Memorial

Después de tirarme toda la mañana pensando en grupos que se muevan en horizontes cercanos y que se mantengan en un nivel altísimo durante los años, y me han venido muy pocos a la cabeza, como por ejemplo Tool, Opeth, Caligula’s Horse o Leprous. Bueno, pues desde que el ex-baterista de Opeth, Martin López, creó la banda junto con el vocalista actual Joel Ekelöf, no recuerdo un mal disco, asi que añado a Soen a la lista. Sí, es cierto que su primer trabajo, “Cognitive” (12), pueden verse claramente las influencias de bandas como Tool anteriormente mencionada también, pero no me malinterpretéis porque es un muy buen disco y más siendo el primero, solo que aún no habían encontrado y madurado el sonido que hoy en día los caracteriza y que hacen que Soen sea una de las bandas más reconocidas del panorama prog. Tanto con “Tellurian” (14) y “Lykaia” (17), sobre todo con este último, consiguieron madurar y dar forma a su sonido y a ser una banda con un sonido muy característico.

Después de dos de sus discos más exitosos, “Lotus” (19) e “Imperial” (21), vuelven con un disco muy completo, en el que exhiben su potencial. Mención especial a Ekelöf, que demuestra que es uno de los cantantes más elegantes y completos de la escena del prog metal. No suele ser muy común escucharle rasgar su voz, pero deja detalles esta vez que sorprenden para bien, y acompañan perfectamente a la canción, cosa que a veces se olvida en este género.

Todos demuestran un gran talento individual, en especial el batería Martin Lopez, quien personalmente me parece una locura de músico, siendo clave en una de las épocas doradas de la banda Opeth, que no es poca cosa precisamente. Pero además de actuaciones individuales de gran nivel, la compenetración que demuestran todos es admirable. Una de las canciones que demuestra todo lo expuesto hasta ahora es “Fortress”, con un riff potente, complejo y cañero que da como resultado uno de los mejores momentos del álbum junto con “Incendiary” e “Icon”. A eso cabe sumarle una larga lista de grandes solos de guitarra –quizás algo exagerados en algún que otro momento– y la capacidad de Soen por bajar las revoluciones con muchísima elegancia como bien demuestran al inicio del disco con “Sincere” o “Hollowed”. Poco a poco, Soen va madurando y estableciéndose como una de las bandas más sólidas del prog metal. Y sinceramente, ya era hora.