Pond Scum
Discos / Bonnie 'Prince' Billy

Pond Scum

7 / 10
Pepo Márquez — 26-01-2016
Empresa — Drag City
Género — Folk

A veces se nos olvida, probablemente debido a la velocidad con la que ocurre todo y a los mordiscos que recibe la memoria gracias a las campañas de marketing cortoplacistas que acompañan los lanzamientos de muchos grupos actuales, que Bonnie Prince Billy (Will Oldham en su pasaporte, Louisville, 1970) es el cantautor más importante que ha dado Estados Unidos en los últimos 20 años. No hay nadie que se haya acercado -ni tan siquiera de manera fortuita-, ni a su idea de continuar la tradición folclórica a través de la mera perversión del estilo, ni mucho menos a la forma de plantear su carrera, reinterpretar el negocio musical y jugar con una imagen ambigua en muchos sentidos –cuando uno lo tiene delante, no adivina la edad que tiene, no sabe si está enfadado o feliz, surgen dudas sobre su orientación sexual, no sabe si se marchará de allí por la mañana o se quedará para siempre-. Y por si alguna vez tuvimos alguna duda, el libro que editó hace casi 3 años Contra Editorial, Bonnie Prince Billy por Will Oldham, nos despejó cualquier posible interrogante al respecto. Nadie ha colaborado como él con raperos (Sage Francis), grupos de vanguardia (Tortoise) o estrellas planetarias (Björk o Johnny Cash). Por eso, cada vez que nos topamos con un nuevo trabajo del ex miembro de Palace Brothers, después de haber perdido definitivamente la cuenta hace tiempo, debemos alegrarnos y rendirnos.

Lo que nos reúne esta vez ante el cancionero de Bonnie Prince Billy es un buen puñado de temas grabados en Londres, en los estudios de la BBC, en unas sesiones que se sucedieron durante un período de 8 años, coordinadas por el mítico John Peel, al que la música le sigue debiendo una. Los archivos muestran a un Oldham solitario en su labor a la voz y a la guitarra, reinterpretando sus canciones según el anárquico manual dylaniano: alterando melodías, acortando estrofas, alargando estribillos… Los dos principales focos de interés son una versión de "The Cross" de Prince (el otro “príncipe” autorizado) y un tema inédito, "Beezle".

Doce cortes que, además de su valor artístico, tienen un sólido valor documental. El único pero es meramente comercial: "Pond Scum" (literalmente "charco de mierda") solo servirá para saciar el hambre a completistas y seguidores más militantes de Will Oldham y, en el peor de los casos, afianzar su discurso, pero únicamente ante los conversos.

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