“Empezamos como un grupo de versiones allá por el 97. Cada miembro de la banda tenía su otro grupo. Cuando nos conocimos decidimos juntarnos porque coincidíamos en cuanto a influencias. El grupo se llamaba entonces The Gentle Art. Pronto empezamos a hacer canciones propias y grabamos una maqueta”- comenta Alex, el batería de Lullaby, nombre que puede dar lugar a equívocos, porque lo suyo no son precisamente las canciones de cuna. “Nuestra música tiene influencias del metal contemporáneo, de grupos como Korn e Incubus. En la época en la que hacíamos versiones nos gustaban mucho Faith No More, Therapy?, Soundgarden y Sepultura. De España nos gustan Sôber, Hamlet, After Feed-back o Ktulu, grupos con los que no nos identificamos en estilo pero que admiramos. Todo lo que nos influye está relacionado con el rock, pero de muchos estilos, tanto lo más cañero como lo más tranquilo o lo más hip-hopero. El sonido que buscamos nosotros va más hacia el metal que se hace ahora”. Y es que las canciones de su mini CD “Lullabies” (Zero Records, 1999) están dotadas de todos los ingredientes que se les pueden pedir a los tiempos en que vivimos: unas gotas de electrónica de mano de Dj Citric; unas demoledoras líneas de bajo, donde la pedalera de efectos toma también la palabra, a cargo de Pechu; unas ásperas guitarras por parte de Nacho y Santi; y la voz algo gótica de Pablo en sintonía con la de Jonathan Davis (Korn) o Cornelius (Incubus). “Nuestras letras no dicen nada especial. No somos un grupo que queramos reivindicar nada. Le damos más importancia a lo instrumental y en general los textos hablan de cosas sencillas. Cuando hicimos "Pao Pao" le pusimos ese título porque la cantábamos en guachi-güe, y curiosamente ese tema ha pegado mucho en Valencia”. Ciudad donde todos los grupos guardan buenas relaciones. “Sí, somos colegas de Valium, THC, Ownfight, Wallride...y hay buen rollo con ellos”. Y claro, producto de esa armonía surge la colaboración de Bruno (Amanita Muskaria) en "Love, Art & Peace", uno de temas que conforman su ópera prima. “El disco lo grabamos en doce días en los estudios RPM de Valencia, cinco de ellos de mezclas. La producción fue nuestra y a pesar de que no teníamos mucho presupuesto el resultado es muy bueno. Primero hicimos una edición autoproducida. Antes de que Zero Records lo reeditara no tuvo una distribución y una presentación como Dios manda. Ahora sólo con la presentación del compact llevamos unos veinte conciertos por la Comunidad Valenciana, Vizcaya, Barcelona, Extremadura y Cantabria, y tenemos diez fechas más confirmadas”. Buenas ocasiones todas ellas para ver como se las gastan con sus nanas metálicas.
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