Pocas vidas de estrellas del rock a priori tan apasionantes como la de Lou Reed, que compadreó con la auténtica élite artística en los sesenta, experimentó los límites junto a Bowie o Iggy Pop antes de convertirse en una vaca sagrada, mito en vida hasta su fallecimiento en 2013. El periodista de Rolling Stone Anthony DeCurtis puede presumir de conocerlo , y esa posición privilegiada le ha servido para escribir estas quinientas páginas en las que se dan cita desde la pareja de Reed, Laurie Anderson, hasta Warhol.
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