Voces que transmiten verdad

Tras el trágico adiós del bajista Drew Glackin (2008) y su renacer en “Florizona” (2011), Walter Salas aparcó The Silos, se alejó de la carretera y dejó que las heridas se secaran al aire libre. El pasado año, con energías renovadas, nos regaló uno de sus mejores discos, tercero en solitario, “Curve and Shake”. Y esta noche, un martes cualquiera que dejaría de serlo, teníamos la suerte de poder emocionarnos y disfrutar de esa voz áspera y sincera que ha ganado con el tiempo.

Acompañado sólo de su guitarra acústica y de una sonrisa que contagia en cada tema, Walter Salas comienza a desgranar su último álbum ante un público reducido pero totalmente entregado. Canciones como “Counting on you” o “Satellite” suenan en el Teatro del Arte como clásicos. En esta última, Walter nos invita a hacerle los coros y nos apuntamos sin parpadear. La cosa sale tan bien que nos emplaza para que al día siguiente estemos en San Sebastián a las cinco de la tarde, hora marcada para las pruebas de sonido del concierto.

Habla entre canción y canción con el público y siempre nos mantiene conectados, crea un ambiente tan cercano y agradable que por momentos parece ese familiar que nunca conociste, pero que sólo necesitas cruzar dos palabras con él para que parezca que lo viste el día anterior. Los temazos de The Silos no se hacen esperar, y suenan más auténticos que nunca al desnudo. Poco a poco nos va calando la noche, los rasgueos de guitarra y la voz desatada de Walter, que juguetea y disfruta como nadie en “I’m over you”, o “Never lost the sunshine”. Brinda con nosotros en “Getting trashed”, y nunca olvida sus raíces, descendiente de españoles emigrados a Cuba y luego huidos a Florida, arrancándose con una genial “Guantanamera”. En español también canta “Sangre y lágrimas” de The Silos, y vuelve al “Curve and Shake” para dejarse el alma interpretando “Way too heavy to float”.

Canta con rabia“Let’s take some drigs and drive around”, y las palmas de los presentes lo acompañan de principio a fin. Del mismo disco suena una de las canciones más esperadas, “Susan across the ocean”.
Y Walter Salas-Humara se despide, le damos las gracias por el concierto y le pedimos que no tarde en volver, estamos ávidos de historias y de voces que transmitan verdad… No, este martes ya no será un martes cualquiera.