By Night

Secuela de su debut 2016 “Bloodsweat” (y del EP posterior “Free To Eat”), “By Night” captura la tensión y ambientes turbios del cuarteto californiano, que sigue la tradición local de rock dislocado. Contribuye a ello la sapiencia con el sonido del experimentado y sobrio John Congleton (Wild Beasts, Sharon Van Etten, Spoon), que se encarga también de mezclas en las que lleva al grupo más allá del realismo del directo.

Aseguran ellos que Congleton les animó a probar cosas que jamás se habrían atrevido a hacer, algo de lo que se beneficia un álbum que combina la suciedad rockera de finales de los sesenta y la limpieza quirúrgica de las producciones actuales. Si, como ellos afirman, no pasa nada porque te guste de día, “By Night” es, por supuesto, un disco nocturno. Pero de tibias noches con palmeras, escalinatas blancas que llevan a mansiones misteriosas, encuentros imprevisibles entre olores densos de vegetaciones frondosas. Lo consiguen en la sudorosa tensión sexual garage del single “Prism”, que evoca a la inagotable escuela de MC 5 (y también al Jack White más rockero). El arranque no puede ser mejor, con “New Comedown”, en la que actualizan el garage rock motorik de estribillo asalvajado, o en “Nothing’s Wrong”, cuyo turbio riff y su estribillo casi grunge dan lo que prometen. Incluso cuando se ponen clásicos  (“All Of The Above”, “Night Sweats”) o abiertamente psicodélicos (“Let Me Get High/Low”), tienen un punto enfermizo. En “White Wall” o “Pain In The Heart” no se quedan lejos del rock mutante de Gareth Liddiard. Además, se dejan lo mejor para el final, la estupenda “In My Pocket”, con la que se confiesan primos hermanos de All Them Witches. Suma también que no pasen de treinta minutos concentrados, con los que desmienten a aquellos que dan al rock por género apolillado.