. Sabes que hay que seguir haciendo esas mierdas para engañar al oyente (risas). La verdad que la vemos muy mal, una puta mierda. Esperemos que aquí no pase”. No lo hará mientras, entre otros, sigan reinando estos chicos cuya facilidad para pactar con las tinieblas, invocar a espíritus y mediar entre las fuerzas del mal, sigue siendo tan sorprendente como terrorífica. “Nuestras vidas son normales, el hecho de hablar de movidas sobrenaturales no implica que las hayamos vivido, que seamos una secta que adora al diablo o esas mierdas. Simplemente es un tema que nos atrae. El día que veamos espectros, pues nos lo creeremos y nos callaremos, no vaya a ser que nos tomen por locos y tal (risas)".

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