Invitation

No es Filthy Friends uno de esos súper grupos destinados a sacar la pasta del fan de turno, ya que su origen se encuentra en la prolongada amistad entre dos de sus miembros, el ex R.E.M. Peter Buck y la Sleater-Kinney Corin Tucker. De hecho, Buck asegura que quiso tocar con Tucker desde que la vio acompañada solo con una guitarra en la habitación de un hotel en el lejano 1997. Además, el marcado carácter político de ambos acabó sirviendo como nexo de unión para un proyecto que completan Kurt Bloch y el siempre infalible Scott McCaughey de The Minus 5 y Young Fresh Fellows, y Bill Rieflin, quien ha formado parte de bandas tan diversas como los propios R.E.M, Ministry, King Crimson o Swans.

Curiosamente empiezaron como grupo de versiones de David Bowie en 2012, pero ahora deciden sacarse de la manga su primer disco con temas propios. Y vaya disco. "Invitation" denota el marcado carácter de las guitarras de Buck y la fiereza punk-pop de Tucker, líderes evidentes del proyecto, pero con los que se conjuga a la perfección el buen hacer del resto de músicos. "Despierta" nos recuerda a nuestra patria Maika Makovski en sus inicios (sí, ya la podemos tomar de referencia para hablar de otros); "Windmill" nos ofrece unos coros puramente R.E.M, en los que no podemos evitar echar de menos a Mike Mills, a pesar de que funcionan de maravilla; "Faded Afternoon" es una delicia pop que parece extraída de las sesiones de grabación de "Out Of Time"; "Come Back Shelley" es genuino glam-rock y la maravillosa "Any Kind Of Crowd" es puro Go-Go’s. Además, las letras no tienen desperdicio. Se posicionan en contra de Trump y a favor de las políticas defensoras del medio ambiente, e incluso recuerdan en "No Forgotten Song" como Rick Scott, el republicano gobernador de Florida, pasó por encima del asesinato del afroamericano Trayvon Martin sin hacerle demasiado caso y dejando libre a su asesino. Sin duda, una de las sorpresas agradables del año.