Welfare Jazz
Discos / Viagra Boys

Welfare Jazz

7 / 10
Adriano Mazzeo — 21-01-2021
Empresa — YEAR0001/Popstock!
Género — Post punk

Hay quienes sostienen que lo mejor que le pasó al punk es el post-punk.Y lo mejor que le pasó a este subgénero es que tiene la oportunidad de no caer en la obviedad; su nomenclatura es tan genérica que puede dar espacio a multiplicidad de gustos y estéticas. Entre otras cosas da el espacio para opinar que este “Welfare Jazz” de los holmienses Viagra Boys es un disco sólido o un magnánimo ejemplo del infame “más de lo mismo”. La connotación negativa se basa en que, aún con claros aciertos en cuanto a la forma de combinar elementos sonoros, “Welfare Jazz” no ofrece prácticamente nada que no hayamos escuchado antes. La producción del disco es muy buena, la estética llamativa, la dinámica de las canciones excelente, pero no hay novedades. Viagra Boys se plantan en el lado macarra de la vida, pero daría la sensación de que lo hacen desde un semblante demasiado premeditado, en el que el cantante Sebastian Murphy se vuelve el contradictorio ícono que define las aguas para bien o para mal. A ratos se lo percibe sobreactuado, y de pronto parece enfocado y hasta genial.

El ímpetu provocador de la banda se hace obvio y funciona como motor de su presentación al mundo: aquí estamos para dar por culo, gente. El problema para los indecisos recaerá en que habrá que ser muy necio para no reconocer que sí, que están dando por culo como unos campeones. Entre las características más pulcras y calculadas de esta producción y la mugre que intencionalmente se le imprime para provocar, navegan trece canciones que, cada una a su manera, llamarán tu atención en algún momento. Los cortes “Ain’t It Nice” y “Creatures” (con sus sendos vídeos bien producidos) funcionarán de perfectos anzuelo para engrosar la fanaticada del grupo. Pero los puntos más altos aparecen en el resto de los cortes del álbum.

En “Toad” se proponen ser unos The Doors en esteroides y dan en el blanco. “Into The Sun” es bella y trágica, con una dinámica instrumental que funciona muy bien entre el sonido de las entrañas de Murphy y una melodía clásica arreglada de forma simple y bella. “Six Shooter” y “Girls & Boys” son dos vertiginosos y efectivos viajes sónicos, mientras que la vara la levantan el blues maldito de “I Feel Alive” y la, ahora sí, sorprendente “To The Country”, en la que todo se hace bien: Murphy expresa su dolor como un cowboy maltrecho y la banda muestra un costado de sensibilidad refrescante. “Welfare Jazz” se define como un trabajo con altibajos complicados de definir, que en cualquier caso dependerán de cada oyente y el momento en el que le dé al play.

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