“El techno es como meditar”
Entrevistas / Delaporte

“El techno es como meditar”

Pablo Tocino — 13-02-2024
Fotografía — Archivo

Las Montañas(20) fue un cambio de rumbo respecto a Como Anoche (19), y Delaporte han vuelvo a dar un giro conAquí y Ahora (Mad Moon Music, 24), con protagonismo absoluto de la electrónica.

Precisamente hablamos con Sandra Delaporte mucho de techno, pero no de la forma que esperarías. Porque no hablamos tanto de beats sino de lo que el techno puede hacerte sentir, en una conversación en la que Sandra muestra mucha generosidad al compartir el proceso por el que ha pasado los últimos años, y del que más de una frase seguramente resuene dentro de ti. Hablamos de la música que Sandra quiere sacar en solitario, pero también de ideales románticos, de coños, de lo que viene obligado (o no) si quieres ser cantante, de referentes que se nos quedan lejos, de colaboraciones, de si evadirte es algo positivo, de terapia, de que no te definan tus pensamientos, de comprar quesos, de ir a la montaña y, sobre todo, de alegrarte de estar vivo.

La última vez que te entrevisté fue cuando se publicó “Las Montañas”. Luego salió “Titanas”, “Abril”... ¿Cómo ha sido el camino hasta ahora? Por un lado a nivel personal y como banda, y por otro, a nivel de sonido, con esta presencia de la electrónica más dura.
A nivel personal me pasaron muchas cosas desde que sacamos “Abril”, muchas giras, mucho trabajo, pero también yo pasé por una fase un poco más oscura, con más ansiedad, temas de salud donde decidí alejarme de todo, irme de Madrid, incluso intentar volver a conectar con la música, porque empecé a tomarla más como una exigencia... es como que dejé de disfrutarla y empecé a verla más como un trabajo que como realmente mi pasión. Me fui a vivir varios meses a Asia central, en el camino también hubo un proceso personal de terapia, de conocerme, de mirar para adentro y ver qué soy, qué quiero, dejar de compararme, dejar de mirarme hacia afuera, dejar las redes sociales, etc. De limpiarme de lo que yo creía que tenía que ser, y buscar lo que realmente soy y lo que tengo para dar al mundo, buscar esa parte genuina de mí, y ver si incluso quiero seguir en la música, porque estaba en un punto en el que no vibraba mucho, y por eso tampoco componía. Y me di cuenta de que sí, de que quiero seguir en la música. Cuando pasé por toda esa fase, empecé una explosión muy hardcore, y no paré de componer, pero de todo (ríe) de pronto iba mucho a sesiones de techno porque me llenaban el corazón y me hacían sentir súper bien, muy libre, entonces empecé a componer mucho techno, también bandas sonoras, canciones a capella solo con la guitarra o el piano, y entre medias estaba lo que componía para Delaporte.
Ha sido el resultado de un proceso muy hermoso, de mirarse hacia adentro, de llegar a la conclusión de que hemos venido a la vida a expresar lo que somos de la manera más genuina posible, de compartir lo que eres y centrarte en eso en lugar de si gustará o no. Porque si no te lo estás pasando bien, es un fracaso absoluto hagas lo que hagas. Evidentemente hay veces que por trabajo y situaciones precarias tienes que dedicarte a cosas que no te gustan, pero quiero pensar que mi vida se dirige hacia un lugar donde voy a dedicarme a lo que sí me gusta. Y el resultado es esto, un disco en el que me lo paso muy bien, que se compuso en muchos lugares: en Asia Central, en Pirineos, en Madrid, en el tren, en el coche, en baños públicos... cualquier sitio.

"Lo primero que hice para protegerme y cuidar mi salud fue aislarme del mundo entero, desconectar redes sociales e irme a vivir a las montañas"

En 'Titanas' colaboró Zahara, y luego tú versionaste 'TAYLOR' para 'REPUTA'. Tenía pensado preguntarte después si habías sentido como artista lo que se describe en 'TAYLOR', pero por algunas cosas que me acabas de decir entiendo que sí...
Claro... Mira, uno de los problemas que yo he tenido creo que es la comparación. Cuando te comparas, te pones por debajo y, cuando te pones por debajo, hay una parte de ti que no es buena. Eso es un gran problema como artista, porque cuando te sientes que no eres ok y hay cosas de ti que te dan vergüenza, no puedes expresar lo que eres, porque no te das el derecho. Frenas todo tu flujo creativo y frenas todo lo que tienes para dar al mundo y a la vida. Y cuando tú no te quieres, no te honras y te hablas mal a ti misma, sucede que necesitas el cariño ajeno, que es lo que menciona 'TAYLOR'. Cuando Zahara me propuso hacer una versión, le dije ese tema del tirón porque a mí me tocaba muy de lleno. Porque llevaba mucho tiempo sintiendo que tenía que gustar, que tenía que dar la talla para el público, y comparándome con otros artistas, y sintiendo que tenía que ser un tipo de artista o una actitud con la que no me identificaba, entonces me daba mucha caña.
Si tú no te quieres, es imposible crear. Si no estás conectada con tu amor propio, no puedes amar lo que haces, y verlo como un regalo. Todo lo contrario: te refrenas, te criticas, se mete dentro de ti una mentira que se llama 'juicio'. ¡Haz! Si luego lo que haces no funciona, no pasa nada, no es un fracaso, es un regalo que tú has hecho a la vida, y que ha llegado de una manera que no puedes controlar. Yo no puedo controlar cómo va a funcionar este disco, sin ir más lejos. Yo lo suelto, y el éxito para mí es haber compartido algo es vulnerable para mí, y lo que venga, vendrá. Pero bueno, que llegar a esta conclusión me ha costado muchísimo, eh...

Decías que los demás, entiendo que público, medios, etc, esperaban una actitud o un tipo de artista que no se correspondía con lo que tú eras. ¿Qué actitud era esa?
Pues mira... todo esto lo digo desde mis gafas, claro, no digo que sea la realidad. Pero, para empezar, yo en Madrid no estaba bien, y sentía que todo lo fuerte artísticamente estaba en Madrid, y que si no estaba en Madrid con todos los círculos de Madrid, iba a fracasar. Así que lo primero que hice para protegerme y cuidar mi salud fue aislarme del mundo entero, desconectar redes sociales e irme a vivir a las montañas al lado de Francia. Yo quería ser conocida, llenar conciertos, etc, porque me quiero dedicar a esto, pero por otro lado, no veía que, teniendo en cuenta mi personalidad, eso fuera coherente con vivir en una gran ciudad. Eso como punto número uno.
Punto número dos: no me maquillo, no me drogo, no me gusta el alcohol, no me gusta el postureo, no me gusta el wannabe, el tener que ser diva y tratar a la gente por encima del hombro... nunca me ha gustado eso, pero veía a otras artistas que se comportaban así, y decía “pues si les va bien, será que requiere todo esto”. Llevar equis prendas, sexualizarte de equis manera, hacer según qué cosas, estar en según qué eventos con según qué personas, todo esto para que te vaya bien. Y a mí me gusta escalar, estar en el monte y comprarme buenos quesos. Y me gusta estar con los yayos, yo qué sé, cosas que no iban con el rollo “Miami style” de los artistas que también me gustaban, y que veía que eran el modelo a seguir del famoseo. Y decía, ¿lo que yo soy va a funcionar? Eso me generaba también conflicto, porque no me quería tal como era, porque quería ser lo que creía que tenía que ser. Y entonces me obligaba a serlo. En vez de simplemente decir: vale, pues “¿qué soy yo genuinamente?”, y lo que sea, serlo. Porque lo que pase no lo puedo controlar. En mi cabeza estaba esa estructura, que por suerte he destruido.

Por la percepción que se tiene del techno, no se asociaría en absoluto con muchas cosas que has mencionado. Te esperas más a alguien mucho más urbanita, con unas prendas que tienen que ser chulísimas, etc, no a alguien que habla de comer quesos o que dice “no me drogo”...
Bueno, es que eso es una cosa... se habla mucho del techno y las raves con la droga, pero vete a cualquier festival en España y verás, que yo creo que hay más droga (ríe)

Justo te quería preguntar por eso, porque hay mucha gente que combina el techno con las drogas, pero mucha otra que no, y que dice que no le hace falta, que ya es lo suficientemente “trascendental”. ¿Qué dirías que tiene el techno?
A mí el techno me hace sentir como cuando estoy sola en el monte, o en mi casa, meditando. Me hace sentir muchísima paz y me conecta… es como la mezcla perfecta, porque tiene esa repetición casi chamánica, una parte como muy de tierra y muy orgánica, pero luego tiene esa otra parte muy racional, muy industrial. Y esa mezcla a mí me hace sentir que me elevo, de verdad. Entonces, ¿drogarme en ese contexto? Para mí no tiene sentido, porque sería perdérmelo todo. La droga para mí es perder facultades, y no me interesa porque en este momento de mi vida me gustan mucho mis facultades. Para mí es el techno es como meditar, me puedo pasar quince horas así, en el campo es donde más techno escucho y donde más techno produzco, fíjate. También me gusta mucho la comunidad que se crea; a mí jamás me han puesto una mala cara bailando techno. Sientes que todo el mundo está a una, que igual es porque hay mucho eme, no lo sé (ríe), pero me siento muy en paz. Bailo hacia adentro, no suelo hablar con casi nadie... no sé, el techno me da luz.

En la reseña de 'Aquí y Ahora' comentaba que quizás el techno tiene una capacidad para evadirnos pero a la vez hacernos sentir el presente. No sé si lo ves también parecido.
Sí, pero... uhm. Fíjate, yo creo que usar cualquier actividad para evadirte de tu presente y tu realidad es algo que haces cuando no te gustas tú. Y eso se puede convertir en adicción. No digo que sea malo de por sí, cada uno hace lo que puede, pero yo hablo desde mi propia experiencia. Porque yo he utilizado actividades y personas para evadirme, más como una adicción que como algo genuino. Por eso, para mí sí que es muy diferente cuando lo que quieres es estar en el presente, sacarle el jugo a la intensidad de lo que está sucediendo, sea componiendo, sea en una rave, sea teniendo una conversación con alguien que necesita tu escucha, creo que eso es lo que tiene sentido de estar vivo. Si no, te lo estás perdiendo todo, las actividades del día a día se convierten en medios para conseguir cosas, y eso hace que se conviertan en sufrimiento. En plan, estás más en la cosa que quieres que venga, que en la cosa en sí. Yo he aprendido mucho de esto a través de los conciertos y a través de las sesiones de techno. Es que lo veía en la gente, veía que cuando realmente disfrutas es cuando estás en lo que estás. Y pensé “esto que me hace disfrutar tanto, que me hace alegrarme de estar viva, me gustaría llevarlo a todos los aspectos de mi vida, porque mi vida es un regalo y es muy valiosa”. Por eso también el disco se llama así: es una celebración de eso, y también un intento de recordármelo, de llevarme a ese punto cuando no lo consigo.

"La propaganda que nos han vendido parte de un lugar de desamparo y de media naranja, y creo que eso no nos ayuda"

También se dice que en las fiestas techno hay un componente de relación positiva con tu cuerpo, y de liberación sexual - de ahí también la conexión queer.
Es que tiene todo el sentido. Es un espacio donde no hay juicio. Solo hay dos o tres espacios donde yo me siento segura al compartir lo que soy, que siento que nadie se va a escandalizar: uno es mi libreta, otro las sesiones de techno, que son hogar, y otro mi propia soledad, tipo, cuando estoy en la montaña me siento de forma parecida. Pero claro, tanto en la libreta como en la soledad pues eso, estás sola (ríe), pero que encima eso lo puedas compartir y puedas sentirte en comunidad... es una expresión máxima. Creo que es una conquista que a través de la música se genere un espacio de hogar.

Estamos hablando del sonido, pero me gustan mucho las letras de este disco. 'Ángel caído', por ejemplo, habla de cómo parece que si sientes que tienes a alguien, ya no te interesa tanto.
El disco es muy visceral, y también en las letras. He leído alguna crítica negativa diciendo que es muy visceral, pero para mí es un piropo. Significa que están todas las tripas ahí echadas, las canciones son como manifiestos que necesitaba recordarme, pequeños recordatorios. 'Ángel caído' lo escribí junto con Alice (Wonder) en un momento en que estaba aprendiendo a no tener dependencia emocional, y a romper con las formas de amor romántico que me habían enseñado, porque no me funcionaban. Aprendí que un gran error que había cometido era dar por hecho, tanto el estar vivo como a las personas que te rodean. Puede generar mucho sufrimiento dar por hecho que una persona te pertenece, en lugar de que es un individuo libre que ha decidido compartir su espacio, su tiempo y su amor contigo. El amor es libertad, y yo antes no sentía eso. Estar con alguien desde un lugar no consciente creo que puede matar el amor. Yo solía relacionarme así, y ahora ha cambiado mucho la calidad de mis relaciones, y sobre todo la relación conmigo misma.

Hay mucho debate sobre dónde está la línea. Tipo, si es posible estar en patrones como la monogamia, o sentir que dependes de alguien, sin que esto sea posesión y sin que haga daño.
Yo diría... en el momento en que estoy pensando en ti todo el rato y quiero escribirte todo el rato, en el momento en que hay obsesión, en el momento en que no se preserva la soledad y la intimidad propia, creo que ahí el amor no es amor, sino que se está convirtiendo en una relación desde un marco disfuncional. Si no ves a esa persona estás mal, la vida no tiene sentido sin esa persona, etc, y creo que eso hace que brilles menos, aunque al principio el enchochamiento sea maravilloso. Pero no... yo creo que un tema es hablar las cosas, organizarse, hacerse cada uno responsable de su pedrada y compartir y ser vulnerable, y otra bien distinta es el sufrimiento que yo me he generado y el que le he generado a los demás desde mi pedrada, desde el peligro social y la inconsciencia que yo he sido. De ahí también 'Peligro social'. La propaganda que nos han vendido parte de un lugar de desamparo y de media naranja, y creo que eso no nos ayuda y no nos facilita la vida nada, porque nos metemos en unos berenjenales muy feos. ¡O al menos yo lo he hecho!

El disco habla mucho de amor, pero no solo de pareja, también de amistad, de familia, e incluso de la comunidad que puedes generar en un momento dado con desconocidos, que decías antes.
Y al final, el eje común es el amor propio. Y desde ahí partes, tú no puedes estar celebrando la vida si no te celebras a ti. ¿Cómo te va a gustar la vida si tú mismo no te gustas y te generas vergüenza? Yo es a raíz de ahí, de mejorar la relación conmigo misma, cuando he podido ir a lo demás.

¿Y cómo llegas a ese punto de amor propio y de aceptación de ti misma?
Con terapia. Con una terapeuta muy buena que me ha hecho darme cuenta de todo esto. Tiene un libro que se llama 'Sin amor propio' de Lola Sola, que lo recomiendo mucho. Cuidándome mucho, priorizándome mucho, conociendo mi soledad, y tratando todo con mucho cariño. Entendí que yo no soy mis pensamientos, que mis pensamientos no quiero que me dominen, y que cuando estoy sufriendo me estoy identificando con un pensamiento que no soy yo, que no me viene bien, y que lo tengo que cambiar. Escribir me ha ayudado un montón, por ejemplo. También rodearme de gente que también está en este proceso y que quiere dejar de sufrir, y meditar me ha ayudado mucho. Pero bueno, que te digo esto y luego yo todos los días tengo mis cacas que flipas, las emociones me arrasan, etc. Pero es que es normal, llevo 29 años así vs. 1 año que llevo con este proceso. Así que evidentemente los patrones siguen, la autoexigencia sigue, la dependencia sigue, por eso necesito esos pequeños recordatorios que te decía, y la música... cantar sobre todo me ayuda mucho a recordar.

Vamos a hablar de 'Fractal de coños'. A mí me encanta pero veo que hay reacciones polarizadas, a la gente o le encanta o le parece un cuadro. ¿Cómo surgió esa ida de olla?
Pues mira, surgió con mi prima (ríe) Ella acababa de dar a luz, y las dos hablando quisimos honrar a la vida y honrar el hecho de que hemos salido del coño de nuestras madres. Quería decirlo de forma directa, sin creerme Shakespeare, y repetirlo todo el rato como un mantra, para recordarnos todos los días de dónde hemos salido, qué regalo haber nacido y qué superpoder el dar vida. Por eso ese build-up que nunca acaba. Quería también meter esa conversación con mi prima, como una actitud más punk, hablar en la canción de que te duelen las tetas o de la regla, que vaya movida parir, “pero bueno, hay que salir”. Repetir eso todo el rato, como que hay que salir de esto, pero también salir del coño y vivir.

"Las colaboraciones de este disco son los seres humanos que me han acompañado cuando componía las canciones"

'Los lobos' también me gusta mucho. ¿La segunda voz que se oye en cierto momento es la de Sergio, o es la tuya distorsionada?
Es la mía, es la mía pitcheada para abajo (ríe) Todo es mi voz, y muchas de las voces con el micro del Mac, porque me pillaba grabando por ahí y se quedó esa toma porque era la que me molaba y transmitía, por eso a veces se oyen toses o risas. Quería dejarlos también por hacer algo distinto a esas producciones ultraperfectas que hay ahora, que no sé, eso no es real para mí.

Cuando llega 'El techno cura', da la sensación de que el disco va a acabar ahí, y entonces viene 'Besa', que es lo más cercano a una balada que tiene el disco, sin serlo. ¿Era la intención cerrar con ella como una especie de bonus track?
Pues mira, al principio no teníamos pensado ni meterla, por eso, porque es más tranquila. Pero cada vez que escuchaba ese tema, me emocionaba, me ponía a llorar, porque me conectaba con esto que te decía de “qué chulo que estoy viva”. Si me muero mañana, no voy a poder ver a mis amigos. Si me muero mañana, no voy a poder hacer más música. Si me muero mañana, no voy a poder saltar, no voy a poder dormir ni comer cosas ricas... (ríe) Y es que al final el disco habla de eso, entonces dijimos que, aunque a nivel sonoro no tenía nada que ver, el disco era eso, esa conclusión. Y me sigue pasando que cuando la escucho me pongo a llorar, me toca ahí una fibrilla... es el poder de la música. A veces tenemos muchas capas de insensibilidad, pero la música logra generar una grieta que va directa a lo sensible, al amor, a la no-vergüenza, y a la celebración. Pensé “mira, 'Besa' tiene que estar porque es un regalo poder dar a los demás esto que a mí me hace sentir así”.

El anterior disco tenía varias colaboraciones, y éste solo tiene una. ¿Se planteó alguna más? ¿O se pensó en un principio no hacer ninguna, y se hizo la excepción con 'Ángel caído'?
Con Alice es que tenemos una relación muy muy íntima, y salió natural. Pero decidimos no hacer ninguna colaboración que no saliera de dentro, no este rollo de “colaboro contigo porque nos hacemos bien para los números”. Aparte, entre que el disco se ha compuesto una parte en el monte, la otra en nosedónde, la otra con mi prima hablando de los coños... mira, las colaboraciones de este disco son los seres humanos que me han acompañado cuando componía las canciones, pero no aparecen porque no son famosos y no tienen canciones en plataformas (ríe) Pero sale la voz de mi hermano, de Sergio, de mi mejor amigo, de mi prima, de gente que me ha acompañado, en general. Hay muchas colaboraciones, pero no pone “feat. Mi hermano”.

Comentaste que planeabas sacar música en solitario, aún más bestia. ¿Hay algo que puedas contar al respecto?
Pues mira, igual no debería decir esto, pero me da igual, te doy la exclusiva a ti. Efectivamente, llevo mucho tiempo haciendo techno, y me parece una pena no publicarlos, pero como Sergio se desmarca un poco porque no le va tanto el techno, lo voy a sacar con otro nombre, que probablemente sea Alexandra, que es mi verdadero nombre. También meteré ahí remixes que he hecho de Delaporte. No sé cómo funcionará, pero quiero sacarlo igualmente.

 

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