No quisiera ponerme demasiado batallitas, pero todavía recuerdo cuando escuchar indie rock equivalía a ser un marginado social: olíamos raro, escuchábamos música que no le interesaba a nadie y fantaseábamos con que algún día alguna chica –o chico- reconociera en nosotros alguien sensible con el que intimar. Todavía esperamos ese día, pero el indie ya no huele tan raro (lo dejamos ahí, que sólo tengo doce líneas). Y es una auténtica lástima, porque los freaks ya no sabemos en qué cueva refugiarnos: si la gente guapa escucha los mismos discos que nosotros, ¿en qué nos vamos a diferenciar del enemigo? “Weirdon” puede que sea la respuesta a esa pregunta: el mejor disco de slacker rock que vayas a escuchar en años, sucio y delirante. Purling Hiss huelen raro. De hecho, Mike Polizze huele raro desde sus tiempos en Birds Of Maya y ha ido ganándose una posición privilegiada en la jerarquía fuzz mundial a base de grabaciones caseras y discos sin otra línea clara que el guitarrazo guarro y, desde que fichó por Drag City, también las buenas melodías.
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