La exploración de las raíces musicales propias de una sociedad siempre es una tarea ardua y que a la postre acaba generando opiniones de todo tipo. Los límites entre lo que se presupone que son rasgos culturales intrínsecos y los aditivos totalmente ajenos a ellos en ocasiones no se pueden percibir, encontrándonos ante una obra que de verdad pueda generar un gran consenso. Esto es lo que ocurre con Matana Roberts y su proyecto Coin Coin donde profundiza en las características propias de la comunidad afroamericana bajo su siempre inquieta visión jazz.
Llegando a la cuarta entrega de este proyecto, podemos sentir como el afán por asentar un sonido esquivo sigue presente, a la par de aportar el envite propio del blues y una improvisación delirante. La sensación que produce la escucha progresiva de este trabajo es la de un espíritu incansable por reflejar formas de vida de lo más duras como bien se muestra en la vocal “Her Mighty Waters Run”. Todo ello resulta aderezado por una ejecución de lo más solemne donde los puntos de ruptura toman su protagonismo a la hora de desatar todos los demonios encerrados en sus composiciones.
La visceralidad mostrada en prácticamente toda la obra resulta muy bien contenida en aquellos momentos en los que los pasajes curiosamente se vuelven más turbulentos y crípticos como bien ocurre en “Shoes of Gold”, dejando constancia de cómo la artista es capaz de echar el freno en su afán por suscitar fuertes reacciones en el oyente. Del mismo modo, el control sobre el cúmulo de emociones suscitadas a través del saxofón, su instrumento base, resulta determinante para no estar ante un gran apocalipsis sonoro que en ciertos momentos de extensas composiciones como “Trail Of The Smiling Sphinx” se atisba. Por todo ello, el equilibrio entre corazón, cabeza y exploración de sus límites artísticos se presenta totalmente necesario.
Otro de los puntos que mejor sabor de boca deja este disco llega con los fragmentos en los que el spoken word guía los temas. En ellos podemos encontrarnos desde auténticos lamentos donde varias voces se unen al unísono, pero sobre todo un formato cada vez más cercano al rap que resulta totalmente reivindicativo con tan solo el hecho de narrar una historia como bien ocurre en “In The Fold”. Una evidencia que pone de manifiesto como Matana Roberts sigue adoptando de forma acertada nuevos géneros en sus composiciones sin que las características propias de estos sobresalgan en exceso.
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