Amor sin fronteras
Entrevistas / American Music Club

Amor sin fronteras

Half Nelson — 04-10-2004
Fotografía — Archivo

El mundo da tantas vueltas que a veces, por pura ley de probabilidades, sucede justo lo que debe pasar. Tras diez años de separación y sin que nadie lo esperara (ni lo pidiera), American Music Club vuelven con "Love Songs For Patriots" (Cooking Vinyl/Discmedi, 04). Los autores del enorme “San Francisco” se reúnen alrededor del siempre maltrecho Mark Eitzel y entregan trece canciones sencillas pero terribles con las que pretenden no sólo ganarse la vida sino expulsar a Bush de la Casa Blanca.

“Estaba en Chicago. Acababa de grabar, mezclar y entregar a Matador mi nuevo Lp en solitario. Entonces Tim (Mooney, batería) me llamó y me dijo que tenía un estudio en San Francisco y que pasara por allí a tocar. Yo tenía que ir a San Francisco de todas maneras, a una fiesta. Así que cuando se me pasó la resaca fui al estudio. Estaba todo preparado: la batería, los micrófonos, el bajo... Grabamos sólo dos canciones y resultaron mucho mejores que como estaban en el disco que acababa de entregar, así que me dije: ´mierda, está bien, tengo que hacer el disco con este tío...´”. Como el que no quiere la cosa Mark Eitzel desgrana la refundación más sonada del año (al menos en mi casa). La entrevista será una performance en la que con extrema amabilidad, Eitzel perfilara ese personaje que tan bien le sale de sujeto desvencijado y zarandeado por las circunstancias. Sigamos con la grabación de “Love Songs For Patriots". “Enviamos las dos primeras canciones a Vudi (guitarra), que vive en Los Angeles. Nos dijo que le parecían ´casi aceptables´. Eso quería decir que estaba dentro. Así que para disgusto de mis compañeros de piso, después de vivir mucho tiempo en Chicago, volví a San Francisco”. Telón, fin del primer acto.

"Me costó muchos años escribir acerca de que era gay, porque entonces todo se convierte en política"

Todo buen aficionado sintió como propia la separación de American Music Club después del monumental “San Francisco” (Virgin, 94), así que ahora debemos aprovechar para saber el porqué de aquella decisión. “Por tres razones: en primer lugar, el que tocaba el pedal steel se fue porque odiaba a nuestros managers y nos odiaba a nosotros; en segundo lugar, la mezcla de ´San Francisco´ fue tan larga y dolorosa que tuve que echar a todos del estudio porque después de todo un día de mezclas alguien llegaba y decía ´esto es una mierda´, pero no proponía ninguna solución”. Calmado, pausado, Eitzel sabe cómo dar el mayor efecto a sus palabras y disimular el arranque autoritario (no le juzgo, las canciones eran suyas) que rompió la banda. Como si se tratara de un cuento para niños, de una historia legendaria y aleccionadora, Eitzel sigue. “Y número tres: odiábamos a nuestros managers. Yo pagaba las facturas de la banda y llevaba todo el papeleo, así que no les necesitábamos. Eran avariciosos y nos suponían una carga, pero si queríamos librarnos de ellos teníamos que pagarles. Fuimos a juicio y les pagamos (risas).

Ya no hay duda: Eitzel es un seductor. Pero yo también sé hacerme valer al venderle que a lo largo de su carrera en solitario (que incluye discos electrónicos, de folklore griego o de jazz), nunca se ha encontrado cómodo, siempre ha estado buscando lo que había en “San Francisco”. “Por supuesto. Yo no quería que la banda se separara. Las canciones de ´San Francisco´ son las más pop que podía hacer entonces. Quería tener éxito para que la banda continuara. Creo que no hay reglas y que por eso no vale la pena seguir ´las reglas´ para tener éxito. Me gustaba creer que Rimbaud era más importante que Andy Warhol porque puso las cosas claras y cambió la literatura para siempre, pero Warhol hizo rico a mucha gente. Me equivocaba, no existe una energía del arte y una energía del éxito, existe sólo tu energía. Desafortunadamente, siempre quise ser Rimbaud”. Aunque en este “Love Songs…” puede parecer que a Mark Eitzel se le haya encendido de pronto la luz de la conciencia política, él es de los que piensa que todos nuestros actos son política (vale la pena pasarse por www.markeitzel.com). “Me costó muchos años escribir acerca de que era gay, porque entonces todo se convierte en política. Si escribo una canción de amor, es una canción de amor homosexual y estoy pidiendo que se respeten los derechos de una minoría... ¡Y una mierda, estoy escribiendo una canción de amor!”.

Pero hay un peligro en titular el disco “Love Songs For Patriots” ahora que el país está en guerra. “En Estados Unidos cada semana aumenta el nivel de la amenaza terrorista, pero nadie sabe por qué. Todos nuestros enemigos son imaginarios. Los terroristas, ¿quiénes son? Es una espiral que se retroalimenta. Nunca tenemos acceso a la información real. Si criticas al gobierno es que apoyas a los terroristas. Se ha entrado en una dinámica de ´o estás con nosotros o estás contra nosotros´. No puedo usar otro lenguaje, es como en ´1984´, es ´Neolengua´. Yo odio a George Bush, pero no soy un traidor, soy un patriota. No quiero usar mis palabras como un bate de béisbol, quiero escuchar otras opiniones. Quiero convencer y ser convencido”. Pero, en el fondo, todo el mundo sabe lo que está pasando. “Las corporaciones están imponiendo su ley. Se limita el acceso a la información, es fascismo. Y todo para ganar más dinero”.

Un comentario
  1. Muito bom gosto. Fazem um tipo que de certa forma aprendi a apaiecrr aqui e ate9 je1 tentei reproduzir.c9 um passatempo fazer fotografia e devo dizer que algumas vezes ouvi o vidro azul enquanto navegava pela minha e por outras galerias. Acho que muitas imagens se3o mfasica para os nossos olhos por isso precisam de ser acompanhadas.Tenho a certeza que ouvir Taxi taxi, Peter Blake, Bill Callahan, etc. nos trazem imagens e0 cabee7a.

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