Legacy

Puede que en la propuesta musical de Steffen Morrison su origen surinamés no aflore en evidencias sonoras, pero sí lo hace en la fuerza espiritual de su arte. Surinam es una pequeña república ex colonia neerlandesa ubicada en el norte de Sudamérica, al lado de Guyana y Guayana Francesa, entre Brasil y Venezuela.

El espíritu de la infancia de Morrison en Paramaribo, capital del estado, se refleja en el aura de este “Legacy”, decidido disco de soul influenciado por un puñado de clásicos pero con una búsqueda consciente y personal.

Morrison contaba en una entrevista con un servidor que su acercamiento a la música fue totalmente familiar, cultural y celebratorio. Todas características que supe llevarse consigo a la fría Amsterdam y que afloran sin temor en este trabajo de minutaje medido en favor de asegurar el impacto.

El recorrido de las canciones tiene coherencia y aborda tópicos inherentes a cualquier persona; la música se convierte en algo cien por cien cercano cuando el vozarrón de Morrison inaugura el camino diciendo “¡Levántate!” como grito amoroso en el primer tema “Stand Up”. Morrison sabe que la vida duele, pero en su música ofrece un mantra de positividad tangible definitivamente capaz de levantar ánimos. Con una lista de temas sin rellenos y de protagonismo bien repartido, Legacy ofrece momentos de groovología perfecta, como el de “Respect Yourself”, tema juguetón de la escuela de James Brown, con una letra inspirada en el éxito de Beyoncé y Jay Z y también “Self Made Man” en el que el soulman saca a relucir su devoción por sus ídolos hip hop, en especial por Wu-Tang Clan.El ecuador del disco presenta una serie de canciones que bajan las revoluciones y suben la sofisticación: “Crazy” destaca con un exquisito arreglo de Rhodes y un interesante aire a Seal, “Days Of Confusion” trae el alma de Marvin Gaye al juego y con ello llega el poder de seducción y unas percusiones psicodélicas perfectamente ubicadas. “Temptation” abre el capítulo más emocional del disco en el que el gospel se apodera de la nomenclatura estilística y da lugar a un final a pleno desenfreno con “The Lean On In”.

Si bien un segundo disco en un artista así de vital es claramente pronto para hablar de “legado”, Morrison se asegura con este impecable trabajo el hecho de dejar su semilla, como mínimo, en los registros del mejor soul facturado en Europa.