Ambidextros

En un tiempo en el que la música electrónica para masas peca de ser tan genérica como impersonal, Maxim Tulba y Rostislav Zaika parecen decididos a reinventar la etiqueta y dotar de alma cada uno de los beats, síncopas y loops que conforman su catálogo de temas. Como ya nos demostraron otras duplas del género electrónico anteriormente, estos productores de origen ruso han realizado una declaración de intenciones en toda regla en el último año, pergeñando su aclamado salto al larga duración como Deeplomat & Dublatov, primero con “Dream Dome” (24) y escasos meses después con “Ambidextros”.

Sirvan, precisamente, estas doce recientes pistas para confirmar la irrebatible evolución de Max y Rost en tiempo récord, probando con ello su brillante capacidad para trasladar las emociones efímeras de sus sesiones en directo al estudio. Un cometido que no solo les ha exigido de técnica, aquí mucho más depurada y comprometida con la experimentación, sino también de humanidad sintiente para conectar como nunca con el oyente remoto.

Estamos, sin duda, ante un trabajo que bien podríamos interpretar como una experiencia inmersiva, pues a pesar de su percutivo y automatizado nervio, “Ambidextros” trasciende del mero ambiente sonoro para convertirse en toda una vivencia sensorial. Así lo creemos cuando las evocadoras y baleáricas atmósferas de “Down Bit Rehash” o los ritmos quebrados y rotatorios de “Trail Mix Tape” inundan nuestra cabeza de oído a oído, sacándonos de plano y abocándonos por completo a perdernos en su deliciosa espiral de trucos.

También hay tiempo para la música de baile más canónica, cómo no, y en su respectivo largo Deeplomat & Dublatov no se contentarán con ofrecernos una única visión de la misma, sino que retorcerán los géneros y jugarán con las expectativas, los arreglos y las texturas hasta regalarnos esquemas poco convencionales y arrebatadoramente únicos. Del house funky y desgarrado de “Coastal Express” al IDM magnético y envolvente de “Ambidextro”, pasando por el minimalismo intimista de “Autolegends” o el discotequeo canalla de “Veles Vents” (donde no solo homenajean un rincón de su Valencia adoptiva, sino que también nos confirman sus aptitudes para reformular ritmos icónicos sin perder su identidad original).

A las tablas mostradas por el tándem para combinar recursos analógicos con digitalización moderna se suma su cuidado por el detalle, apreciado en la forma definitiva con la que confieren un todo tan oportuno para los más puristas de la cultura de club como para esos oyentes exigentes que busquen un encuentro sonoro que vaya más allá de lo esperado y de lo audible.

Reinvención y tradición, yuxtapuestas en un paisaje modulado que nos recuerda que la verdadera innovación nace de la fusión entre técnica y sentimiento.