La boca del lobo
DiscosCarlos Ares

La boca del lobo

8 / 10
Don Disturbios — 16-05-2025
Empresa — BMG
Género — Pop-Folk

El mundo anda sobrado de frases hechas. Y una de las más certera es esa que afirma que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Una frase que va muy ligada al concepto del ‘siempre difícil segundo disco’. Y máxime cuando tu primer trabajo se ha convertido en un auténtico fenómeno que te ha puesto en boca de todos y te ha proyectado a formar parte de la más granada actualidad por méritos propios.

En esa tesitura anda metido Carlos Ares y su fantástica troupe. Y de esa misma situación va a salir airoso el gallego, con un segundo disco que no alcanza el mismo nivel de un álbum tan redondo como el de su debut, aunque en algo se le aproxima. Y digo que no lo alcanza porque “Peregrino“ tenía una unidad de criterio del que este adolece. Sin embargo, si nos vamos a lo que realmente importa, las canciones, ‘La boca del lobo’ tiene mimbres suficientes para hacer que su set-list alcance unas proporciones tan grandes, que lo van a reafirmar en esa imparable carrera por alcanzar cotas más altas. Los codiciados renglones principales de los carteles festivaleros.

‘La Boca del Lobo” se me antoja un álbum más colectivo, de banda, que de individuo. Si ‘Peregrino’ era la expresión máxima de las filias y fobias de su autor, este parece concebido a partir del cómplice engranaje establecido con sus compañeros de grupo a lo largo de ese sin fin de actuaciones realizadas a diestro y siniestro. Por eso, lo primero que uno atestigua al escuchar el álbum, es que las canciones de Carlos han alcanzado un nivel extra de power-folk vitaminado que bebe directamente de su directo. Solo hay que escuchar la que abre y da título al disco para darse cuenta de ello. Un tema donde la mandolina da el contrapunto perfecto a esa guitarra rasgueada con saña, y que reafirma a los que mencionábamos a los R.E.M. de ‘Out Of Time” como influencia del gallego.

Aunque los de Athens no son la única evidencia desplegada en el disco. Y no lo son porque la deriva progresiva de “Un beso del sol”  fusionada “Con un solo dedo” resulta un ejercicio de estilo en toda regla del tipo “Pink Floyd meets The Who”. Momento que marca a fuego el ecuador del disco, pero que acaba por resultar algo previsible. Y máxime cuando el álbum se desboca a continuación con un tema como “Páramo” que deja el listón tan alto como inalcanzable. Carlos Ares en estado puro y sin cortar. El mismo que nos quita el aliento en una de esas canciones río, “Importante”, que lo sitúan en la categoría de mejor cantautor del año de forma rotunda e inapelable. Lástima que ambas ya se hubieran desvelado antes de la salida del disco y no nos hayan pillado por sorpresa. Al igual que tampoco lo ha hecho esa maravilla titulada “Días de perros”, con lo que resulta evidente que el póquer de ases del álbum ya nos lo había desvelado el gallego antes de su salida. Un hecho que acaba por jugar en contra de ‘La Boca del Lobo”. Y es así porque, ni esa reivindicación de la galleguidad que es “Autóctono” y aún menos “Ultimátum”, están a la misma altura. Harina de otro costal son la ya menciona “La boca del lobo” y “Lenguas calvas”.

Acaba el álbum y  me da por fantasear con la posibilidad de que un un día la música de Carlos Ares cayera en manos de un productor como Jonathan Wilson (Father John Misty, Angel Olsen, Conor Oberst). Algo que no va a suceder en absoluto  y es una lástima. Estoy convencido que el estadounidense  no solo ayudaría a Carlos a superar todas esas ineguridades que le juegan en contra,  sino que la resultante sería el álbum más bello jamás cantado en castellano. Y es que Carlos Ares es un compositor con un olfato innato para la melodía, de los que surgen de vez en cuando.  Tan solo tendría que aprender a convivir mejor  con ese constante desasosiego que lo condena a la boca del lobo y que, en el fondo, es el motor de su arte. Bendita paradoja.

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