Juramento Mantarraya
Discos / Aries

Juramento Mantarraya

8 / 10
Alan Queipo — 02-07-2019
Empresa — La Castanya
Género — Pop

Como si de la banda sonora de una película imaginada por Syd Barrett o Brian Wilson en su etapa más lisérgica se tratase; este “Juramento mantarraya” (La Castanya / K Records, 2019) que nos regresa a Aries tres años después de “Adieu or Die” (La Castamya, K Records, 2016) es un viaje en poni por los confines del pop caleidoscópico; por las arquitecturas policromáticas que se desprenden de una psicodelia electronizada; y, sobre todo, por las batallas que la propia Isabel Fernández Reviriego libra contra sí misma.

Y es que, la que fuera lideresa de Charades y Electrobikinis, más que componer, construye canciones en las que las melodías bonitas, redondas y límpidas se funden y se confunden con las paredes de texturas electrónicas más abstractas, casi como si consiguiera poner orden a dos universos aparentemente distanciados (el onírico y el terrenal), pero conviviendo en armonía y orden con ella como mediadora (o relatora).

Hay algo que, en ese juego de espejos e imaginación, nos lleva a pensar en Aries como una homóloga vasco-gallega con extra de luz y utilizando toda la gama de colores del arcoíris de proyectos de alcance global como Panda Bear (por profundizar algo más en las caleidoscopias imposibles de Animal Collective), The Sleepy Jackson, Fuck Buttons, Dan Deacon o Xiu Xiu; pero también se ata en corto en registros que nos lleva a pensar en el sunshine pop de los años ’60 o en cantoras de interior como Vainica Doble, Kiki D’akí, Jeanette o Cecilia; y hay que entenderla como madre de una serie de proyectos que han tirado de Aries para articular una no-escena repleta de proyectos estimulantes (de Bflecha a Mounqup o Yamila).

“Juramento mantarraya” demuestra no solo que la experimentación y la vanguardia pueden conectar con la vocación pop más melódica (“Un gran puente” y “Juramento mantarraya” son dos de las mejores canciones que haya compuesto nunca), sino que consigue que su facción más cegadora, caleidoscópica y abstracta sirva como herramienta tanto para el posicionamiento ideológico-filosófico (reclama derecho a la pereza en “Dolce far niente” y hasta hace un homenaje al impulso en “Error perpetuo”) como crítico con el sistema capitalista y el ego social (canciones como “La mejor sensación” y “Un día cualquiera” dejan algunos recados encriptados en piruleta psicodélica). En ocasiones, el pop con apariencia de piruleta también puede dar lecciones de tanto de abstracción como de compromiso.

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