Tostonazo

…Y como ya sucedió entonces, el milagro, la reconciliación con la lectura y la reconfortante sensación de haber encontrado una de esas novelas que realmente importan entre las muchas, muchísimas que se editan cada mes. Me remito al éxito fulgurante de “Los asquerosos” (18), que no sólo representó un hito comercial para una editorial independiente, sino la consolidación de Santiago Lorenzo como un autor necesario –y puede que ahora más que nunca– para la narrativa española. Por supuesto que el halago no es gratuito: pocas veces a lo largo de la última década crítica y público habían llegado a semejante consenso, de ahí que “Tostonazo” sea una de las mayores apuestas de Blackie Books para el presente curso editorial.

Aún pudiendo sucumbir bajo la presión que provoca una novela de éxito, Santiago Lorenzo regresa con una novela –la sexta de su carrera– en la que, rehuyendo de ese estado de piloto automático al que sucumben incluso algunos autores de talento, proporciona al lector aquello que muy posiblemente ha venido buscando; un riquísimo mosaico post-picaresco de escenarios y personajes tan soberbiamente descritos que, a momentos, parece que como el autor hubiera escarbado en nuestros propios recuerdos para ofrecernos la caricatura de algunas personas que hemos conocido en la vida real. ¿Quién no habrá conocido o, peor aún, trabajado con/para algún Sixto? Subo la apuesta. ¿Quién no ha tratado con varios Sixtos a la vez? La perfecta disposición de personalidades, que abarcan desde lo entrañable a lo grotesco, termina siendo una importantísima baza para “Tostonazo”. Y ya no sólo me refiero a la contundencia lapidaria con la que refleja su trasfondo psicológico sino del equilibrio que mantiene Lorenzo al transitar por encima del cretinismo en el mundo laboral; elevándose sobre las miserias humanas, consigue que su relato quede iluminado por sentimientos nobles y sinceros, como la amistad, obligando a la relectura de varios de sus fragmentos por puro goce.

Más accesible que la novela predecesora –algo que puede llevar a devorar la novela en poco más de dos días–, “Tostonazo” tiene un efecto ascendente que se pronuncia hacia su segunda mitad y que desemboca en una magnífica conclusión, capaz de coger por sorpresa incluso a los lectores más prevenidos. Y a pesar que me inclino a pensar que “Los asquerosos” es algo casi irrepetible, lo cierto es que “Tostonazo” confirma de pleno el hype creado a lo largo de estas últimas semanas: Santiago Lorenzo lo ha vuelto a hacer.