Supongo que, a estas alturas, nadie que se meta a leer una crítica de un disco de Bob Mould ("Here We Go Crazy", que hace el 16º de su carrera en solitario) necesita que le recuerden que no estamos hablando de un cualquiera, pero, por si acaso hubiera algún despistado o alguien lo suficientemente joven y curioso como para meterse por aquí sin conocer nada del pasado de Mould, hagamos el obligatorio breve recordatorio.
Mould tiene uno de los currículums más impecables del rock alternativo, se podría decir que Mould, junto a Grant Hart y Greg Norton en Hüsker Dü, inventó el estilo con su disco de 1984 "Zen Arcade". Esto es así, sin Hüsker Dü no habría ni Pixies, ni Nirvana o, desde luego, no como los conocemos, pero es que Mould también cuenta entre sus haberes uno de los discos más reivindicables de la historia del rock (alternativo o no) el "Warehouse: Songs and Stories" de los propios Hüsker Dü, además de uno de las destilaciones más perfectas del eterna fórmula entre distorsión y melodía, como es el "Copper Blue" de su segunda banda, Sugar, publicado en 1992.
A estas alturas Bob Mould no tiene nada que demostrar, eso sí, a sus 64 años sigue teníendose que ganar la vida, porque eso del Padrino del rock alternativo suena muy bien pero no te da de comer. El caso es que desde 2012 Bob Mould vive una eterna etapa de resurrección de la que este "Here We Go Crazy" es el sexto disco ya. Todos ellos editados en formato trío con los fieles Jon Wurster a la batería y Jason Narducy al bajo. Es su formato favorito, del que saca el mejor partido, el mismo de Hüsker Dü y Sugar, claro que ninguna de esas formaciones llegó a durar los 13 años que lleva esta, algo que se nota en que posiblemente Mould suene mejor que nunca (algo no tan difícil ya que los Dü, una de las bandas más influyentes de la historia, nunca tuvieron un gran sonido).
El caso es que Mould sigue aferrado a la fórmula mágica que él mismo ayudó a crear y nadie le debería criticar por ello, como él mismo explica este disco "a primera vista, se trata de un grupo de canciones sencillas de pop de guitarra, estoy refinando mi sonido y estilo principales a través de la sencillez". Eso se nota desde el principio, el inicio con la canción titular es un viaje a los tiempos de Sugar y "Copper Blue", un medio tiempo eléctrico con un gran estribillo, mientras que la segunda, "Neanderthal", retrotrae a la fiereza, concisión y rabia de Hüsker Dü.
Que en medio de la distorsión y la ira aparezca una acústica en "Lost Or Stolen" tampoco es ya ninguna sorpresa, se lleva haciendo desde que Hüsker Dü lo hizo en el histórico "Zen Arcade", y Mould no es un extraño tampoco a la fórmula habiendo entregado canciones como "Hardly Getting Over It" o su primer disco en solitario. Aquí vuelve a brillar, con esos coros del final o esa conclusión, "todo lo que pensé que se había perdido, había sido robado".
Son buenas canciones de un gran artesano de canciones, pero lo malo es que competir contra uno mismo es una putada, sobre todo cuando tienes un pasado tan grande como el propio Mould, así, con un disco que no busca la originalidad ni lo nuevo sino que se ciñe a su propio estilo lo que tienes que buscar es las canciones. Y no me entiendan mal, "Here We Go Crazy" está lleno de buenas canciones, pero si me pregunto cuáles de ellas podrían entrar en un supuesto recopilatorio del artista en cuestión, que canciones podrían sonar al lado de monumentos como "Makes No Sense At All", "Up In The Air", "See a Little Light" o "If I Can't Change Your Mind", entonces ya es más difícil, aunque creo que "When Your Heart Is Broken" no desentonaría.
Además, Mould ha sabido cohesionar muy bien el disco a través de las letras, con un disco mucho menos político que el anterior, "Blue Hearts", en el que vuelve a mirar al interior en vez de al exterior, aunque sin olvidar que vivimos en un mundo que se está yendo al garete, en la primera canción pinta un mundo en guerra en el que todo se derrumba, luego se pregunta en otra canción "¿Estoy viviendo al borde del colapso?" para rematar el disco con la única esperanza que parece quedar el amor hacia los que nos importan, "si el mundo se está desmoronando en llamas quiero estar a tu lado".
Bob Mould ha vuelto con un disco notable en el que sigue sacando lustre a su propia patente de corso, esa ecuación perfecta entre melodía y distorsión que inventó en los 80, se perfeccionó en los 90 y sigue sonando excelente cuando se encuentra en las manos de alguien que la sigue practicando con la energía, pasíón, rabia y convicción con la que Mould lo hace.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.