AUTOPISTA HACIA EL CIELO
Entrevistas / A Guy Called Gerald

AUTOPISTA HACIA EL CIELO

Half Nelson — 29-08-2000
Fotografía — Archivo

PRINCIPAL RESPONSABLE DE LA IMPORTACIÓN DEL SONIDO ACID A ESTE LADO DEL ATLÁNTICO, FENÓMENO VITAL PARA EL POSTERIOR DESARROLLO DEL TECHNO EN GRAN BRETAÑA Y EL CONTINENTE, A GUY CALLED GERALD SIGUE INSISTIENDO EN EL DRUM´N´BASS CON “ESSENCE” (STUDIO K7/K-INDUSTRIA CULTURAL, 2000), UNA COMPLETA GUÍA DE SOUL ATMOSFÉRICO Y FINISECULAR QUE LE MANTIENE EN LA CUMBRE DE UN GÉNERO QUE NO DA UN PASO ATRÁS NI PARA TOMAR IMPULSO.

Afincado ahora en Nueva York, Gerald Simpson, para muchos el padre del acid house (y por tanto del techno) británico, con temas como “Voodoo Ray” o como “Pacific State” publicado dentro del justamente reivindicado “Newbuild” (Creed, 1989; reedición de Rephlex/So Dens en 1999) de 808 State, con quien tuvo que enfrentarse en los tribunales para que su autoría fuera reconocida; remacha el clavo del drum’n’bass. Después del fundacional (y underground) “28 Gun Bad Boy” (Juice Box, 1993) y del algo más masivo “Black Secret Technology” (Juice Box, 1995), Simpson vuelve a la carga acompañado de sugerentes vocalistas que inyectan soul a una propuesta llena de elegancia. En el momento de la entrevista sólo habíamos tenido la oportunidad de degustar un adelanto con “Humanity” (una simple melodía de vibráfono con la voz de Louise Rhodes de Lamb) y “Fever (Or A Flame)” con Wendy Page. “No creo que el sampler de presentación esté demasiado alejado del concepto global del álbum, un disco lleno de soul y de sensualidad… así era la música negra antes de que empezara a acelerarse, sus señas de identidad eran la melodía y la espiritualidad. Yo intento volver a eso”. No hay duda de que lo ha conseguido, no tan solo en estudio, sino también con un brillante directo donde, como pudimos comprobar en el Sónar, Heather Marvin sustituye perfectamente a la versátil Wendy Page. Además de las citadas también puedes degustar las voces de Jennifer Neal (“The Universe”), David Simpson (“Could You Understand”) y la eterna Dee-Lite Lady Miss Kier (“Hurry To Go Easy”). “A lo largo de los años conoces a mucha gente interesante con la que quieres trabajar, estos cantantes hace tiempo que estaban en mi agenda, porque son gente a quien apenas hay que dar directrices. Les llamo al estudio, oyen el tema y ya están preparando una letra y una interpretación, si tuviera que hacerlo todo yo no sería tan satisfactorio trabajar con ellos…”. Quizás sea necesario advertir que entre esa “gente interesante” hay tipos como David Bowie, Tricky, Goldie, Finley Quaye, Herbie Hancock o Bill Frisell. El título de su anterior trabajo, “Black Secret Technology” me hace sospechar una pretendida conexión con la Gran Música Negra de todos los tiempos. “Todo está conectado, no pretendo convertirme en heredero de nada, pero es indudable que hay algo en la música negra que pervive aunque cambie la forma, para mí eso siempre será una conexión espiritual”. Además, la evolución musical le permite extraer conclusiones para el futuro. “Por arriesgada que haya sido una música, siempre acaba siendo categorizada y asimilada. Mira el caso del jazz, con multitud de ramificaciones, algunas muy extremas, pero que ahora está perfectamente institucionalizado. Es obvio que eso acabará pasando con el drum´n´bass, y no me asusta. Recuerdo con cariño los días en que lo que hacíamos ni siquiera tenía nombre (entre 1990 y 1993), todo era muy underground, pero lo de ahora es mejor, porque podemos comunicarnos con un montón de gente a lo largo de todo el mundo”. Es curioso que un artista que vio bloqueada su trayectoria por desacuerdos con CBS cuando, después del éxito de “Voodoo Ray” y la publicación de “Automanikk” (CBS, 1990) los ejecutivos se negaron a publicar “High Life – Low Profile” no tema a la masificación. “Lo que temo es la fórmula. Si me piden que escriba un hit deliberadamente, significa que no saben con quien están hablando”. Este arrebato de orgullo no se corresponde a su (cierta) fama de hombre paciente y tranquilo. No se alteró cuando su socio en Juice Box distribuyó copias con portadas diferentes (como la mía, que no tiene inconveniente en firmar) de “Black Secret Technology” sin su control, o cuando el recién firmado contrato con Island se convertía en papel mojado por el abandono de Chris Blackwell. Trasladando su estudio de Manchester a Londres y ahora a Nueva York, Simpson se asegura su presencia en la cresta de la ola, pero no te dejes engañar, lo suyo no es simple vista a la hora de buscar relaciones o escenas favorables. Su triunfo sólo conoce una receta: talento y trabajo.

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