Light Demolator
Discos / Conteiner

Light Demolator

7 / 10
Reuben Weedianaut — 29-07-2022
Empresa — Violence In The Veins
Género — Metal

Conteiner se daban a conocer en 2018 con un EP homónimo autoproducido en su local de ensayo y que veía la luz a través de un par de sellos locales. En él ya podíamos intuir la incuestionable calidad del trío (formado por veteranos y reputados músicos de la escena: Iñaki Meido/BWSR, voz y guitarra, Mikel Killerkume/Orbain Unit, bajo y voz, y Unai Positiva/Sotomonte, batería), que se veía refrendada en directos tremendos como el ofrecido ese mismo año en el Inkestas Rock junto a bandas del calibre de Adrift y Mars Red Sky.

El salto cualitativo que ha supuesto grabar con Xanpe (Π L.T.) en su Koba Estudio cristaliza en un debut en largo impecable, editado esta vez con el hiperactivo sello cántabro Violence In The Veins. Con una lírica plagada de inside jokes desde el propio “demolator” del título, su sonido bascula entre el noise rock, el sludge, el doom y el heavy punk thrasher onda High on Fire. La veneración de los de Bilbao por Matt Pike es evidente desde que arrancan con “Gloonomorph” (otro de los palabros en su diccionario particular), que, tras una breve intro de guitarra, te explota en la cara como si saliera del “Surrounded by Thieves”, una cabalgada thrash que pasa a hacerle un guiño al “Sleep's Holy Mountain” vía Melvins en el puente. Buen sopapo para empezar. “Outer Signal Clash” recorre caminos transitados por “Munduko Kamiorik Handiena”, noise rock con el Bonham vasco haciendo las veces de Mario (Sonic Trash) a los parches, una claqueta capaz de poner el tempo en modo “Bay Area 80’s”, para después terminar el tema al modo de los Soundgarden del “Ultramega OK”. “Light Demolator” resulta una suerte de sludge prog, algo así como SUMA meets Voivod, y “Concrete Hook” es un gancho de izquierda que bien podrían haber soltado Moho en sus tiempos, todo ello bañado de unas partes vocales tan abrasivas como las de los pantanosos Indian. Poca broma. “Trailspan” lleva el martillo de Unsane a remachar tachuelas heavys, y la instrumental “Zahnzatt” parece compuesta por Dylan Carlson para Earth; no en vano figuraba como “Erzanza” en los setlists de sus conciertos, en una muestra más de la querencia por el humor absurdo que destila el grupo. “Let Us Slay” sirve como reivindicación del metal que fue tendencia en los 90 y es nicho en 2022, y “Black Cabra”, tan bestial (pun intended) como el dúo al que referencian, como final de un disco que es una patada en la boca, y que debería llevarlos a donde merecen y esperan: a tocar, tocar, y tocar. “Let, let, let us slay!”

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