Domestic Economy
Discos / Finlay Shakespeare

Domestic Economy

8 / 10
Raúl Linares — 12-02-2019
Empresa — Editions Mego
Género — Electrónica

Se hace un poco extraño escuchar un disco como este en Editions Mego, un sello acostumbrado a publicar música electrónica experimental como la de Prurient, Emeralds o Merzbow, uno de los gurús del ruidismo; porque lo que nos encontramos aquí es, por resumirlo, un disco de electrónica con toque pop, en el que este artista de Bristol se dedica a tocar varios palos, desde el IDM al electro, pero todo con un alto componente melódico que le hace accesible a todos los públicos, y con una alta calidad tanto en la producción (se dedica también a fabricar sintetizadores modulares) como en la masterización, que va a cargo del mítico productor e ingeniero Russell Haswell.

Una de las primeras cosas de las que uno se da cuenta nada más arrancar el disco con un brioso y electro pop “Luleå” es que el chaval también tiene una voz muy interesante y que engancha, también que suena a muchos otros proyectos/grupos, algo que no afecta para nada en la escucha debido a la (excelente) música que le acompaña. “Dublin” recuerda en lo musical un poco más a AFX, el proyecto paralelo de Aphex Twin - e incluso a DMX Krew - y tiene un arpegio glorioso que se repite a lo largo de los casi nueve minutos del tema. “Amsterdam” y “Pontyclun” pueden recordar un poco a ese electro-pop de unos Ladytron pero sin tanta guitarra. “Perris” son ocho minutos de un sinte que va creciendo y modulándose poco a poco, convirtiéndose en uno de los temas más experimentales del disco. Saltamos hasta “Heston” para volver a encontrarnos con un tema de esos de recordar y fijarse en cómo hacer algo sencillo pero original, debido a ese ritmo dinámico y (de nuevo) ese gran trabajo con los sintes con los que crea una música viva, pegadiza y con mucha clase y detalles en los que recrearse para posteriores escuchas. “Benedict Canyon” es otro trallazo de ritmo rápido y toque electro con una melodía que atrapa y una voz que convence, mientras que en “Birmingham” baja el tempo e intensidad, pero no la calidad, cerrando con un correcto “Christiania” que sirve como perfecta clausura de un disco más que interesante.

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